Las Terapias Asistidas por Animales constituyen una innovación en el
tratamiento de las discapacidades y representan un complemento de otras
intervenciones profesionales. «Un caballo es un animal sensible que puede
anticipar conductas», aseguran desde la Fundación Huellas.
Equinoterapia es el término más común para denominar la interacción entre
personas con discapacidad y caballos. “Actualmente se llaman Terapias Asistidas
con caballos (TACAs), queremos diferenciar lo que son terapias de lo que son
actividades, porque para que algo sea terapéutico tiene que ser un profesional
de salud el que esté a cargo de la actividad o si es profesional de educación
con un equipo interdisciplinario también de salud y si no es simplemente una
actividad asistida con caballos para una persona con discapacidad. Queremos
diferenciarlo porque el día de mañana las obras sociales con opción a cubrir el
tratamiento sean personas idóneas las que estén a cargo de la terapia y no
simplemente personas que les gustan los caballos” explica María Emilia Bianco,
integrante de la Fundación Huellas, quienes llevan adelante en nuestra ciudad
esta alternativa de recuperación. La entidad trabaja desde
el 2001 para mejorar la calidad de vida y la inclusión social de personas con
discapacidad, a través del vínculo con el caballo.
Responsabilidad
“Somos un equipo conformado por profesoras de educación especial, psicólogos,
kinesiólogas, una de las chicas que está en el último año de fonoaudiología,
profesores de educación física, maestras especiales jubiladas, voluntarios que
son estudiantes de carreras afines, ya sea de trabajo social o psicopedagogía,
también hay voluntarios que quieren colaborar con la Fundación y vamos viendo
qué rol pueden ir cumpliendo dentro de la institución. Es decir, cualquier
persona puede ser voluntaria siempre hacemos convocatoria de voluntarios,
pedimos un currículo de esa persona con referencias personales y laborales, si
bien es un voluntariado no deja de ser un lugar donde se necesitan personas
idóneas, damos una capacitación para voluntarios y luego empiezan a trabajar
con nosotros”. Es destacable que “todos los que están comprometidos con la
Escuela lo realizan ad honorem”. Bianco afirma que “creemos que si una persona
va a conducir una terapia tiene que tener un título en salud o en educación”.
La institución integra actividades terapéuticas para discapacidades motoras,
motriz, intelectual y trastorno del espectro autista, “ese es el grupo más
grande. También hay una población de niños con derechos vulnerados, que son
chicos de hogares municipales, que también concurren pro una cuestión social o
de conducta, se trabaja mucho sobre la autoestima y esas cuestiones que ayuda
mucho la actividad”.
Entrevistas
Si bien las formas de conocer y acercarse a la Fundación son múltiples, “al
principio, venían porque a los papás les interesaba la actividad, hoy en día
muchos llegan derivados por el psicólogo, psicopedagogo que recomienda la
actividad, neurólogo, psiquiatra en caso de adultos o adolescentes, kinesiólogo
a veces recomienda, siempre la derivación la hace un profesional”. Bianco
destaca la necesidad de diálogo con otro profesional médico, “nosotros
necesitamos una autorización, que el médico nos diga que está todo en regla
para que pueda montar o realizar un acto físico”.
El ingreso del niño o niña a tratar se realiza después de una entrevista
inicial con la familia o con el tutor, dependiendo de la situación del menor.
“En el caso de ser adulto también pueden venir con su pareja, hermano o papá. Conversamos
de qué se trata, más que nada les explico de qué trata la clase, le pregunto
cuáles son sus expectativas, eso es fundamental porque hay gente que viene como
algo recreativo o le interesa hacer un deporte y no solamente terapéutico”.
Asisten alrededor de 40 chicos, “estamos 4 días a la semana, son más o menos 10
por día. La recomendación es de una o dos veces por semana, dos veces por
semana es conveniente para mayor continuidad, a veces al principio conviene una
porque los chicos tienen ese tiempito de extrañar al caballo y para que no se
tome como obligación algo que es placentero”. Todas las áreas abordadas son
importantes: salud, educación, la parte de deportes y el área ecuestre es
fundamental. La Fundación cuenta con cuatro caballos y “sumamos dos que son de
la escuela de Equitación, como también estamos con ellos dentro del Club,
interactúan también con los chicos. Son muy mansos. Tenemos un pony, es
bastante conocido porque estaba en el zoológico”. El caballo es un animal muy
sensible que puede anticipar conductas o sentires, sin embargo “también se
asusta, puede pegar una patada, morder o no respetar el espacio de otro”. No
cualquier caballo puede ser partícipe de la equinoterapia, son seleccionados
con cuidado, “cada caballo tiene que ser el adecuado”.
