El fiscal Miguel Palazzani
disertó en la presentación del libro «Cuentas Pendientes – Los cómplices económicos
de la dictadura» de Horacio Verbitsky y Juan Pablo Bohoslavsky.
Miguel Palazzani es, junto al doctor José Nebbia, quien se encuentra a
cargo de la Unidad Fiscal y quien representa al Ministerio Público Fiscal en el
juicio que se está llevando contra siete represores imputados por delitos de
lesa humanidad.
Y minutos después de una de las audiencias, Palazzani participó de lo que fue
la presentación del libro “Cuentas Pendientes – Los Cómplices económicos de la
dictadura” de Horacio Verbitsky y Juan Pablo Bohoslavsky.
En su exposición, Palazzani habló de un desafío dogmático que tienen desde la
fiscalía: “Digo dogmático para hablar claro, es la teoría con la que se maneja el
derecho penal y que muchas veces frustra procesos y genera impunidad. El
desafío nuestro, me parece, es ser imaginativos para encontrar maneras posibles
desde el derecho penal que tenemos poder imputar este tipo de fenómenos de
macro criminalidad que el siglo XX ha sido prolífico. De hecho una de las
creaciones teóricas por las cuales nosotros estamos acusando a los genocidas
argentinos es la creación de un jurista alemán que justamente a partir de lo
ocurrido en
nazi creó una categoría distinta al ver que las categorías tradicionales no
eran posibles para abordar el fenómeno que estaba delante de él con categorías
tradicionales del derecho penal. Creó lo que conocemos hoy como la autoría
mediata que está instalada en todos los juicios pero no fue una situación de la
teoría del Derecho Penal que en ese momento pudiera aplicarse sin la creación
justamente para no dejar impunes situaciones que a todas luces no pueden quedar
impunes”.
Luego, Palazzani
pasó a referirse al papel de
Provincia
colega Nebbia leyeron todos los editoriales del diario desde 1973 hasta 1983.
Allí se repite la construcción discursiva del enemigo, elemento fundamental
para un genocidio: “Es común a todo genocidio y está bien que lo
visibilicemos porque nos permite tener alertas tempranas. Es decir, en ese
momento era el delincuente subversivo que se vino preparando ya desde los años
50, 60, no es por generación espontánea del 24 de marzo del 76 claramente. Los
sectores cívicos militares venían preparando esto desde mucho antes y entonces
es importante saber y desmontar ese discurso o advertir ese discurso que hoy
claramente no va a estar en un delincuente subversivo pero en algunas usinas
justamente discursivas de prensa, incluso usinas académicas, se va generando o
se generan discursos de este tipo donde se crean nuevos enemigos. Hoy
posiblemente sea la juventud pobre, los chicos pobres, los excluidos, una especie
de enemigo nuevo que amenaza de alguna manera el sistema imperante y entonces
el sistema sale a defenderse creando un nuevo chivo expiatorio y que en Bahía
Blanca al menos, tal como lo sostuviera el doctor Córdoba en su alegato en la
causa 982, fueron primero los delincuentes subversivos luego los organismos de
derechos humanos, luego las comunidades chilenas, las comunidades
latinoamericanas de países vecinos, en fin. Y hoy el discurso de
sigue siendo el mismo, somos los enemigos los que les señalamos su complicidad
en el genocidio”.
En ese sentido Palazzani hizo un homenaje a Rodolfo Walsh quien fue la primera
persona en utilizar el término “genocida”. La famosa carta de Walsh está citada
en el libro de Verbitsky: “Ya Rodolfo Walsh advertía cuál era la razón de fondo
del exterminio que no era otra cosa que el orden económico social que se quiso
imponer y para eso había que desarticular las relaciones sociales que una
generación estaba creando porque ya a esta altura ante el avance de los juicios
sabemos que la guerrilla armada estaba desarticulada para el 24 de marzo del
76, con el golpe en Tucumán estaba desarticulada. Con lo cual el objetivo
posterior fueron los militantes sociales, estudiantiles, políticos, barriales y
ese era el sector a atacar y ese era el enemigo porque eran los que se iban a
oponer seguramente a un sistema económico que ya disminuyó la redistribución
del ingreso del casi 50 por ciento previo al Golpe a una distribución del
ingreso del 20 por ciento para las clases más desprotegidas. Esto
indudablemente, tal como lo dijo Martínez de Hoz y Guillermo Walter Klein no
cerraba sin exterminio, no hay sociedad que aguante, no hay clase trabajadora
que aguante semejante recorte en la redistribución del ingreso”.
