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Los fantasmas de Scrooge
Categoría: Cine

Título original: A Christmas Carol
Guión y dirección: Robert Zemeckis
Fotografía: Robert Presley
Música: Alan Silvestri
Origen: USA – 2009
Calificación: Sólo apta para mayores de 13

Si bien ya se habían estrenado otros filmes rodados en 3D -por ejemplo, Viaje al centro de la tierra (Eric Brevig, 2008)-, Los fantasmas de Scrooge es el primero exhibido en la ciudad que puede apreciarse por la existencia de proyectores ad hoc.
Una novedad bienvenida -a pesar de que el costo de la entrada sea mayor-, disfrutada con asombro por la profundidad y el volumen que da a las imágenes. En especial en las escenas de acción y panorámicas.
Pero más acá de la tridimencionalidad, se trata de la enésima traslación del Cuento de Navidad -un título más cercano al original sería “Canción de Navidad”-, clásico de la literatura inglesa y una lectura navideña tradicional en los países anglosajones. De allí la recurrencia de su argumento, usado hasta por Los Simpson.
Esta es una versión animada con motion capture, es decir, tomas de actores reales modificadas con software específico.
Es el tercer film consecutivo, probablemente el más complejo, que el director Robert Zemeckis realiza usando ese método después de El expreso polar (2004) y Beowulf (2007).
La trama se centra en Ebenezer Scrooge, un viejo avaro y amargado por el miedo a la pobreza, que maltrata a sus empleados, a su familia y a cualquiera que se le ponga delante. Además, aborrece abiertamente la Navidad, una osadía que le vale un castigo ejemplar: la visita espeluznante de tres fantasmas que le muestran el pasado, presente y futuro, para insuflarle un poco de “espíritu navideño”.
La versión es muy fiel a la nouvelle de Charles Dickens, ambientada en una Londres oscura y victoriana, que junto con los toques fantasmagóricos la hacen poco recomendable para los más pequeños.
En filmes de este tipo no se puede hablar de interpretaciones, pero son reconocibles los rasgos y en las copias subtituladas -absurdo el doblaje de la mayoría cuando la calificación la hace apta sólo a mayores de 13 años-, las voces de los actores: Jim Carrey como Scrooge y los fantasmas, con reminiscencias de su villano en Lemony Snicket, una serie de eventos desafortunados (Brad Silberling, 2004), Gary Oldman como un empleado y padre de familia sacrificado y Colin Firth como el sobrino del protagonista.
Un espectáculo visual atractivo -musicalizado estupendamente por Alan Silvestre-, con un problema evidente: la trama es obvia para los mayores y demasiado gótica para los niños.

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2009-12-05 00:00:00
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