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Nuevas oportunidades para la Memoria, la Verdad y la Justicia
Una jornada histórica se vivió el 24 de marzo en la ciudad. Por la primera vez un aniversario del Golpe de Estado de 1976, se conmemora con represores condenados en Bahía Blanca. Por la mañana el acto donde funcionara el CCD “La Escuelita” y por la tarde, complicado por la lluvia, el acto convocado por la Mesa por el Juicio y Castigo frente al Teatro Municipal.
Categoría: Derechos Humanos

Una jornada histórica se vivió el 24 de marzo en la
ciudad. Por la primera vez un aniversario del Golpe de Estado de 1976, se
conmemora con represores condenados en Bahía Blanca. Por la mañana el acto
donde funcionara el CCD “La Escuelita” y por la tarde, complicado por la
lluvia, el acto convocado por la Mesa por el Juicio y Castigo frente al Teatro
Municipal.

Durante la última dictadura militar, en el predio que supo ser el Centro Clandestino
de Detención “La Escuelita” de Bahía Blanca, María Graciela Izurieta lograba
hacerles llegar a sus padres una carta en la que les contaba acerca de una
nueva noticia: estaba embarazada: “…ustedes no deben entender nada, el bebé que
tengo en la panza y pateándome es hijo de Marcelo, pobrecito Marcelo que ya no
va a poder conocerlo nunca…” escribía María Graciela desde su cautiverio.
Más de treinta años después, el mismo predio donde funcionó “La Escuelita”
recibe a quien quiera ver la verdad, con una silueta de una mujer embarazada
con los ojos tabicados, fiel reflejo de las historias que en ese infierno
ocurrieron. Sin embargo, allí, en uno de los lugares en donde se vivió el
horror más grande que sufrió nuestro país, María Graciela aún conservaba la
esperanza y también se la transmitía a sus papás: “…es por el bebé que estoy
viva y es gracias a él que voy a ir a la cárcel…”.
El descubrimiento de la silueta mencionada sirvió como cierre de lo que fue el
clásico acto del 24 de marzo, esta vez a 37 años del golpe de Estado de 1976.
Unas doscientas personas se dieron cita en “La Escuelita” y recorrieron los
caminos por los cuales, seguramente, arrastraron a María Graciela y a decenas
de detenidos desaparecidos durante aquella época.
Entre los concurrentes se encontraba Walter Larrea, abogado querellante en el
juicio a los represores del V Cuerpo de Ejército quien coincidió con EcoDias
acerca de que este acto tenía un sabor diferente por el hecho de ser el primero
luego de la primera condena lograda en Bahía Blanca: “Evidentemente es un
momento distinto de todos los años que nos han encontrado asistiendo a este
acto porque la condena de septiembre del año pasado establece, me parece, un
antes y un después en esta larga lucha. Y si bien hay un montón de cuestiones
que todavía restan porque hay que continuar con los juicios, hay que continuar
con la investigación de la participación civil, creo que es otro gusto, otra
sensación, y estamos parados en un lugar en el que me parece que el camino está
un poco más iluminado con el faro este que ha significado la sentencia de la
causa del V Cuerpo”.

Ser sobreviviente
Por el lugar andaba también Julio Ruiz, sobreviviente de “La Escuelita”
quien en el mismo sentido destacó: “Se ha expedido la justicia, seguirá expidiéndose
en los próximos meses, como diría una vieja propaganda de cigarrillos: hemos
recorrido un largo camino. Más digamos que por el hecho en sí, en lo simbólico
que representa para las futuras generaciones, incluso para las futuras
generaciones de militares, este hecho de que no quedan impunes cuestiones de
esta naturaleza. Cada uno deberá cumplir su rol en la sociedad, las Fuerzas
Armadas tienen su rol como es la custodia de la soberanía y no ser la policía
de los sectores privilegiados en la Argentina. Esto me parece que es
absolutamente imprescindible que quede claro”.
Para Julio, estos acontecimientos son importantes como hecho de docencia en
función del futuro: “Que esto no se vuelva a repetir, que este Nunca Más que
salió en su momento por el juicio a las juntas, sea una cuestión absolutamente
necesaria para el futuro del país”.

“Vivimos en esos hijos”
Francisco Martínez es el presidente de la Cooperativa Textiles Pigüé, una empresa recuperada por sus propios
trabajadores. Desde esa localidad se vino hasta Bahía para ser parte del acto y
decir unas palabras. En las mismas recordó una anécdota: “Coincidiendo
con mi cumpleaños un 6 de octubre de 2006 nos visitó Hebe de Bonafini en la
planta y cuando entro a la fábrica, que estábamos recién empezando, se acerca,
me da un beso, me toma la mano, se saca un anillo, me lo pone en mi dedo y me
dice feliz cumpleaños hijo. Hicimos el acto, hicimos toda la jornada y un día
le pregunto por qué me había dicho hijo…claro, si ella dice que nosotros
vivimos en esos hijos, nosotros somos la continuidad para ella de esos
compañeros desaparecidos. Y la verdad que se me cayeron las medias ante esa
explicación y tomamos mucho más compromiso”.
Era la primera vez que Francisco pisaba “La Escuelita”, un lugar que guarda
todavía muchos secretos, muchas verdades que aún no se saben sobre sus víctimas.
 
