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Poesía Viva
Autores e integrantes de las Organizaciones de Derechos Humanos rescataron la palabra viva de poetas y escritores víctimas del terrorismo de Estado, en el marco de un nuevo aniversario del Golpe del 24 de marzo de 1976.
Categoría: Derechos Humanos

Autores e integrantes de
las Organizaciones de Derechos Humanos rescataron la palabra viva de poetas y
escritores víctimas del terrorismo de Estado, en el marco de un nuevo
aniversario del Golpe del 24 de marzo de 1976.


Juan
Diego Incardona, Natalia Molina, Gustavo Darío López, Omar Chauvié, Diego
Poggiese
y Mario Ortiz prestaron sus voces para convocar a Juan
Gelman, Mónica Morán, Ana María Ponce, Joaquín Areta, Mario Galli, Héctor
Oesterheld, Roberto Santoro, Francisco Urondo y Tilo Wenner. La actividad
cultural fue organizada por la agrupación H.I.J.O.S y convocada por la Asamblea
Permanente de Derechos Humanos, la Red por el Derecho a la Identidad de Bahía
Blanca, Mesa por el Juicio y Castigo. La Comisión Nacional de Bibliotecas
Populares auspició el evento, que fue acompañado por Abuelas Relatoras,
Universidad Nacional del Sur y la Editorial Lilith Libros.


La que fuego es
«Es un gusto encontrarnos en poesía, Mirta Colangelo siempre nos dijo que
poesía la que fuego es, en este momento nos vamos a encontrar con textos y
poemas de poetas víctimas del terrorismo de Estado, detenidos y desaparecidos.
La idea es generar un espacio compañero, donde podamos reunirnos, no solamente
en marzo con motivo de Memoria, verdad y justicia, sino que sea la actividad
inicial»
, dió el puntapié Natalia Molina, coordinadora de
la mesa de lecturas.
Juan Gelman fue recordado a causa de su reciente fallecimiento, el 14 de enero
de este año. Alejandra Santucho, en representación de H.I.J.O.S, dijo que
Gelman «fue un compañero, fue un padre, fue un militante, nuestro
padrino». El primer encuentro que hizo H.I.J.O.S, en 1995, fue una jornada
a la que asistió León Gieco y Juan Gelman se hizo presente, ambos se
proclamaron padrinos de la Agrupación. «Después de su paso de muy joven
por el Partido Comunista, ingresa en las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias)
y luego pasa a integrar las filas de Montoneros. Una vez instalado el golpe en
Argentina, él se exilia y desde el exilio va a comunicar cómo se violaron los
Derechos Humanos en la Argentina. A mediados del ´76 es secuestrado su hijo
Marcelo y su nuera María Claudia, embarazada de siete meses. Juan por las leyes
de Obediencia Debida y Punto Final luego de retornada la democracia, no puede
volver al país, se radica en México y allí se queda hasta el año ´88 que
regresa al país. Su búsqueda implacable es la de su nieta Macarena, que se va a
reencontrar en el año 2000, cuando recupera su identidad . Eso es una suerte,
que un abuelo puede irse habiendo conocido a su nieta»
, cuenta Santucho.
Luego der esta evocación, hicieron lecturas
representantes de Abuelas Relatoras del Pami local.

