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Ni siquiera una aspirina
Categoría: Salud

No se pueden vender remedios ni en los kioscos, ni en los almacenes ni en los supermercados. Establecido por ley, esta es una de las normas que claramente no se cumple.
Se anuncia en Bahía Blanca el refuerzo de los controles, de forma paralela a una estrategia de prevención comunitaria: que las personas sepan de los peligros de comprar remedios en esos lugares.

Es muy común que ante un simple dolor de cabeza, vayamos a comprar algo para paliarlo al kiosco de la esquina. Dicen los que saben que en esta acción no pensamos en que comprar este tipo de medicamentos, sean o no de venta libre, en kioscos o almacenes, puede tener sus consecuencias. Esto se debe a que no son lugares aptos para que los medicamentos permanezcan allí, y podrían causar efectos contrarios o, al menos, no provocar los efectos que deberían provocar en el organismo.
Hay legislaciones que prohíben la venta en este tipo de establecimientos comerciales. En la provincia de Buenos Aires rige la Ley 10.606 que refiere a la normativa de la función de farmacias y profesionales farmacéuticos. Y en Bahía Blanca, desde 1996, está la Ordenanza 9.112 que prohíbe la venta de medicamentos en lugares no habilitados para ese fin.
Lo cierto es que hay quienes no cumplen con las normas y por eso se van a efectuar controles más rígidos, además de una estrategia de concientización comunitaria. Esta última apunta a prevenir a la comunidad sobre los riesgos que significa consumir remedios vendidos en establecimientos no aptos para hacerlo.
EcoDias consultó al secretario de Salud municipal, Guillermo Quevedo, quien amplió los alcances de la iniciativa: “Esto se hace porque el medicamento tiene que seguir una trazabilidad determinada, estar supervisado bajo el ojo técnico del farmacéutico, conservarse en un espacio con humedad y temperatura adecuada. Todas estas condiciones en un kiosco o en un almacén o en un supermercado o en una estación de servicio, no son posibles. Por lo tanto, seguramente los principios activos de la droga que se consuma no son los mismos ya que pueden perder sus condiciones terapéuticas. Entonces, no sólo hablamos de consumir medicamentos que no tienen los efectos que corresponden sino también que hayan sido adulterados, fraccionado el blister cuando no se debe hacerlo y hasta la posibilidad de venta de medicamentos apócrifos”.
Por ese conjunto de situaciones se busca concientizar de que el único espacio de venta son las farmacias: “Esto no tiene un fin punitorio sino de concientización”, aclaró Quevedo.
Además, existe un ente nacional que informa semanalmente sobre medicamentos con problemas para su comercialización. Esos datos no están al alcance de kioscos, supermercados y almacenes por lo cual podrían incurrir en errores de vender lo que no corresponde: “Esto es para todo tipo de medicamentos, incluye a los de venta libre como a los que son bajo receta”.

Comprar saludable
Quevedo señaló que los controles se harán con mayor asiduidad: “El tema es de qué forma, más allá de intervenir con los lugares de venta, se concientiza a la comunidad, ahí es donde cambia el aspecto. A mí no me interesa punir a quien lo vende, sino decir que cuando se vende esto y no se conserva como corresponde existe la posibilidad de que se venda a una ciudadano un medicamento, que más allá de no hacerle bien, le puede hacer mal”.
Quevedo señaló que si bien no se puede hablar de casos reales de personas afectadas por remedios comprados, por ejemplo, en un kiosco, “hay demandas de muchos pacientes que dicen que el medicamento no ha generado el efecto beneficioso que corresponde y algunos efectos adversos, pero esto no es exclusivo de la propiedad del medicamento”.
Existe, explica Quevedo, lo que se llama idiosincrasia del medicamento y del paciente: “Significa que no todos los pacientes reaccionan igual a los mismos medicamentos y no todos los medicamentos son aptos para los mismos pacientes. No sólo la receta tiene que estar emitida por un profesional médico sino que el medicamento tiene que ser expedido por un profesional farmacéutico calificado para asegurar que tiene una procedencia, conservación y trazabilidad adecuada, y así minimiza la posibilidad de tener un efecto adverso”.
Quevedo resaltó en todo momento que esta iniciativa no tiene un carácter punitivo, aunque es cierto que los controles van a ser más estrictos. Los mismos serán encargados al Cuerpo Único de Inspectores municipal cuyas autoridades están manteniendo reuniones con el Tribunal de Faltas para adecuar los procedimientos “y no sólo se genere un acta al lugar donde se encuentre este tipo de ventas sino que se haga una denuncia a la Fiscalía. Se van a identificar los lugares visitados con una oblea que dice que en este lugar no se venden medicamentos. Desde el CUIM se le va a generar el acta correspondiente, el juez interviniente después determinará la sanción a aplicar. Habiendo una ley de por medio se hace la denuncia a la Fiscalía que tomará su determinación”.

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2009-10-17 00:00:00
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