©Todos los derechos compartidos

El renunciante
El rectorado aceptó la semana pasada la renuncia de Hugo Mario Sierra, dimisión presentada el lunes 19 de septiembre.
Categoría: Derechos Humanos

El rectorado aceptó la semana
pasada la renuncia de Hugo Mario Sierra. La dimisión fue presentada el lunes
19, cuando pesaba sobre el letrado una suspensión en sus actividades académicas
y faltaba un día para la primera de las reuniones interclaustros en busca de
consensos de cara al inicio de un juicio académico en su contra.

La
situación de Hugo Mario Sierra es conocida y ha sido ampliamente difundida por
EcoDias en sus ediciones anteriores de este mismo año: sobre el abogado pesan
acusaciones vinculadas a su pasado como secretario del ex juez federal
Guillermo Federico Madueño, durante la última dictadura cívico militar.
Varios testimonios, recolectados por el fiscal Abel Córdoba, acreditan incluso
su participación en interrogatorios bajo tortura a prisioneros ilegalmente
detenidos. Las imputaciones no representan ninguna novedad, ya que el primero
de los cinco sucesivos pedidos de detención que Córdoba elevó al juez vitalicio
Alcindo Álvarez Canale data de diez meses atrás.
Pero fue el testimonio que el ex legislador provincial Mario Edgardo Medina
brindó ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal que enjuicia a diecisiete
represores lo que motivó que la mirada de la opinión pública se pose sobre el
abogado penalista bahiense. Como se recordará, Medina relató que el 1 de abril
de 1976, a poco de haberse producido su secuestro y luego de una semana en el
Centro Clandestino de Detención (CCD) al que fue llevado, fue indagado por el
ex juez federal Guillermo Federico Madueño. En dicha oportunidad, mientras
declaraba, dos soldados le apuntaban a la cabeza con ametralladoras.
Según la víctima, Madueño supo de su propia boca las torturas que le había
tocado padecer durante su cautiverio en el CCD “La Escuelita”. En estas circunstancias,
identificó a Hugo Mario Sierra como la persona que tomaba nota de lo que la
víctima declaraba. Por entonces, el penalista bahiense era uno de los
secretarios de Madueño.
Ante la declaración, el Tribunal dispuso la detención de Sierra. El letrado fue
liberado luego por disposición del juez ad hoc Luis Esandi, quien reemplazó a
Álvarez Canale -quien solicitó una repentina licencia- y a Santiago Martínez,
que también se excusó de intervenir. Luego quedaría demostrado que Esandi
mantenía vínculos con el imputado, por lo que también debió haberse excusado.
Entre los nexos entre el detenido y el magistrado que lo liberó, el fiscal
Córdoba documentó en su posterior pedido de recusación a Esandi que el más
añejo de ellos involucraba a la Universidad Nacional del Sur (UNS), donde tanto
uno como otro eran catedráticos del Departamento de Derecho. De hecho, en 2002,
se presentaron como candidatos por el claustro de los docentes por la misma
lista. José Luis Centurión, Néstor Montezanti, Mario Arruiz y Eduardo Conghos
completaban la nómina de la agrupación, denominada “Fundacional”. La
coincidencia se mantiene hasta el presente, ya que ambos forman parte del grupo
de autoridades del Colegio de Abogados y Procuradores de Bahía Blanca, habiendo
accedido a sus respectivos mandatos a partir de candidaturas enmarcadas,
también, en la misma lista de postulantes.

