La información y la prevención, son dos aliadas a la hora de abordar cualquier problemática que afecta a millones de personas en el mundo. Con esa certeza, y en el marco de dicha fecha, nos comunicamos con la médica bahiense especialista en Clínica Médica y diabetóloga, Paola D’Angelo, quien compartió cuestiones a tener en cuenta sobre cómo hacerle frente, tratarla y vivir con tal afección.

Para comenzar, es necesario aclarar que hay varios tipos de diabetes, aunque los más conocidos son el tipo 1 y el tipo 2. “La 1 es autoinmune y afecta las células betas del páncreas, destruyéndolas, lo que provoca que no haya insulina. Además, se relaciona con pacientes delgados y jóvenes, y su desarrollo se da en la infancia o adolescencia. En cambio, la diabetes tipo 2 se vincula con pacientes con sobrepeso”, comenzó.

Asimismo, la diabetes tipo 2 es una enfermedad por lo general silenciosa. “Cuando presenta síntomas, es que está en una etapa muy avanzada. Igualmente siempre hay que estar alerta a cuestiones como la polidipsia, que es el aumento de la sed; la polifagia, el aumento del hambre; y la poliuria, que es que orina en mucha cantidad, entre otros. Son síntomas que se comparten con un diabético tipo 1”, explicó.

También es muy importante el rol que juega la genética. “Hay varios genes que nos predisponen a tener diabetes tipo 2. Por lo general, si contamos con antecedentes familiares de primera línea como, principalmente, padres, hermanos o abuelos, tenemos más chance de tener esta enfermedad. Y, por supuesto, una vez diagnosticada el cambio en el estilo de vida es muy necesario y beneficioso para tratarla”, dijo.

Crear conciencia para mejorar la salud

El tratamiento para la diabetes tipo 1 es la insulina. En el caso de la tipo 2, existen múltiples formas que implican medicamentos tanto vía oral como inyectables. “Pero si se lo acompaña con un cambio en el estilo de vida, como iniciar una actividad física, ya sea aeróbica o de fuerza; o modificar la alimentación, para la que no existen alimentos prohibidos, se puede tener una remisión. Si el paciente que tenía sobrepeso u obesidad, bajó de peso, es muy probable que pueda también dejar la medicación y continuar con controles anuales”, aseguró.

La educación diabetológica es un pilar fundamental para que se hable de la problemática. “Al ser una enfermedad asintomática, los pacientes no crean una conciencia de lo grave que es la enfermedad. Y esta puede afectar distintos órganos: el corazón, el riñón, el ojo, provocando enfermedades graves como, por ejemplo, un infarto, un ACV o una arteriopatía periférica que, a la larga, puede llegar a amputaciones”, detalló.

En ese sentido, conocer los antecedentes familiares, controlar el peso, contar con una alimentación sana, hacer actividad física y evitar el consumo del cigarrillo, son acciones que pueden prevenir su desarrollo a futuro. “Igualmente, pensar que como no tenemos antecedentes, es imposible tenerla es un mito. Lo mismo con algunas ideas que hay sobre la alimentación: no hay una dieta especial ni alimentos aptos para diabéticos. Como a toda la población, se sugiere evitar el exceso de azúcar, los dulces y las gaseosas”, sostuvo.

Ante cualquier duda, el primer paso siempre es consultar con algún o alguna profesional de la salud, aunque hay herramientas informativas disponibles como las que publican el Ministerio de Salud de la República Argentina u entidades como la Organización Panamericana de Salud.

“Muchos laboratorios, que se dedican a productos farmacológicos para diabetes, también tienen páginas que están muy buenas. Y, en mi Instagram: @dra.paola.dangelo_diabetes, comparto buena información. Conocer permite acudir al médico a tiempo y recibir el tratamiento adecuado”, finalizó.

Autor: Redacción Ecodías