En las instalaciones del Penna funciona un Hospital de Día que contiene a pacientes con problemas de salud mental. Las trabajadoras sociales que se desempeñan allí presentaron su experiencia cotidiana en unas jornadas nacionales desarrolladas en Capital Federal causando gran repercusión entre sus colegas del resto del país.

Caminando por Necochea al 800, en esa larga cuadra que abarca parte del Hospital Penna, uno se puede encontrar con un salón similar al de los comercios aledaños; justamente funciona como uno de ellos. Allí se exponen y venden diferentes manualidades y trabajos de pacientes que pertenecen al Hospital de Día que se encuentra unos metros más atrás del salón.
Todos los días, a la mañana temprano, esos pacientes con problemas de salud mental, esperan que se abra el Hospital en el cual reciben contención y una importante ayuda en lo que refiere a su recuperación y reinserción social.
Eso que parece tan simple de enunciar, no es una práctica que se repita en otros lugares del país y por eso vale la pena destacarlo.
Vanina Rodríguez y Emilia Devaux son licenciadas en Trabajo Social y residentes del área de Salud Mental. Las profesionales son también protagonistas del cotidiano del Hospital de Día.
El año pasado, en el neuropsiquiátrico Braulio Moyano de la Ciudad de Buenos Aires, se llevaron a cabo las jornadas “Narrando la Práctica”, que contó con la participación de las representantes del Hospital de Día. Según describió Vanina Rodríguez, había profesionales y trabajadores de la salud de todo el país presentando su labor: “Eran trabajos libres y estuvo bueno porque fue como una gran reunión, donde cada uno exponía lo que le iba pasando desde la vivencia, del trabajo real de todos los días”.
Uno de los días de jornada se realizó en el Senado donde se trataron cuestiones más académicas y teóricas mientras que el segundo día fue en el Moyano mismo donde se hizo una recorrida del espacio físico y se presentaron las experiencias.
En ese exponer el día a día, vino la sorpresa para profesionales de otros lugares por lo que se hace en Bahía Blanca: “Nos han preguntado cómo hicimos tal cosa y nos pidieron de contactarnos porque sirve la experiencia en otros lugares. Nosotros a veces a creemos que tenemos poco pero en otros lados tienen menos, así que fue como una gran charla y todos compartiendo experiencias y viendo que nos servía de los otros para rescatar”.
El trabajo presentado radicó, básicamente, en los dispositivos de externación del sector público de nuestra ciudad. En el común de la sociedad, cuando se habla de salud mental, en lo primero en que se piensa es en el encierro, porque son o están “locos”. Sin embargo, el objetivo principal de cualquier centro de salud mental siempre debe ser la reinserción del paciente. De allí que existan estos dispositivos tales como el Hospital de Día, los hogares PREA (Programa de Rehabilitación y Externación Asistida) y el programa “Vuelta a Casa” para pacientes ambulatorios que perciben una ayuda económica: “Si bien en otros lugares -relató Emilia Devaux- están estas experiencias, cada lugar tiene su particularidad. La mayoría de la gente del norte no tenía ni idea de cómo poder arrancar para implementarlo. Se quedaron muy contentos con la experiencia y nos pidieron los trabajos para ver como ellos pueden empezar a arrancar con eso que son cosas que no tienen”.

Volver a vivir en comunidad
La existencia del Hospital de Día es fundamental, coinciden las profesionales. Siempre se busca el menor tiempo de internación, el ideal varía entre los 30 y 40 días, según cada caso y el Hospital de Día funciona como un medio en el que, a través de talleres, se va desarrollando la restitución del lazo social y la reinserción comunitaria: “Los resultados -cuenta Rodríguez- los ves en la convocatoria diaria: abrimos a las 9 de la mañana y los pacientes están desde las 8 esperando. Es un lugar de reunión, de socialización, hay muchos que no tienen otros vínculos que no sean sus compañeros de hospital. Tienen años de internación, la comunidad también es difícil como para reinsertarse entonces este es su lugar, su vínculo, donde se hacen amigos, donde comparten un mate, talleres, aprendizajes, se socializan, es muy importante para ellos”.
Además, algunos de los talleres resultan productivos porque lo elaborado lo venden en su salón o salen a la calle con esa intención: “Es lo que por ahí les genera a ellos el ingreso con el cual pueden vivir. Por más pequeño que sea es una diferencia como para poder mantenerse”.

Con micrófono propio
Plantas y flores, publicación de una revista, cocina, radio y música, son algunos de los talleres a los que asisten los pacientes. Por otro lado, también realizan, los propios pacientes, una asamblea en la que se analiza la convivencia y se tratan los problemas diarios.
Volviendo a las actividades en talleres, el de radio es el que más entusiamados tiene a los pacientes. Es que su proyecto resultó ser uno de los ganadores de un concurso organizado por una empresa de telefonía, y el premió será el dinero para comprar equipos de radio: “En Navidad hicimos un saludo por LU3, y lo que decíamos era que esto es una forma de poner la palabra de ellos en la comunidad y que todos puedan escuchar que es lo que hacen, lo que dicen y lo que piensan. Eso es fundamental para pacientes que son internados, que viven un aislamiento, para que vuelvan a poner su palabra en la sociedad”.
Tener los nuevos equipos para poder trabajar con los pacientes, es uno de los objetivos principales para el Hospital de Día por el compromiso adquirido por los pacientes con el taller: “Apostamos mucho a ese taller -finaliza Devaux- porque fue algo que veníamos trabajando desde hace dos años y nunca se daba el espacio. Luego pudimos implementarlo, presentamos el proyecto, y de 91 que se presentaron a nivel nacional ganaron 16 y este fue el único de Bahía que ganó. El taller se va a basar en micros que la idea es que circulen por el aire de las radios y que no sea exclusivo de una sola”.