Una renuncia demasiado repentina
Ante el impacto que la noticia generó puertas adentro de la UNS, el rector
Guillermo Crapiste elaboró un proyecto de resolución que suspendía a Sierra de
sus funciones académicas. La resolución salió ad referéndum de la Comisión de
Interpretación y Reglamento del Consejo Superior Universitario (CSU), mientras
transcurrían las menos de veinticuatro horas que el imputado pasó como
detenido.
Ese mismo día, la Secretaría General del CSU envió una comunicación electrónica
a cada una de las listas que lo componen con el objeto de realizar una
convocatoria interclaustros para avanzar hacia un consenso que permitiese el
inicio de enjuiciamientos académicos a Sierra. El proceso de Juicio Académico
es el que podría determinar la exoneración definitiva de un miembro de la
comunidad universitaria por conductas reñidas con la ética que pretende
inculcar la casa de estudios.
El encuentro interclaustros fue fijado para el martes 20 pasado. Finalmente,
todo concluyó en un pacto de silencio sobre lo tratado y la prohibición a los
medios de comunicación de ingresar al recinto. Sí se dejó trascender que había
voluntad de todas las listas asistentes para avanzar en el proceso de
enjuiciamiento académico.
Lo erróneo de esta información pudo comprobarse el martes pasado, cuando sólo
cuatro listas dieron el presente. Entre las que faltaron al segundo encuentro
se encontraba Línea Phi, notoriamente vinculada a Sierra y promotora de un
respaldo en bloque a Gloria Girotti, cuando ésta buscó la reválida a su cargo
docente de Derecho en los Contratos, durante 2010 (ver recuadro).
De todos modos, la dilación de definiciones en el inicio del enjuiciamiento a
Sierra sólo acrecentó la ventaja que el letrado llevaba en su carrera en busca
de una salida decorosa. El lunes 19, un día antes del primero de los encuentros
interclaustros, presentó su renuncia al cargo de Derecho Penal II, la materia
que continuaba a su cargo cuando se produjo su detención. Hasta agosto, cabe
recordar, el ex secretario de Madueño dictaba clases también en Derecho Penal
I. Debía revalidar su designación en concurso cerrado antes de fines de ese mes.
Acaso para no concentrar en sí la atracción que produjo Girotti al momento de
hacer lo propio para su cargo docente, el penalista eligió no presentarse.
Lo intempestivo de su renuncia, acaecida luego de la semana en que fue detenido
por la Justicia Federal y suspendido por la UNS, se deja ver en un dato: cuando
cumplió sus 65 años y alcanzó la edad de jubilarse, Sierra había optado por
continuar un lustro más como docente. Para despuntar el vicio de enseñar.

Los términos de la renuncia
En la nota de dimisión que remitió al decano del Departamento de Derecho de
la UNS, Andrés Bouzat, Hugo Sierra expuso que ha decidido dejar “sin efecto la
opción para continuar en actividad hasta los 70 años que hiciera tiempo atrás,
a fin de acogerme a los beneficios jubilatorios”.
Y ante cualquier duda que el trámite pudiera dejar, argumentó que “si bien ya
venía contemplando la posibilidad de anticipar mi retiro, el dolor provocado
por la suspensión de mis actividades académicas el mismo día en que fuera
privado de mi libertad mediante una orden de detención ilegítima, terminó de
decidirme”.
“A partir de esto quedó absolutamente claro para mí que en este marco de
situación habría de resultar imposible continuar con mis tareas docentes en
esta Universidad”, agregó finalmente.
Durante la última semana, el rectorado decidió aceptar la dimisión del letrado,
imputado de graves crímenes de lesa humanidad pero -según él- ilegítimamente
privado de su libertad entre el martes 13 y el miércoles 14 de septiembre.

Otra vuelta en el CSU
Si bien para cuando el tema ingresó sobre tablas a la última sesión
plenaria del CSU Sierra ya había presentado su dimisión, resulta interesante
repasar lo ocurrido al momento de votar la ratificación del cuerpo a la
suspensión que el rectorado, ad referéndum de la Comisión de Interpretación y
Reglamento del propio CSU, hizo recaer sobre Sierra el miércoles 14 de
septiembre pasado.
Los firmantes del dictamen que aconsejaba la ratificación de la medida fueron Cristian
Kreber, Gastón Milanesi, Telma Alonso, Federico Martínez Gravino y Roberto
Cimatti.
A la hora de la votación, la mayoría de los votos fueron por la afirmativa.
Llamativamente, fue una estudiante la encargada de desentonar en el recinto.
Josefina González Martínez se pronunció por la negativa ante una medida
ampliamente respaldada por la comunidad académica. Incluso, por la propia
agrupación a la que pertenece: Generación UNS, cuyo consejero Martínez Gravino
resultaba uno de los firmantes del dictamen por la afirmativa. Por otra parte,
cabe recordar, el claustro estudiantil votó unánimemente contra la reválida de
Gloria Girotti, sobre quien pesan idénticas imputaciones que las que recaen
sobre Sierra, en mayo de este año.
En tanto, se registraron tres abstenciones: Miguel Ángel Cantamutto, Lilia
Señas (ambos de la lista Universidad) y Paula Carlaván (de Auxiliares del Sur).

