En el último tiempo se fueron incrementando las
licencias laborales a causa del estrés. Un especialista habló con EcoDias
acerca de esta preocupante problemática.
En décadas
anteriores no se hablaba del estrés o se hablaba muy poco pero de un tiempo a
esta parte el estrés ha ido convirtiéndose en uno de los protagonistas
principales de las sociedades modernas. Y no es una casualidad, tiene que ver
con que los tiempos cambiaron, nuestras formas de vida son más aceleradas y
estos cambios derivaron en una actualidad que nos exige minuto a minuto, casi
sin poder parar. Ese estilo de vida trae como resultado en muchas personas lo
que se llama estrés y para tratarlo se debe parar un poco la máquina. Eso
requiere descansar y dejar de hacer por un tiempo lo que nos estaba provocando
un fuerte estrés. Un ejemplo es el trabajo, en el último tiempo se
incrementaron los pedidos de licencias laborales a causa del estrés. Y no es un
problema exclusivo de las ciudades más cosmopolitas, Bahía Blanca es uno de los
lugares donde este fenómeno está ocurriendo.
La gente va a mil por hora, está cansada pero no repara en los daños que eso
puede traer.
Antes de adentrarnos en ese punto específico, definamos lo que significa el
estrés. Para ello, EcoDias consultó al doctor Mario Halberg (Mat. Prov. 1584)
especialista en Psiquiatría y Psicología Médica y especialista en Medicina
Legal: “Es un término que está definido hace casi más de 80 años, no es nuevo y
significa tensión. Cuando uno lo traduce a la vida diaria se lo pude traducir
como la forma que una persona empieza a sentirse presionada por los
acontecimientos que le toca vivir. No siempre el estrés ni es patológico ni es
malo, de hecho todos tenemos un estrés beneficioso que nos empuja a ir haciendo
cosas durante toda nuestra vida y de alguna forma actúa como un motor. Pero
cuando ese estrés comienza a volverse de una forma tan intensa y tan
inmanejable para la persona comienza a ser un aspecto nocivo de su vida”.
Cuando esto comienza a prolongarse, determina cierto tipo de consecuencias muy
ligadas a síndromes de los que se ha hablado mucho durante este último tiempo:
“La depresión, el síndrome de Burnout y el síndrome de fatiga crónica entre
otros, y algunos otros que tienen más componente somático como la fibromialgia.
Una de las variables que puede tener el estrés que por lo general acompaña, son
todas las sintomatologías de ansiedad como pánico, fobias, a veces estados en
los que la persona no puede estar tranquila ni quieta en ningún lado, trastornos
del ritmo del sueño, trastornos somáticos, irritabilidad, incapacidad de poder
mantener una comunicación amena con los demás…”.
Ahora bien, a qué podemos adjudicar el estrés. Sin duda alguna a la forma de
vida que llevamos las personas, un ritmo que no es el ideal: “Hay un cierto
acoso de la vida por tener que realizar un montón de cosas a diario para las
cuales a veces no estamos preparados o los tiempos no serían los adecuados.
De hecho hay también estudios genéticos que están marcando que la progresión de
la vida humana no va a la misma velocidad que el progreso tecnológico. Es decir
que también nos ha invadido eso, todo eso que nos beneficia desde un lado nos
genera un alto estrés desde el otro”.
La principal variable, señala Halberg, la cual se ve mucho en los consultorios
de los profesionales, se encuentra en la problemática del trabajo por varias
situaciones: “Primero porque los trabajos, específicamente los trabajos
provinciales, nacionales o municipales a veces no tienen una infraestructura
adecuada como para que la gente trabaje tranquila. Es decir, la gente se ve a
veces saturada de trabajo, se ve con poco respaldo por las instituciones ya
sean educativas, judiciales y esto genera también que empiece a haber un marco
de discordancia entre las personas que trabajan y sus superiores, y a veces sus
compañeros también. El trabajo es mucho, el tiempo no alcanza, las
responsabilidades a cumplir son muchas, no sienten apoyo, valoración de su
trabajo y esto es algo que también actúa como un factor desencadenante de la
depresión”.
La próxima epidemia
Halberg nombraba a la depresión que suele ser una consecuencia del estrés
prolongado y que actualmente es la segunda enfermedad que actúa como
incapacitante laboral de personas físicamente sanas: “En el 2020 la depresión
va a ser la enfermedad número 1 del mundo, o sea esto está hablando de algo, de
una evolución que no lleva a ninguna parte. Para el 2020 se estima que un
montón de la población mundial, tal vez casi un tercio no va a estar en
condiciones laborales teniendo una edad y una parte física sana como para poder
trabajar. Pero digamos que mentalmente van a estar en una situación que no se
los va a permitir”.
Acerca del incremento de los pedidos de licencias laborales que habíamos
mencionado al comienzo, remarcó: “El aumento viene de la mano de lo dicho
anteriormente, la gente empieza a sentir que en su trabajo se siente ahogada,
que no puede rendir, situaciones emocionales a las cuales no puede responder
porque empieza a tener irritabilidad, conflicto con las demás personas y esto
determina que ante una evaluación esta persona no pueda estar trabajando.
Incluso porque en ese momento se considera que hasta el trabajo es un agravante
para su salud. En ciertos momentos el trabajo actúa como un desencadenante
patológico. Por eso muchas veces se prefiere correr a una persona con una
licencia laboral hasta que por lo menos de alguna manera se la mejore con
tratamientos”.
