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Planear una ciudad sustentable
La bicicleta se impone como vehículo de tránsito en Bahía Blanca, qué sucede a la hora de salir en ella, cómo está pensada la ciudad para fomentar su uso.
Categoría: Locales

La bicicleta se impone como vehículo de tránsito en Bahía Blanca, qué sucede a
la hora de salir en ella, cómo está pensada la ciudad para fomentar su uso.

“Las bicisendas y ciclovías de la ciudad están realizadas en la ciudad por
ordenanza, esto tiene una consecuencia, poca encuesta, poco sondeo en la gente,
y el armado tiene más que ver con la circulación de automóviles que con la
circulación de la gente”, reflexionó Horacio Varela, profesor universitario y
disertante de la charla “Planificación urbana en la ciudad”, en el marco de la
Semana de la Movilidad Sustentable.

Organización
Las bicisendas se encuentran dentro de la manzana, al borde de las calles y
las ciclovías se han formado como secciones especiales sobre el asfalto. “En
esto hay que ponerse de acuerdo, es una cuestión de consenso, hay que
establecer categorización de calles, aquellas por las que circulan colectivos y
autos, y las bicicletas debieran compartir con el automóvil en una calle que
requiera menos velocidad, es una cuestión de educación, ya que en estos casos
es bueno que el rodado mayor circule a 30 kilómetros”. La problemática del
tránsito compromete a colectiveros, automovilistas, ciclistas y peatones, una
comunidad compleja que debe informarse los derechos y las obligaciones que
conlleva cada rol. “Se necesita educar a cada uno de los usuarios de la calle”,
sentenció, “cuando todos los protagonistas de la calle están bien educados en
lo vial, la bicicleta no tiene tantos problemas, ni es tan cuestionada”.
Una mirada innovadora aportada por Varela trasciende la naturalización del
sendero para bicicleta pavimentado, “también hay que considerar el sendero de
tierra, se le pasa la máquina para limpiar, y de esta forma generar ensayos con
este tipo de tránsito, que requiere poca inversión y tiempo”. La prueba y error
son fundamentales a la hora de construir nuevas maneras de circular por la
ciudad, por los barrios. “Hay circuitos por los que el automóvil no va, por
ejemplo, el circuito que se encuentra al lado de la vía ferroviaria, en esos
espacios hay lugar, están ocupados por privados que van ganando con
estacionamientos. Si esto se aprovechara con un sendero sería posible circular
en bici por ellos, sin generar demasiadas molestias a los automovilistas”.
Desde Carrindanga al mar hay 15 kilómetros, en un ratito sería posible realizar
la unión de ambos destinos, “si tuviéramos un sendero al lado del ferrocarril,
accederíamos rápido, sin compartir circulación con los autos”.
La construcción de ciclovías requiere conocimiento, puesto que dará la
posibilidad de usarla con mayor frecuencia o no, sin producir accidentes, “la
de la calle Irigoyen marca una gran dificultad, de un lado tenés el divisor que
le podés pegar con el pedal y del otro lado, la cuneta, que te está restando
espacio, la medida mínima para ser segura es de 2,50 metros de ancho, esto
permite el ida y la vuelta”.

Fluidez o velocidad
El tránsito que fluye a baja velocidad es mucho mejor que el tránsito que
está con congestiones parciales y que tiene tramos de alta velocidad, según el
especialista, “es más positivo que fluya a baja velocidad; la velocidad es un
factor negativo para la circulación y para el espacio, ya que lo degrada, no
podés tener un lugar de encuentro y que los coches pasen velozmente, es
incompatible”.
Los lugares de encuentro dentro de la ciudad son necesarios, son parte de la
formación de ciudades que integren a sus habitantes, sin embargo, su creación y
su funcionamiento dependen, en gran medida, del contexto circulante. “El
automóvil debe pasar a una velocidad razonable, por lo tanto, requieren un
espacio que genere tranquilidad”. Otro ejemplo lo constituye el Paseo de las
Esculturas, que presenta la posibilidad de la recreación y caminata al aire
libre entre dos vías rápidas, “este es el concepto del parque lineal, que
permite la circulación doble de automóviles”. Las plazas barriales y las
céntricas convocan a personas de diferente edades, “esto se logra en función de
lo que hay alrededor, depende de los frentes y de la velocidad de las calles
que se desarrollen alrededor la plaza”. Los chicos se convocan si los frentes
son de casas y son de locales; hay sobre todo hombres si hay bancos o
instituciones, “así funcionan los espacios públicos”.

Otros espacios, mejores ideas
La planificación urbana depende de la definición de dos preguntas: qué tipo
de ciudad tenés y cuál querés. “Es necesario hacer una mirada que permita
construir cómo se mueve la gente para ir a trabajar”, puntualizó, en este
sentido el puerto constituye un punto que congrega muchísimo tránsito, “hay que
ver también en qué se mueve la gente, porque todo eso te genera un perfil, un
diagnóstico de la ciudad, a partir de allí ver qué ciudad queremos”. En Bahía
Blanca contamos con la misma superficie habitada que París y Barcelona, aportó
el docente, que cuenta con los datos de que en la primera ciudad viven 3 millones
de personas y en el segundo caso, 2 millones, en la ciudad viven 300 mil. “Esto
te está diciendo algo, el metro de calle te sale 10 veces más que el de París,
hay que optimizar la ciudad, sino el espacio público es muy caro”. Este planteo
deja entrever una cuestión de atención urgente, muchos espacios públicos no son
utilizados en tal sentido, uno de estos casos es el Parque Campaña al Desierto,
“si no convocas la gente va a otros lugares, como Carridanga, donde se llena y
va más allá, hasta Lomas del Rodeo, eso se produce porque se convierten en
paseos atractivos”. El trabajo de vecinas y vecinos hace que un espacio como
Parque Noroeste se convierte, progresivamente, en un espacio convocante, “es
hermoso el lugar, plano, con historia, con mucho barrio densamente poblado, y
después ponen un circo en el Parque de Mayo, esta sería una actividad que
atraería más gente al lugar y descongestionaría un poco otro espacio que está
degradado”. Parece no ser una cuestión de recursos sino más bien de mejores
ideas, “La Plata tiene un espacio similar, pusieron unos vagones y se realizan
encuentros de grupos de rock, los jóvenes se encuentran en el lugar, y quienes
no son del barrio lo vayan descubriendo”.
Actividades culturales, recreativas y deportivas podrían ser las alternativas
que alienten una agenda de ocio distribuida en diferentes plazas, parques y
espacio aún no utilizados. Sorprendidos descubrieron en un estudio realizado en
el sector céntrico que la Plaza del Sol, es un sitio que convoca a más de 500
raperos, adolescentes que se reúnen a cantar, a competir, a encontrarse. “Cambiar
la mirada es cambiar la cabeza”, potenciando sitios que están cuidados, como el
caso del Parque Noroeste, la Plaza del Algarrobo, el Parque Boronat, próximos
al ejido céntrico, y poco frecuentados.

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2018-10-09 00:00:00
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