Lecturas aparecidas
Juan Diego Incardona leyó en representación de la Comisión Nacional de
Bibliotecas Populares, organismo dependiente de la Secretaría de Cultura de la
Nación que fomenta el fortalecimiento de las bibliotecas populares en tanto
organizaciones de la sociedad civil e impulsa su valoración pública como
espacios físicos y sociales relevantes para el desarrollo comunitario y la
construcción de ciudadanía. En Memoria en Movimiento, programa de la Secretaría
de Comunicación de la Nación, «publicamos distintas obras que se fueron
rescatando de poetas desaparecidos»
, comienza Incardona. Evoca a
tres autores desaparecidos: Ana María Ponce, Joaquín Areta y Mario Galli.
Ana María Ponce fue secuestrada el 18 de junio de 1977 y fue llevada a la
Escuela de Mecánica de la Armada. «Es un caso extraordinario, porque es
uno de los pocos casos de literatura escrita dentro de un campo de
concentración, como fue la ESMA». Ella era obligada a hacer distintas
tareas para los militares, escribía en una máquina de escribir encadenada.
Siempre que podía escribía un poema y un cuento, hoy debido al tiempo no lo
puedo leer, pero en él imagina su propia liberación». En el carnaval de
1978 la van a trasladar y cree que la van a matar, da sus manuscritos a una
compañera, Graciela Daleo, y finalmente, estos textos se salvan.
Joaquín Areta fue conocido por la lectura que hizo el presidente Néstor
Kirchner de «Quisiera que me recuerden». El escritor era obrero y
estudiante, tenía 22 años cuando fue secuestrado, el 29 de junio de 1978.
Mario Galli era marino, estudiaba en la ESMA, «estaba siendo entrenado
cuando en las distintas Fuerzas cambia la hipótesis del enemigo externo a
enemigo interno. Empiezan a entrenarlos como lo después van a ser Grupo de
Tareas,de hecho él es parte de la promoción 100, tenía como compañeros a Astiz,
Acosta y a otros de la misma calaña. Tanto Mario como Julio César Urien, quien
ha sobrevivido, lideraron una rebelión porque ellos no quisieron ser
represores. Cuando Perón está volviendo a Argentina, en el año ´72, se subleva,
es un hecho poco conocido, un grupo de marinos y suboficiales, que la mayoría
eran peronistas. Hay un combate en la ESMA, hay un muerto incluso, y salen de
la ESMA y toman la plaza de Lomas de Zamora. Se rinden, se salvan de ser
fusilados y van todos presos. Mario Galli termina en Magdalena, ahí escribe
poesía, hay un único ejemplar que es el libro que él encuadernó en la cárcel, y
que su hija Marianela nos alcanzó para que nosotros editaramos».
Mónica Morán llegó de la mano del escritor bahiense Mario Ortiz. Morán nació en
nuestra ciudad en 1949, fue actriz, escritora, artista, dibujante, docente, titiritera,
trabajó en obras de teatro infantiles. Ella era parte del elenco Teatro La
Alianza, ubicado en Rondeau 220. «Estaba ensayando en el teatro una obra
infantil, entró un grupo de tareas del V Cuerpo, el 13 de junio del ´76, a muy
poco tiempo del golpe. La llevaron a La Escuelita. El 24 de junio salió la
noticia en LU2 y La Nueva Provincia de un supuesto enfrentamiento, donde ella
había sido abatido. Qué terrible y qué apropiado recordar esto, me dicen que
mañana estaría la indagatoria a Massot, le toca el turno de la justicia por
encubrimiento y más, por ser uno de los partícipes necesarios de este plan de
represión». Morán entrega sus textos a amigos. En 1987 realizan una obra
de teatro, «Angelario», en el contexto de juicios, retoman textos de
la autora.
«Todos conocemos a Oesterheld básicamente por el Eternauta y los rebotes
posteriores»
, introduce Diego Poggiese. Fue un guionista de
historietas y escritor de relatos breves de ciencia ficción y novelas.
«Leí El Eternauta de chiquito y me fascinó la historia de la resistencia,
con el tiempo me fascinó la persistencia en la lucha para vulnerar esa muerte
inevitable, con el tiempo apareció en otra lectura la idea del héroe colectivo.
Caramba qué voluntad qué escritura potente en una zona de la escritura que por
ahí uno no tiene tan en cuenta. El Eternauta lo leí con mi viejo y estos
cuentos con mi hija».
«Elegí a Roberto Santoro, un poeta que nació en Buenos Aires en 1939. Fue
secuestrado el 1 de julio de 1977, él trabajaba en una escuela, era preceptor y
fue detenido en ese lugar. Como muchos de los escritores de la época jugó con
una doble posición, una hacia el campo de la cultura, donde buscó siempre los
caminos de discusión los menos cómodos, muchas veces de ruptura. Y
paralelamente, y en algún punto logró conjugar en su literatura, una posición
frente al campo del poder. Él se definía como un poeta surrealista, es decir,
soy un realista del sur. En esa caracterización, en ese juego un poco
humorístico, que también lo pone en un lugar del mundo y en un lugar político
está buena parte lo que hizo»
, relató Omar Chauvié. Fue
descrito como un gestor por su actividad de lectura en sindicatos, club de
barrio, bibliotecas populares, su hacer en la revista Barrilete. «Veo que
en los textos, también, está buscando con determinadas palabras y frases
acercamientos a pensamientos cotidianos, de todos los días, el que uno escucha
en la calle, que me parece que tiene mucho que ver con que la literatura llegue
a todos lados».
Tilo Wenner, poeta, periodista y tipógrafo, en la memoria de Gustavo López,
quien rescató la jornada como «un recordatorio tan necesario, en esta
oportunidad hacerlo a través de la poesía, que todos sabemos la potencia que
esto tiene». Wenner nació en 1931 en Entre Ríos en una pequeña localidad
rural, en aquel momento llamada San Guillermo. Se radicó en Buenos Aires como
estudiante, donde empezó «su militancia política y artística literaria,
incluyéndose en varios grupos vanguardistas de la década del ´50, y siendo uno
de los poetas y escritores que más tarde se conociera como Poesía Buenos Aires,
un movimiento muy importante de la década del ´70».
Asesinado a los 46 años de edad, Paco Urondo, «dejó un libro inédito
Cuentos de Batallas, que se perdió en la dictadura genocida». Periodista,
militante de Montoneros, fue desaparecido el 30 de junio de 1976. Natalia
Molina evocó la palabra de Urondo con «A Saudade mata gente»,
«Cánones», «Milonga del marginado paranoico», entre otros.
En el cierre poético, resuenan dos frases. Presentes. Bien lo dijo Gelman:
«No se muere de amor, se vive de amor».

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2014-03-31 08:08:00
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