Del terror a la victoria
“Ando con los malestares propios de los seis meses y medio de embarazo,
pero este hijo me da tantas fuerzas, tanta fe, que soy capaz de soportar todo,
todo esto con mucha esperanza”, reseñaba María Graciela en aquella carta que
hoy se convierte en un documento importantísimo para la historia de la ciudad.
Es que allí pasaron tantas cosas, tanto terror, tantas bestias, mucha que aún
continúan sueltas y contra los que hay que seguir luchando.
Así lo entienden también las Abuelas Relatoras por la Identidad quienes leyeron
un texto del cual una parte decía: “…detrás de cualquier disfraz de militar, de
civil, de religioso, por respetable que parezca puede habitar el más cruel de
los monstruos y que luchar contra los monstruos disfrazados es una tarea
permanente y consecuente, y en eso estamos…”.
Obviamente no hay que olvidarse de los cómplices de la dictadura y por eso una
joven integrante de Red por la Identidad dijo lo suyo al respecto del diario
fascista La Nueva Provincia.

APDH
Como todos los años, Eduardo Hidalgo, secretario de la Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos de Bahía Blanca, dio lectura al documento de la
entidad:
“Este 24 de marzo nos encuentra habiendo
marcado una señal muy fuerte en este camino de Memoria, Verdad y Justicia.

El primer juicio, durante un año reabrió
la puerta para volver a recorrer el terror, la muerte, la desolación, la
demostración del más absoluto desprecio por el otro, y la creencia de los
genocidas de ser los elegidos, tal como el nazismo lo hizo en el siglo XX.

Recorrimos nuevamente en cada testimonio
de cada víctima sobreviviente, y en cada prueba mencionada, el sufrimiento más
profundo. Testigos solidarios de los hechos, consolidaron el testimonio de
víctimas sobrevivientes, confirmando así la verdad mostrada durante años frente
a una sociedad insensible. También fuimos testigos de la cobardía de quienes
conociendo hechos, fueron falaces, ambiguos o cómplices, favoreciendo a los
imputados al ser llamados a testificar por la defensa, como todos recordamos”
(…)

“Las sentencias producidas dieron
culminación a su tarea, que reconocemos como invalorable, poniendo en
fundamentos indestructibles la realidad histórica mostrada en cada audiencia a
lo largo de algo más de un año, y concretándola en las condenas justas y
acordes a los crímenes cometidos, señalando además lo que falta investigar, y
que fuera mencionado en varias oportunidades con respecto al rol ejercido por el
diario La Nueva Provincia como parte del plan de exterminio local y la acción
sicológica sobre la población” (…)

“La desaparición de nuestros hijos, la
negación de su identidad en la apropiación, es la presencia y continuidad aún
de la dictadura en nuestros días. Condenar a todos y cada uno de los genocidas
a los que no les llegó aún el fin de su vida biológica y que no han sido
juzgados, es concretar la lucha inconmensurable de los organismos y los
sobrevivientes durante estos treinta y siete años construyendo la memoria y la
verdad, y al mismo tiempo permite profundizar las políticas de Estado que en
tal sentido fueron iniciadas en el 2003 por nuestro inolvidable Ex Presidente
Néstor Kirchner, y continuadas hoy por nuestra Presidenta Cristina Fernández” (…)

“Debemos profundizar las investigaciones
en los distintos planos que aún no han sido revelados en su total magnitud,
como lo es el civil y el
eclesiástico, sin desconocer que se han dado algunos pasos
incipientes.

El camino que comenzamos a andar los
organismos casi desde el mismo inicio de la dictadura cívico militar genocida,
lo hicimos entre otras cosas en la convicción de que nuestros compañeros que
cayeron por la vida, no están ni pueden llamarse muertos. Sabíamos que el
camino sería largo y a veces angosto y desparejo, pero hoy estamos más seguros
que nunca de que valía la pena caminarlo. Porque a el se han sumado muchos más,
y también porque el actual Gobierno Nacional y Popular se abrazó a nuestras
históricas banderas de Memoria, Verdad y Justicia”.


HIJOS
Y para finalizar
fue el turno de la Agrupación HIJOS de la mano de Ramón Rivera: “Se estima que
fueron 500 los hijos apropiados y solo 109 han recuperado su identidad. Todavía
faltan cerca de 400 hermanos. Ellos ya son personas adultas que aún no saben
quiénes son y a través de la difusión y la concientización a la sociedad,
brindamos desde nuestro lugar los mecanismos necesarios para obtener algún dato
o para que ellos mismos puedan acercarse a Abuelas de Plaza de Mayo. Estamos en
un año donde comenzarán dos nuevos juicios, próximamente iniciará la segunda
parte del V Cuerpo de Ejército con diez imputados y para mediados de año se
espera la llegada del juicio a la Armada en donde tendrá que rendir cuentas
ante la justicia el Diario La Nueva Provincia por los asesinatos de los
compañeros Heinrich y Loyola”.
Hubo mucha alegría en el acto, seguramente por el hecho de que la primera
condena es una realidad y hay sobrada confianza para lograr otra en el
corriente año.
Una alegría tal vez parecida a la que María Graciela intentaba describir en su
carta por su reciente embarazo y su esperanza de salir de allí. En esa misma
carta, que fue leída por completo en el acto, les dijo a sus padres: “Los
quiero tanto, ustedes no pueden imaginarse cuánto y necesito que estén
tranquilos y con fe que todo va a salir bien…”.
El hijo de María Graciela aún no conoce su verdadera identidad y se lo sigue
buscando…
Fue un acto con alegría, sí, pero todavía resta camino, sobre todo y como diría
una canción: “por los chiquitos que faltan, por los chiquitos que vienen…”.


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2013-03-25 08:15:00
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