La licenciada Girotti
 Tal como adelantó EcoDias, otros dos
nombres que circulan como posibles focos de procesos de enjuiciamientos
académicos son los de Néstor Montezanti y Gloria Girotti.
Camarista y escritor, Montezanti es además docente en tres materias del
Departamento de Derecho de la UNS: Ciencia Política, Derecho Administrativo I e
Introducción al Derecho. Su nombre aparece en el listado del Personal Civil de
Inteligencia que prestó servicios al Destacamento de Inteligencia 181 del
Ejército Argentino en tiempos de la última dictadura cívico militar. Su caso
es, desde el punto de vista institucional, gravísimo: el listado, revelado por
una expresa orden presidencial en 2010, lo encuadra dentro de las funciones de
“asesor universitario”.
Por su parte, Gloria Girotti también se desempeña como docente en la mencionada
unidad académica y durante la dictadura estuvo a cargo, como Sierra, de una
secretaría en el Juzgado Federal a cargo de Guillermo Madueño.
Sobre ella pesan imputaciones idénticas a las que recaen sobre el penalista. De
hecho, en diciembre pasado el primer pedido de detención presentado por el
fiscal Abel Córdoba incluía ya los nombres de ambos. Contemporáneamente a ello,
Girotti pretendió acceder a una reválida docente en la materia Derecho en los
Contratos. La discusión llegó al CSU, donde se objetó su designación a la luz
de sus antecedentes. En mayo, el cuerpo le otorgó la reválida en polémica
sesión y su nombre alcanzó un tristemente célebre estrellato que su colega
Sierra opacó en las últimas semanas, con la orden de detención librada en su
contra y la posterior suspensión académica decidida por la UNS sobre su tarea
docente.
La última noticia sobre Girotti se vincula con un llamativo pedido de licencia
con goce de haberes que elevó la semana pasada y que ya le fue otorgado. Según
pudo saber este medio, la letrada esgrimió razones de salud para solicitar el
beneficio.
Aunque ambos siguen teniendo éxito en eludir la salida indecorosa del plantel
docente de la UNS para la que tantos méritos parecen haber hecho, lo cierto es
que los estudiantes de derecho que asistan a clases durante el cuatrimestre en
curso no tendrán como profesores a cargo ni a Sierra ni a Girotti. No deja de ser
una buena noticia.



facebook
Twitter
Follow
2011-09-30 08:39:00
Relacionados
ESTEMOS CONECTADOS
campañas
144 600x600px (1)
137 (1)
adhesiones
adhesion facundo 600x325px (1)
adhesion lopez 600x325px (1)
última Edición
Cooperativa Ecomedios
Nos apoyan
Nosotros
Ecodías es una publicación de distribución gratuita.
©Todos los derechos compartidos.
Registro de propiedad intelectual Nº5329002

Los artículos firmados no reflejan necesariamente la opinión de la editorial.
Agradecemos citar la fuente cuando reproduzcan este material y enviar una copia a la editorial.

> Directora
Valeria Villagra
> Secretario de redacción
Pablo Bussetti
> Diseño gráfico
Rodrigo Galán
> Redacción
Silvana Angelicchio, Ivana Barrios y Lucía Argemi
> Difusión en redes sociales
Santiago Bussetti y Camila Bussetti
> Colaboradores
Claudio Eberhardt


es un producto de:

Matrícula INAES 40.246. 

Desarrollado por Puro Web Design.

RSS
Follow by Email
Telegram
WhatsApp