Brutales directivas
En su exposición, Palazzani se refirió a una directiva que se dio a conocer
en 1987 cuando se indagó al represor Vilas. Se trata de la directiva del
Comandante en Jefe del Ejército 504/77, famosa directiva “Peugeot” según los
militares: “En su página 3 se ordena profundizar la ofensiva militar sobre los
ámbitos industrial, educacional, religioso y barrial. En el anexo 3 de este
documento menciona como blancos de manera muy clara a los cuerpos de delgados y
comisiones internas. Las razones las da la propia directiva: la caída del
salario, los despidos por las leyes de prescindibilidad y manda a reunir
información sobre la situación de cada establecimiento en particular sobre el
cuerpo de delegados o comisiones internas para reconocer domicilios y planear
la manera de su eliminación”.
Es tan brutal como leerlo calificó el fiscal Palazzani quien explicó: “Una
directiva que mandaba y sostenía que la causa de eso era la reducción del
salario y que los cuerpos de delegados no iban a tolerar esto. Y la manera de
combatirlos, entre comillas, era eliminarlos”.
“En la misma orden de operación del año 77 ordenaba velar al máximo ante la
opinión pública nacional e internacional por la inconveniencia de su
reconocimiento. Y ahí es donde obviamente necesitaron por plan, por diseño
también, del discurso legitimante que también fue diseñado”.
También hizo hincapié en otra directiva pero del año 1975 previo al Golpe,
orientada hacia la universidad en la cual, recordamos, mataron ese mismo año a
David “Watu” Cilleruelo. Esa directiva llamaba la atención por no ser Bahía
Blanca un centro urbano de grandes dimensiones como pueden serlo otras
localidades del país y sin embargo ser considerada como zona de prioridad por
los genocidas: “Editorial de septiembre del 76 de
digo en esto de ensayarse alguna respuesta en por qué Bahía Blanca estaba ahí
como zona prioritaria: “El enemigo está en cualquier parte, la subversión
ideológica trabaja subterráneamente y por eso la mayoría de la gente no la ve.
Estar y actuar en Bahía Blanca con sus inevitables desplazamientos a sectores
de
Comahue y
era una especie de presencia que la subversión no quería desaprovechar. Cómo y
dónde actuar: en la universidad por supuesto que es el campo más propicio para
el adoctrinamiento. Las investigaciones realizadas por las fuerzas de seguridad
en cuanto a la penetración ideológica en ese medio demuestran hasta qué punto
el extremismo se venía preparando para los años venideros, debían reclutar
gente y la universidad era el mejor medio””.
En esto de ensayar respuestas, dijo Palazzani: “
decía y lo decía claramente que la subversión reclutaba en
del Sur. Y Vilas llegó a decir que era la universidad de la subversión. Ahí
tenemos la causa Ramírez, una causa específicamente armada por Madueño, Alaiz,
Vilas donde se hace una persecución terrible contra los profesores de
específicamente con los departamentos de Economía y Humanidades. Liderado en
ese momento por Remus Tetu este esquema y esta faceta del exterminio así que la
respuesta un poco además de la militancia en Bahía Blanca y de lo que era el
fortín Bahía Blanca según ellos, la universidad era un objetivo claro señalado
por
Analizó Palazzani que este esquema discursivo de preparación, encubrimiento y
de posterior justificación del genocidio, requiere de usinas de propaganda: “No
hay forma de hacer esto si no se prepara a la población y si no se hace acción
psicológica sobre la población. La acción psicológica no era nueva en ese
momento, no es nueva hoy, estamos sufriendo permanentemente operaciones
psicológicas o acción psicológica. Hay veces que hay que leer con sorpresa el
reglamento que tenían sobre operaciones psicológicas, hay un reglamento
específico de operaciones psicológicas, el famoso RC5- 1 donde marcaban y
decían la guerra psicológica es tan importante que merece un reglamento aparte.
Entonces ahí está la propaganda negra, los comunicadores llave, las etapas de
la manera de obtener información, la manera de encubrir”.
Como dato reciente, Palazzani contó que hace muy poco tiempo recibieron de
por
una nueva información: “Nosotros conocíamos en este esquema de la directiva
1/75 el famoso SICOS que era el sistema de comunicación social que preveía la
directiva 1/75 con juntas de acción psicológicas donde todas las fuerzas
confluían para justamente presentar a la sociedad el éxito del proceso de
reorganización y la demonización de todo lo que no respondiera al ser
occidental y cristiano tal como ellos lo pensaban. Pero ese SICOS del 75 se
renovó con un plan de comunicación social del año 78. Plan Nacional de
Comunicación Social lo llamaban, articulaba medios privados con los organismos
de Inteligencia. Estoy pensando en todos los organismos de Inteligencia de las
Fuerzas Armadas, Telam,
y los medios privados”.