El tratamiento de equinoterapia no es caro, “lo caro es mantener los caballos”.
Algunos de los asistentes cuentan con la cobertura de la obra social, otros
realizan aportes particulares y también la entidad cuenta con un sistema de
becas. “No recibimos becas de Provincia o Nación sino que la misma institución
con lo que ingresa de las obras sociales, de lo que ingresa del aporte
particular hacemos un fondo y vemos cuántas personas pueden venir con beca”.
Estilos
En la Argentina existen varios puntos que cuentan con TACAs. “En Córdoba
trabajan muy bien en el centro El Andar, una kinesióloga que es la Licenciada
Silvia Berri con todo su equipo, lo hacen con otra óptica solamente centrada en
lo que tiene que ver con lo motor. Hay otro centro que apunta más a la
integración deportiva: Cedica, en La Plata donde soy docente y dicto los cursos
de capacitación y me he capacitado ahí también, si bien hay un equipo
terapéutico lo apuntan bastante a la integración deportiva”.
Según Bianco, “cada centro
es diferente, tiene su impronta. Depende mucho si son profesionales de salud o
son gente que está dentro de un centro tradicionalista. Nosotros tenemos la
posibilidad al estar dentro de un club hípico de poner desarrollar el área
deportiva, a mis alumnos que quieran hacerlo los puedo llevar por el camino del
salto porque para mí es cómodo y conocido. La monta deportiva para el salto,
trotar y galopar, que hablemos de discapacidad no quieran o puedan hacerlo como
algo deportivo. El área recreativa también lo vamos mechando y tratamos de que
lo terapéutico no sea algo tedioso, al contrario que esté en segundo plano, que
no se den cuenta de los beneficios que van obteniendo”.
De acuerdo con los objetivos y necesidades planteados para cada asistente, se
registran los avances. “Hay otros progresos que son muy sutiles y subjetivos,
te puedo hablar de una alumna que empezó hace un año y hoy es otra, los
objetivos cambiaron totalmente, al principio era mantener el equilibrio,
montaba conmigo con mucho sujeción porque el tronco no lo podía mantener en
equilibrio y hoy monta sola sin ayuda, solamente hay una persona que va
llevando el caballo y otra al costado por seguridad. Es un trabajo
complementario, con lo hecho con la kinesióloga, se va dando en conjunto con
otras terapias. El caballo por sí solo no logra nada. Es muy importante que
todos los profesionales que estén involucrados en la terapia de una persona con
discapacidad estén enterados que el chico está haciendo equinoterapia”.
Voluntades
Los integrantes de la Fundación constantemente piensan en cómo solventar el
mantenimiento de los animales. “Camas e infraestructura tiene un costo para el
club y por eso pagamos un alquiler”. Comida, gastos de herrería, veterinaria
son costos pagados por la entidad. “Dentro de las actividades que organizamos
para recaudar fondos para la organización durante el año tenemos distintos
eventos. Uno son los cursos de capacitación, otro es un stand en la Rural y
vendemos pins, frasquitos decorados, golosinas, y una vueltita a caballo y
pueden colaborar a voluntad. El curso lo dictamos hace 10 años, arrancamos con
el aporte mío y de un veterinario y ahora somos 12 profesionales involucrados”.
Los integrantes de la Fundación Huellas dictan cursos para profesionalizar y
capacitar a personas interesadas en trabajar en equinoterapia. “Al hacerlo, la
gente que lo hace se lleva una idea seria de cómo es trabajar en equinoterapia.
Está destinado para todas las personas que quieran hacerlo, incluso muchos lo
hacen y después vienen de voluntarios. Son dos encuentros de tres días cada
uno. Lo hicimos separado porque hacer seis días seguidos es más difícil y la
gente que trabaja no puede acceder. Armamos un cupo de poca gente, por eso
hacemos uno en abril- mayo y otro en septiembre- octubre. Eso nos ayuda a
mantener las actividades, los interesados pueden pagarlo en cuotas y a nosotros
nos representa ingresos. También tenemos padrinos, que son personas que nos
aportan una cantidad de dinero para los caballos”. Bianco afirma que “personalmente
logré fusionar una pasión -que son los caballos- con mi profesión, creo que en
trabajar algo que todos los días te da una alegría no tiene precio”.
FUNDACIÓN HUELLAS
Equinoterapia Bahía Blanca funciona en Agustín Álvarez 3800, sede del Club de
Equitación. Se puede conocer más de la actividad y los cursos a dictarse en
Fundación Huellas por Facebook o en el blog www.fundacionhuellas.com.ar.
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