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¿De qué hablan las huellas?
Una destacada riqueza arqueológica se encuentra a 100 kilómetros de Bahía Blanca, un yacimiento de huellas que nos hace ir detrás de los hallazgos de Charles Darwin.
Categoría: Ecología

Una visita guiada a la Reserva Provincial Pehuen Có- Monte Hermoso es una puesta en valor de un patrimonio de 12.000 años. “Una huella nos aporta el dato de que el animal estuvo ahí, pasó por ahí, al mismo tiempo convivieron megaterios, macrauquenias, guanacos y ñandúes. Nos dan idea del comportamiento del animal, con quiénes convivía y cómo eran las condiciones ambientales hace miles de años”, describe la guía Daniela Cardillo, experimentada en este recorrido histórico.


Ciencia que explica

La Paleoecología estudia las relaciones entre los organismos y el ambiente con respecto a los fósiles. Las trazas fósiles, también conocidas bajo el nombre de paleoicnitas o huellas fósiles, “representan el registro de actividad biológica in situ y carecen por lo tanto de desplazamiento secundario; estas marcas no han sufrido transporte ni retrabajo, por lo tanto, guardan una relación mucho más estrecha con el sustrato”. La riqueza de este lugar cobra mayor relevancia a medida que conocemos su procedencia, estos vestigios que el mar deja ver y esconde hacen que cada temporada sorprenda. “Casi nunca se descubren las mismas huellas, en algunas visitas encontramos muchas, y en otras, menos”, por lo tanto, cada recorrido es único.

Los viajeros y los turistas pueden visualizar los yacimientos si hay un ojo entrenado, aunque habitualmente se mira sin notar. “Me gusta resaltar la diferencia entre un esqueleto de un animal fósil y estas huellas que se encontraron in situ. A veces los organismos que vivieron en un ambiente continental terrestre pudieron ser arrastrados hacia el mar o los lagos donde al ser depositados tuvieron mayores posibilidades de conservación de dónde habían vivido. Un esqueleto fósil no nos da mucha información sobre el lugar donde vivieron, ninguno ha vivido aislado sino que está en estrecha relación con el ambiente”, detalló, mientras marcaba huellas de ciervo y puma en parte del yacimiento, en el que predomina la arcilla.


Curiosidad

La reserva ha despertado gran interés en la comunidad científica, que impulsa investigaciones sobre los animales que habitaron el lugar, entre ellos el megaterio. “Lo describía como un animal de pelo corto, porque con pelo largo se hubiera muerto de calor. Dentro del yacimiento se ve la huella, está tan perfectamente conservada, sin embargo, cuando el megaterio levantó la pata dejó rastros de pelo largo. Teresa Manera y Silvia Aramayo, dos de las investigadoras que trabajaron en el lugar afirmaron que tenía el cabello largo porque hace miles de años el ambiente era mucho más frío. Las huellas dan, entonces, otra información distinta a la que brinda un fósil”, entusiasmó en el detalle.

Los concurrentes año a año oscilan entre 200 a 300 personas, un número bastante bajo si se tiene en cuenta que Pehuen Có es visitado por 400 a 500 mil visitantes, según los datos de la Oficina de turismo local. La Reserva cuenta con un cuerpo de guardaparques, “trabajan muchísimo en temporada y fuera de ella”, agrega Cardillo, además de su rol de cuidado del sitio, organizan charlas, “muchas veces fuera del horario de trabajo y llegan a sus casas después de haber estado todo el día en la playa, siguen leyendo, interiorizándose y hablando con la gente”. El trabajo de las guías está centrado en la concientización de las personas interesadas en realizar el paseo, una faceta vinculada al reconocimiento del lugar y la educación a través de un relato sencillo, con anécdotas, búsquedas y datos que fundamentan su protección. “El yacimiento de paleoinictas es importante, no solamente por la cantidad de huellas que hay, sino por la calidad en que se han preservado. Un megaterio de varias toneladas, indudablemente, iba a dejar huellas, pero marcas de pelo o huellas de pájaros, un animal de menos de 1 kilo, hablan de un patrimonio único”.

UNA VISITA CON CUIDADOS
– Visitar el sector con la marea baja; en el área de Turismo y en el Museo se encuentran disponibles las tablas de mareas para el público en general.
– No se puede caminar sobre el yacimiento, ya que es muy frágil y se rompe, ni sobre la roca, porque es muy resbalosa, se pueden producir accidentes.
– Caminar sobre la línea de costa que brinda una playa anchísima. En el pie del médano se encuentran los nidos de aves, pichones y juveniles que se pueden ver afectados por las visitas, se prohíbe acercarse a ellos.
– Está terminantemente prohibido recoger especies o cualquier vestigio dentro de la reserva, no se pueden extraer caracolas, animales vivos o rocas.

MEGAPLAZA
La Plaza Carrasco concentrará un parque de megafauna, una exhibición de los especímenes que han habitado la región. Se encuentran instalados el megaterio y el gliptodonte, pronto se sumarán la macrauquenia y el tigre dientes de sable. Las obras pertenecen al trabajo del artista Fernando Cárdenas, y permitirán recrear el escenario del lugar entre 12.000 a 6.000 años atrás.

Autor: Redacción Ecodías

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2019-02-19 00:00:00
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