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Aula de la Independencia y la Memoria
El barrio Sánchez Elía recordó a Alberto Paira y Adrián Carlovich, asesinados durante la última dictadura, a través de un acto homenaje en la Escuela 57, donde se bautizó un aula con los nombres de sus dos ex alumnos.
Categoría: Derechos Humanos

El barrio
Sánchez Elía recordó a Alberto Paira y Adrián Carlovich, asesinados durante la
última dictadura, a través de un acto homenaje en la Escuela 57, donde se
bautizó un aula con los nombres de sus dos ex alumnos.
También hubo actividades en el salón parroquial del barrio donde hubo poemas,
fotos y micrófono abierto para recordarlos.

El juicio que arrancó el 28 de junio contra 19
represores acusados de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura
militar en Bahía Blanca, está produciendo sensaciones poco comunes en quienes cubrimos
periodísticamente tanto ese proceso como las demás actividades relacionadas a
los derechos humanos que se desarrollan en torno al mismo.
Acostumbrados desde hace años a estar presentes en actos y homenajes por el
estilo, es innegable que algunas cosas han cambiado, incluso en el seno mismo
de esos actos.
Muestra cabal de lo dicho se vivió el viernes 8 de julio de 2011 en el acto escolar
por el Día de la Independencia en la Escuela 57 del barrio Sánchez Elía. Amén
del valor como acto patrio, se agregó la intención adicional a festejar la
Independencia nacional el homenaje a Alberto Paira y Adrián Carlovich, quienes
crecieron en esa barriada, concurrieron a esa escuela y fueron asesinados en su
juventud por represores que ejercían el Terrorismo de Estado.

Cambios paulatinos
Bahía Blanca parece no ser la misma. El inicio del juicio por delitos de
lesa humanidad -deuda extendida en el tiempo merced, entre otros, al accionar de
funcionarios del Poder Judicial, como por ejemplo el juez vitalicio Alcindo
Álvarez Canale- parecería marcar un antes y un después. El acto en la Escuela
57 es una marca en ese sentido porque tres importantes factores para el
crecimiento de un país se hicieron presentes en grandes y chicos:
Independencia, Educación y Memoria.
La jornada en la Escuela 57 tuvo una excelente asistencia de público que colmó
el patio del colegio en donde se desarrolló el acto. Un acto realizado por los
nenes y las nenas de primer grado que, ayudados por sus maestras,
personificaron y representaron aquellos momentos de la tan esperada e
importante Independencia nacional. Lo hicieron a su manera, divirtiéndose,
provocando orgullo en sus papás y mamás, y también transmitiendo con su
espontaneidad valores tales como educación, vivienda, trabajo, entre otros.
Luego vino la segunda parte del acto, el homenaje a Paira y Carlovich. La
iniciativa de recordarlos de esta manera surgió de los propios vecinos y
vecinas del barrio, de la Comisión Barrial por la Memoria, de gente de a pie
que junto a la escuela hicieron realidad la idea.
Una maestra dijo al micrófono que “hoy hay mucha gente reunida no sólo por la
Independencia que es tan importante, que debe mantenerse siempre en la memoria
de todos”, dando paso a la directora Ester Agunin, quien resaltó el hecho de
vincular la fecha más importante del año escolar, en cuanto a festejos se
refiere, junto a un acontecimiento tan sentido como homenajear a dos ex alumnos
de la institución.
Sentados en primera fila y también dispersados por el patio, se encontraban
familiares y amigos de las víctimas, visiblemente emocionados. En su
intervención, Agunin señaló: “Esta fecha nos es propicia para recordar a
jóvenes que vivieron en este barrio, fueron alumnos de esta escuela, uno de
ellos abanderado, su hermano que también fue abanderado que va a hablar hoy es
Daniel Paira, va a estar su hija, familiares de Adrián Carlovich que también
fue alumno de esta escuela. Ellos hicieron mucho por la vida escolar,
participaron en un equipo de fútbol, participaron en certámenes de
conocimientos y ganaron cosas, ganaron primeros premios”.
Esos premios, agregó, se encuentran en la escuela como recuerdo, y son vistos
por grandes y chicos que pasan por allí: “Estos jóvenes, Alberto Paira y Adrián
Carlovich, asumieron un compromiso difícil, un compromiso político en una época
turbulenta, una época difícil para la democracia de nuestro país, de nuestra
historia, y fueron por ese compromiso, por esa entrega y por esa pasión,
víctimas del Terrorismo de Estado. Todos deseamos que esto no se vuelva a
repetir, por eso para mantener viva nuestra memoria es que el aula número 12 va
a llevar los nombres de Alberto Paira y Adrián Carlovich”.
Después de tantos años de esperar justicia, el hecho de que a niños y niñas de
seis años en adelante y a sus papás y mamás se les hable sin eufemismos en
materia de derechos humanos, es esperanzador y hace que el futuro se mire con
otros ojos: “Quiero recuperar la letra de la canción de los chiquitos de 1°
grado cuando dijeron que la libertad no tiene sentido si no tenemos libertad de
pensamiento, vivienda, trabajo, educación, si no hay respeto por nuestros
derechos. Creo que fue el mejor mensaje de los chiquitos”.