Los tratamientos suelen ser de como mínimo, 30 o 60 días hasta que el paciente
logra estabilizarse un poco. Después se evalúa si quedan secuelas secundarias
ya que muchas personas llegan a generar con el trabajo una relación
persecutoria: “En determinado momento empiezan a sentir que el trabajo es su
enemigo, es el enemigo de su vida, lo sienten y lo viven, llegan a tener
síntomas fóbicos cuando van a trabajar. Síntomas de sentir mucha ansiedad,
sentir desmayos, sensaciones físicas desagradables. Entonces, a su vez que los
tratamientos médicos apuntan a que una persona pueda retomar su condición
laboral, a veces también la terapia ayuda mucho como para que la persona pueda
entender ciertas cosas que pasan en su trabajo y adoptar una posición psíquica
que le permita tolerar todo eso”.
Por otro lado, Halberg mencionaba el síndrome de Burnout cuya traducción es
“cabeza quemada”: “Es decir la persona ya siente que no sirve para lo que se
preparó y tal vez son personas que han estudiado mucho, que han hecho muchos
cursos y de repente tienen esa sensación de que no pueden manejar un marco
operativo mínimo y esto es lo que hablaba de la incapacidad que generan los
estados depresivos, este tipo de estado de estrés. Desde el punto de vista
epidemiológico la situación es grave, lo que se está viendo es una estadística
mundial, no es que está pasando solo en Argentina o Buenos Aires, está pasando
en todo el mundo y en Bahía Blanca también”.
Volviendo a las licencias, éstas tienen como objetivo primero el de quitar a la
persona del foco de estrés “y después evaluar un poco a ver qué condiciones
tiene la persona para afrontarlo desde su personalidad y desde los medios que
posee. Las terapias ayudan mucho a que la persona reconsidere la situación
general laboral en la que vive. Por otro lado, hacer un análisis de la vida que
lleva la persona porque muchas personas también han hecho del trabajo el foco
de su vida cuando esto no es así. El trabajo es una actividad más, horaria,
dentro de lo que es la vida. Pero muchas personas han depositado muchas
convicciones, muchos ideales y por esto lo que decía que a veces el trabajo se
torna como algo persecutorio. Porque de repente se dan cuenta de que lo que
ellos pensaban del trabajo no es realmente así. En ese sentido hay que trabajar
en las expectativas de las personas también”.
Reconocer que uno está mal
El estrés, señala Halberg, a veces se vuelve intolerante y genera
psicopatología y patología física asociada: “Uno encuentra que un montón de
personas con estrés tienen úlceras, colón irritable, fibromialgia, cefaleas
crónicas, contracturas crónicas y esto lo empiezan a llevar a cuesta toda la
vida si no se supera ese proceso”.
Hay personas que acuden a una consulta ante los primeros síntomas lo cual es
ideal. Sin embargo “hay otras personas que de repente no han tenido cuadros
depresivos severos pero han vivido en cuadros de distimia que es como una
depresión menor y de alguna manera se han acostumbrado a vivir de esa forma y
de repente no registran que están mal o lo registran cuando se los dice algún
amigo o familiar. Entonces muchas veces la consulta viene indirecta, viene por
los familiares que traen a alguien por que no lo ven bien. Reconocer que uno está mal lleva un proceso”.
Las edades en las que se sufre esta problemática son las de la vida laboral, o
sea de los 20 a los 60 años, aunque también hay depresión en el grupo
adolescente y en el de los ancianos.
No sería normal que un joven de 25 años sufra de estrés pero lamentablemente se
está haciendo habitual: “Si uno lo piensa desde la edad que tiene, no debería
ser normal, uno pensaría que esta persona está en el pleno apogeo físico y
mental de su vida. Pero contrariamente a esto uno ya lo empieza a ver. Empieza
a ver gente con pocos años de trabajo que ya empiezan a presentar esta
sintomatología y no es porque no están preparados, tal vez a veces no están preparados
emocionalmente para tolerar las circunstancias de un trabajo”.
Para empezar a combatir este tipo de enfermedades, concluyó Halberg, lo ideal
es abrir algún tipo de tratamiento: “Ya sea farmacológico que suelen ser al
menos los de más rápida recuperación, psicoterapéuticos y después algunos otros
tratamientos que son profilácticos. Es decir se habla mucho de que hay que
mejorar las condiciones de trabajo, muchas veces hablando los problemas que
suceden dentro de un trabajo entre los mismos que trabajan, muchas cosas salen
a la luz y se mejoran. Pero a veces no es lo que se ve en la mayoría de los
ámbitos que suelen ser verticalistas, exigentes y toman muy poco en cuenta lo
que le pasa a una persona”.
Estamos yendo muy rápido en la vida y eso nos trae problemas. Sin embargo no
sabemos parar pero el estrés tampoco y va por más. En nosotros queda hacerle
frente, hacer una pausa y vivir más saludablemente.
> Directora
Valeria Villagra
> Secretario de redacción
Pablo Bussetti
> Diseño gráfico
Rodrigo Galán
> Redacción
Silvana Angelicchio, Ivana Barrios y Lucía Argemi
> Difusión en redes sociales
Santiago Bussetti y Camila Bussetti
> Colaboradores
Claudio Eberhardt
2023– Copyleft. Todos los derechos compartidos / Propietario: Cooperativa de Trabajo EcoMedios Ltda. / Domicilio Legal: Gorriti 75. Oficina 3. Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires). Contacto. 2914486737 – ecomedios.adm@gmail.com / Directora/coordinadora: Valeria Villagra. Fecha de inicio: julio 2000. DNDA: En trámite
Desarrollado por Puro Web Design.