En ese entramado, el informe de
Comisión
perfectamente ya que esa era justamente su labor dentro del rubro de los medios
privados: “Es muy impresionante esa directiva del año 75 porque la misma
directiva habla de medios de difusión propios, entonces uno se pone a pensar
cuáles eran los medios de difusión propios porque están hablando claramente de
medios que no son los organismos de Inteligencia ni los de difusión de prensa
del Comando V Cuerpo sino medios privados de difusión. Claramente en Bahía
Blanca había un solo medio que era además un multimedio: Canal 9, la radio y el
diario. No hay manera que en Bahía Blanca no fuera ese medio privado y el medio
de ellos o como lo cataloga el informe de
ralear Heinrich y Loyola de un medio de difusión fundamental. Pero además de un
medio de difusión fundamental, un medio propio, al parecer según propia
terminología castrense”.
Desmontar los discursos
Atando cabos todo se va relacionando y puede llegarse a hablar así del tema
de Papel Prensa: “A nivel nacional las investigaciones posteriores, la
profundización de todo esto nos muestra hoy la inescindibilidad como dice la
resolución de Rafecas respecto de Papel Prensa. La inescindibilidad que tiene
lo investigado ahí con delitos de lesa humanidad, es decir la protección y la
venta de acciones y todo lo que conocemos en cuanto al entramado de lo que
significó la venta de Papel Prensa que el libro lo aborda me parece que incluso
señala caminos a seguir pero claramente en tres o cuatro capítulos se menciona
el tema, incluso en el que escribe Damián (Loreti) y claramente ahí también
vemos, y los encuentros actuales señalan que evidentemente la apropiación de
Papel Prensa también era fundamental para esta labor que se necesitaba
inevitablemente para justificar y luego primero encubrir y luego justificar el
genocidio porque no olvidemos que ellos necesitaban justificarlo para lograr
impunidad”.
Es decir, no alcanzaba con matar, eliminar, desaparecer y apropiarse de niños
si no había una justificación de todo eso: “Necesitaban tener discurso
justificador posterior y realmente lo lograron por bastante tiempo porque
instalaron, ahí tenemos el primer prólogo del Nunca Más, hay discursos
justificantes o discursos que no son los que hoy vemos a partir de lo que
sabemos de los juicios claramente el exterminio preparado. Sino que esa violencia
de la derecha generó la violencia de la izquierda y ahí hay un germen de los
dos demonios y todo lo que transcurrió después. Con lo cual vemos que los
discursos hay que desmontarlos, es importante esto para desmontar los discursos
porque además señala caminos de acción con cuestiones técnicas concretas que
nos sirven para los juicios”.
Por otra parte, se refirió el doctor a la actitud del diario de Massot tras la
reciente acusación de la fiscalía: “Pensábamos en la fiscalía que parafraseando
a algún político que ya no está, decíamos cuando leíamos algunas cosas que
escribió
Provincia
público, que
Provincia
libertad de expresión. Es decir, ellos pretenden situar hoy el esquema o su
conducta y su complicidad en el genocidio en un ámbito de más lavado y más
light de “era nuestra postura editorial”. Largamente excedió una postura
editorial el comportamiento y la conducta de
En la última parte de su disertación Palazzani no quiso olvidar agregar: “De la
pena de muerte hablaban en esa época
escribía en una revista jurídica la ley, Montezanti a favor. Yo traje acá la
nota, Montezanti termina diciendo “naturalmente los apuntes y consideraciones
que anteceden se refieren a la pena de muerte legal en nuestro país, y lo
entrecomilla. En cuanto a la otra, y lo entrecomilla, su tratamiento excedería
manifiestamente el marco de este artículo. Habría que preguntarle a Montezanti
a qué se refiere cuando dice “la otra pena de muerte””.
Palazzani recordó que Montezanti es titular de la cátedra de Derecho
Administrativo 1 de
del Sur y leyó parte de la bibliografía que este sujeto suele recomendar: “Es
decir estamos ante un esquema que todavía nos queda mucho por hacer en términos
de depurar, lo entrecomillo para usar términos por ahí sí hoy apropiados, los
programas de estudio de las universidades de Derecho en
que eso es otra cuenta pendiente que la tenemos que saldar”.
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