La biblioteca popular Roberto Payró adhirió por tercera vez consecutiva al
movimiento internacional de suelta de libros, la bienvenida al frío invierno
con la invitación a leer y contagiar lecturas.
“La suelta de libros se produce a nivel internacional, cualquier persona lo
puede hacer, quien tenga un libro en su casa que ya leyó y no lo piensa releer
puede tomar el libro y escribir en la primera hoja que el libro es libre y que
la persona que lo encuentre lo lea y lo vuelva a dejar en la calle o dárselo en
mano a algún conocido, que el libro circule”, explicó Natalia Canova,
bibliotecaria del lugar. “Nosotros conocíamos esa idea y sabíamos que el día
internacional en el que se hace es justo con el cambio de estación, en este caso
fue el de invierno, ya lo habíamos hecho en marzo de este año, y el año pasado
en diciembre”.
Sorprendidos
Más allá de que la biblioteca cuenta con Facebook, la bibliotecaria se
mostró sorprendida por la llegada de esta última suelta, “tuvo mucha más difusión,
al parecer se compartió más en las redes sociales y tuvimos la suerte de que
llegara mucha más gente a la biblioteca” contagió.
La mecánica para soltar libros de una biblioteca popular es detallada, “lo que
pasa muchas veces en las bibliotecas es que recibimos muchas donaciones y hay
libros que ya los tenemos por ser clásicos, así que a veces tenemos el libro
triplicado y en realidad no tienen tanta salida. Lo que se hace con esos libros
para que no ocupen tanto espacio y sean aprovechados por otras personas es
darlos de baja. Después de hacerlo tiene muchas opciones, nosotros decidimos
darlos libremente para incentivar la lectura. Los que seleccionamos son los que
consideramos que a la gente les pueda interesar”. Integran el top de las más
pedidas las obras de historia, literatura y autoayuda.
La liberación de libros genera murmullos, “hay dos reacciones que son las más
comunes, la primera es de sorpresa positiva, qué bueno esto que hacen porque no
se pide nada a cambio y la otra es cómo saben que el libro cae en buenas manos,
confiamos en lo que va a pasar, en la buena fe de las personas y porque si uno
hace algo con una buena intención lo más probables es que se reproduzca. Hay
una situación de sorpresa y también un miedo pero creo que es hasta que se haga
más conocido y la gente lo entienda como lo que es: una buena intención”. Si la
gente que se acerca a la biblioteca es menor, Canova asegura que “llevo algunos
libros y suelto en el Paseo de las Esculturas, esto tiene que ver con la
lectura al aire libre, encontrarse con la sorpresa de un libro”.
No molestar, estamos leyendo
“Hay una idea de que la gente no quiere leer, y no es así, mucha gente
llega a la biblioteca y pregunta por el espacio”, esta construcción de
identidad con el barrio hace que las personas vecinas lleguen y “digan podemos
venir a leer acá, o leer y estudiar, también se hacen socios y colaboran, hay
muchas cosas positivas que tienen que ver con venir a la biblioteca y habitar
el espacio, también se acercan para averiguar qué actividades hay, ya que
funcionamos junto a la sociedad de fomento, que está en el primer piso”.
La biblioteca popular cuenta con 10 mil volúmenes de libros, “tenemos
muchísimos libros y por eso queremos que venga más gente, nos encanta que esos
libros se muevan, los consulten. La cuota es accesible, 50 pesos cada dos
meses, también es posible becarse si alguien no puede pagarlo. Si alguien
decide no asociarse, la biblioteca está abierta para cualquier persona”.
Cuenta con una sala de lectura grande y una sala infantil. Se dictan italiano e
inglés. También hay una estantería abierta, “donde la gente puede acercarse,
mirar el material, consultar todo lo que quiera”. Una cocina es la delicia de
los jóvenes, “se preparan mate mientras estudian, hay gente que viene y se
queda toda la tarde estudiando y aprovecha este espacio”. Otros que habitan
durante toda la tarde la biblioteca son los universitarios, ya que la sede se
encuentra próxima a las dos universidades de la ciudad. “Hay un incentivo de
muchas mamás que acompañan a los más pequeños para que aprendan a investigar y
buscar en los libros, y que no sea internet la única fuente”.
“Las bibliotecas no son para quedarse encerradas entre cuatro paredes” afirma
un lema entre bibliotecarios, de esta forma se impone la obligación, de salir
“a la caza de los usuarios” o quizás sean cazados por un libro suelto.
PASAR, VER Y LIBREAR
La biblioteca Roberto Payró se encuentra en la calle 19 de mayo 769, en el
Barrio Napostá, a pasos del Paseo de las Esculturas. Permanece abierta de 15 a
19 horas.
> Directora
Valeria Villagra
> Secretario de redacción
Pablo Bussetti
> Diseño gráfico
Rodrigo Galán
> Redacción
Silvana Angelicchio, Ivana Barrios y Lucía Argemi
> Difusión en redes sociales
Santiago Bussetti y Camila Bussetti
> Colaboradores
Claudio Eberhardt
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