Tierra Sublevada se autodefine como un movimiento socioambiental que tiene como fin ser herramienta de lucha de jóvenes a quienes les interesa militar y no encuentran un espacio: “No somos una ONG, aunque si nos autofinanciamos”, contaron desde la agrupación.

Este grupo será el organizador de una Feria el día sábado 16 de septiembre en el Centro Cultural La Esquina de Otto, ubicado en Dorrego y Lavalle. Actualmente, se encuentran convocando a quien le interese exponer sus emprendimientos e iniciativas, e invitando a la comunidad a conocer estos espacios.

“Esperamos visibilizar la problemática ambiental para no llevarnos a un escepticismo paralizante que nos resigne a buscar alternativas. Queremos fomentar el trabajo en red para perpetuar un paradigma cultural consciente con el medioambiente”, fundamentaron.

Promueven que el movimiento sea democrático, independiente y horizontal. “Peleamos por la defensa de nuestros recursos estratégicos, (montañas, ríos, bosques, salares, humedales, mares y tierra fértil) porque entendemos que la lucha por un ambiente sano es también la lucha por recuperar la soberanía ambiental para poder elegir cómo producir, para quiénes y qué”, definieron.

La mirada en lo local

“Tierra sublevada nació a partir de una preocupación muy sincera a mediados del 2021, creo que la pandemia rompió muchas estructuras, una de ellas fue darnos cuenta que había algo que andaba mal y que necesitábamos una herramienta para visibilizar el problema”, definió una de sus integrantes, Carolina Holzmann.

El nombre del movimiento surge de lo que está pasando en el mundo: inundaciones, sequías, terremotos, tsunamis, récords de calores extremos; son la consecuencia de un modelo productivo que no es acorde a los límites planetarios. “La tierra se está revelando o, sublevando. A su vez, una persona que ha inspirado a muchas personas es Pino Solanas que tiene mucho contenido audiovisual, dos de sus documentales se llaman Tierra Sublevada; oro impuro y oro negro”.

También tienen enumeradas varias propuestas para la ciudad. En primer lugar, que el Municipio realice jornadas de capacitación sobre educación ambiental integral para instituciones y docentes; La gestión diferenciada de residuos, así como mostrar al conjunto de la ciudad qué es lo que se hace con lo que se recicla; La revalorización integral del Estuario de la Ría Bahía Blanca; Ordenamiento territorial planificado que pueda tener en cuenta a los barrios populares y asentamientos para adaptarlos a los efectos de la crisis climática, teniendo en cuenta el arbolado y el acceso a agua potable; Promover la interculturalidad y la revalorización de los pueblos y naciones originarias con su cultura y respeto por la Madre Tierra; y acercar información clara y los estudios de impacto ambiental sobre las actividades del polo industrial a las personas que residen en la ciudad, entre otras.

A su vez, tienen una participación activa en movilizaciones, actividades barriales, activismo en la universidad, charlas, asambleas vecinales, entre otros: “Queremos volver a juntar a las organizaciones y movimientos para ver si podemos replicar una movilización para la fecha de la Marcha Mundial por el Clima”, concluyeron.

Autor: Redacción Ecodías