Valió la pena
Daniel Paira, hermano de Alberto, fue el primero de los familiares en
hablar al público y relacionó el festejo de la Independencia con el recuerdo de
la dictadura: “Esto demuestra que la Independencia no es cosa de un día, la Independencia
no fue allá en 1816, la tenemos que seguir manteniendo. La otra vez era España,
pero si después nosotros perdemos nuestra soberanía, la soberanía de la
democracia porque nosotros no elegimos, otros deciden… Y nos pasó: decidieron
otros”.
Daniel recordó a su hermano y también a Adrián, su compañero en la escuela
primaria, secundaria y también en la militancia: “Me interesaría decir a todos
los que no conocen por qué Alberto y Adrián dieron su vida: ellos la dieron por
la liberación nacional, ese era su ideal que también era el mío y es el mío. Es
el cumpleaños de la Patria, vale la pena y valió la pena, porque a veces uno se
cuestiona muchas cosas pero valió la pena”.
Julia Pizá, hija de Alberto, profundamente emocionada agradeció el homenaje y también
la preparación en las reuniones con los vecinos que impulsaron la iniciativa:
“Me contaron muchas cosas, anécdotas desde el primer día desde ‘esa cara es la
cara de tu papá, ese gesto es de tu papá’… Todas esas cosas hacen que una vaya
armándose y armándolo a Alberto. Yo tenía seis meses cuando lo mataron, no lo
conozco, no conocí su voz, no tengo una foto con él, y esto me acerca a mi
papá, me hace muy feliz”.
Julia habló de una foto de su papá como abanderado en ese patio de escuela en
el cual también jugaron Adrián y su tío Daniel, “y yo estoy acá pisando ese
mismo patio. Veía a los nenes y digo que mi papá no me pudo ver a mí en un acto,
y lo lamenté. Lo lamento terriblemente y me pone triste eso, pero me vieron mis
abuelos, me vieron mis tíos, mi familia me pudo ver”. Y en su profundo dolor,
no cejó en marcar el compromiso “como hija, nosotros desde H.I.J.O.S., desde la
agrupación, más allá de lo personal, seguimos buscando a los 400 chicos, a
nuestros hermanos apropiados de todo el país, y creo que la lucha va a estar
ahí”.
Por último, Julia rescató la importancia del juicio a los represores y
transmitió su esperanza de llegar a la tan ansiada justicia. “El juicio que se
está dando en Bahía es histórico porque Bahía Blanca es muy particular y lo
estamos logrando. Van a pagar, van a estar presos que es lo que queremos. Y
estos 400 hermanos apropiados van a aparecer y van a recuperar su identidad, yo
estoy segura de eso”.
Con La Memoria de León Gieco de fondo, familiares y amigos de las víctimas
descubrieron las placas que dicen que el aula número 12 de la Escuela 57 se
llama Alberto Paira y Adrián Carlovich. Mientras tanto, en el patio, las
abuelas relatoras de PAMI leían un poema de Gelman para los presentes. Más
tarde, las actividades siguieron en el salón parroquial del barrio donde se
leyeron distintos poemas y se proyectaron fotos que contaban la historia de
Alberto y Adrián. También hubo micrófono abierto y fue allí donde se escucharon
testimonios valiosísimos de vecinos, de compañeros de scout, de la escuela y de
la militancia política de los homenajeados. La jornada terminó con música para
finalizar un día muy emocionante para todos.
Este 2011 no sólo trae un juicio largamente esperado. También la tarea
fundamental de empezar a contarles a los más chicos lo que pasó en este país.
Desde ahora, el aula Paira y Carlovich los hará recordar y saber que una de las
maneras de mantener la Independencia es, en las aulas y en la vida, haciendo Memoria.

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2011-07-18 11:22:00
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