La Cooperativa de Trabajadores de la Provincia de Buenos Aires (Coopteba) Delegación Patagones se formó hace tres años frente a la imposibilidad de varios trabajadores de acceder a la vivienda propia.
A partir de la organización y el trabajo colectivo, van dando pequeños grandes pasos que se materializan en casas que serán la base del hogar de familias maragatas. Viviendas que entienden como un derecho y no como un privilegio.

En varias oportunidades EcoDias ha tocado el problema del difícil acceso a la vivienda propia. Y de un tiempo a esta parte, esa dificultad pareciera que se ha vuelto costumbre para algunos sectores, más allá del impulso por parte del gobierno nacional de los planes de vivienda, entre ellos los más conocidos, el Federal I y el Federal II.
Existen en el interior de la Provincia de Buenos Aires distintas organizaciones gremiales y sociales que luchan para que esa costumbre no se arraigue de manera definitiva. Y a la vez que se organizan para alcanzar el objetivo de la vivienda propia y digna, realizan diferentes planteos en torno a lo conceptual. Por caso, discutir qué significa para todo habitante de estas tierras vivir bajo un techo seguro. O plantear la ecuación económica no solamente desde la mera rentabilidad de algunas empresas constructoras. En conclusión, distintas formas de abordar que la vivienda nunca pueda ser un privilegio: es un derecho para todos y para todas.
De esa manera lo entienden en Patagones desde la Cooperativa de Trabajadores de la Provincia de Buenos Aires (Coopteba), que en el marco de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) vienen trabajando desde hace tres años en pos de un más fácil acceso a una vivienda digna.
Nicolás García es presidente de Coopteba. Recordó junto a EcoDias la imposibilidad en el acceso por parte de varios trabajadores, lo cual los obligó a buscar distintas vías, como la organización y el trabajo colectivo, para encontrar una solución feliz al problema: “Hasta ahora hemos venido caminando, superando obstáculos y vinculándonos con otras organizaciones para que todos nuestros compañeros puedan acceder a eso que pareciera que es un privilegio y no un derecho. Hace más de dos años que nos constituimos como cooperativa compartiendo una experiencia que se da en otros distritos de la provincia de Buenos Aires, y a partir de ahí nos organizamos para conseguir tierras a un valor por fuera del precio del mercado”.
No hace falta ser un amplio conocedor de la zona de Carmen de Patagones, señala García, para darse cuenta de lo absurdos que son los valores que se reclaman por las tierras. Frente a la especulación inmobiliaria, entonces debe hacerse presente un estado que garantice el cumplimiento constitucional, a la vez que desde la organización comunitaria se recurran a modelos alternativos de construcción económicos: “La situación es análoga a la que viven muchos distritos de la región, distintos sectores sociales adolecen de esta situación de no poder acceder a la vivienda propia. Los alquileres tienen un precio excesivo, hay una demanda que supera ampliamente a la oferta de alquileres. Los canales convencionales para llegar están obstruidos ya sea por los créditos que se generan para la clase media que son inalcanzables, o por los planes del Estado que están destinados a un sector social y sin embargo no alcanzan. En ese marco es en donde nosotros buscamos una alternativa”.
Por sus características como localidad, las posibilidades de acceder a una vivienda en Patagones, afirma García, deberían ser superiores a, por ejemplo, en Bahía Blanca. Por esa razón, Coopteba apuesta a que el Estado se haga presente con terrenos a costos inferiores de lo que plantea el mercado para que así, los trabajadores asociados a Coopteba tengan su posibilidad de obtener una casa. Y da la buena noticia: “De esta manera hemos obtenido algunas tierras con este perfil”.

Hacer carne el concepto
Cuando uno piensa en la organización de Coopteba no debe imaginarse el ejemplo de una persona que no tiene vivienda y entonces esta cooperativa automáticamente se lo resuelve. En Coopteba todo pasa por la organización y el hecho de trabajar en conjunto no sólo para la solución individual sino para la de todos los asociados: “Intentamos que a cada compañero eso se le haga carne, que organización y trabajo colectivo deje de ser algo retórico y se traduzca en hechos concretos. La impronta cultural que hay en la sociedad de decir ‘voy a ver cómo me solucionan el problema’ o ‘a ver qué me ofrecen y a qué precio’ se da en todas las situaciones, y la de la vivienda es una más. Por esa razón lo primero que charlamos con el compañero cuando se acerca es decirle que esto es una cooperativa en tanto una organización de trabajadores que se junta para abordar un problema concreto”.
El concepto de cooperativa está desvirtuado, opina García. Por eso, en ese trabajo de concientización a los trabajadores que se van uniendo a la experiencia, se destacan puntos en común con otras organizaciones similares: “No consideramos la política como mala palabra, todo lo contrario, la política en tanto un conjunto de ideas sobre distintos problemas de la sociedad”.
Con la teoría bien clara se pasa a la práctica buscando la organización más eficiente para abordar la problemática. Ya sea a través de las tierras, de alternativas más económicas o de la urbanización de nuevos sectores: “Es un trabajo diario que crece día a día, tiene obviamente sus obstáculos pero sin darnos cuenta todo el conjunto va creando organización social. Se trata de no decir ‘cómo hago mi casita y cuánto pago’, sino cómo podemos aportar a la urbanización de los sitios en donde se construyen las casas. La gente que ya está viviendo, es un indicador. A eso apostamos y con pequeños triunfos cada tanto, vamos avanzando”.

Modelo a seguir
La experiencia es enriquecedora y va dando sus frutos. Lo destacable es que hay ejemplos en otros puntos del país y tiene todas las posibilidades de ser imitado en diferentes ciudades que sufren esta problemática. Sólo se trata de generar organización y solidaridad. En el caso de Patagones, el proyecto nace a través de la CTA, en otros lados fue a partir del Suteba, pero una vez generada la nueva organización es ésta la que debe aplicar el esfuerzo mayor: “Aquellos compañeros que están interesados pueden recibir de Suteba todo un acompañamiento y un asesoramiento para la organización, que es lo más importante. No se apunta a que Suteba venga y solucione el problema sino que acompañe la generación de más organización. Es lo que hemos vivido nosotros y más compañeros de la provincia. Aquellos distritos que quieran abordar el problema de esta manera, a través de estas organizaciones, pueden hacerlo”.