El 29 de octubre se conmemoró a nivel mundial el
día del ataque cerebro vascular una enfermedad cuyo porcentaje se incrementa
día a día. La buena noticia es que en Argentina se van a empezar a tomar
estadísticas lo cual va a permitir planificar al respecto.

No es la primera
vez que en estas páginas hablamos sobre el famoso ACV, o sea el tan temido
ataque cerebro vascular. Y es temido ya que sus secuelas pueden llevar a la
discapacidad y también porque es una de las principales causas de muerte en el
mundo. Y si bien es algo que se puede prevenir, las cifras de ACV siguen
incrementándose lo cual habla o bien de una falta de concientización o también
de lo difícil que es para las personas adquirir buenos hábitos de vida que son
los que, de alguna manera, evitan los ACV.
El 29 de octubre se conmemoró en todo el mundo el Día Mundial del ACV y por esa
razón EcoDias volvió a consultar al doctor Gustavo Piñero, especialista
jerarquizado en Terapia Intensiva y Emergencias y coordinador del área de
Neurointensivismo de la Terapia del Hospital Municipal, para que nos cuente
acerca de los ataques cerebro vasculares en la actualidad: “Las cifras en el
mundo cada vez son más crecientes. Los factores de riesgo para el ataque
cerebral son los mismos que para el infarto cardíaco o sea que son los factores
de riesgo vascular. El más frecuente y el más preocupante es el aumento de la
hipertensión arterial en la población, la obesidad, el tabaquismo, la falta de
práctica de deportes o de actividades físicas, o sea el sedentarismo, los
niveles altos de ingesta de alcohol, el estrés que es una de las cosas por ahí
más difíciles de erradicar de la sociedad actual”.
Son todos estos, factores que contribuyen a que la enfermedad haya ido en
aumento incluso en grupos etareos cada vez más jóvenes.
En este punto se puede decir, que si bien las edades mayores son las que más
prevalecen, el ACV ya no discrimina en ese sentido: “Las edades generalmente
siempre han sido por encima de los cincuenta años pero también hay ACV en
personas de menor edad. Obviamente respetan otros factores de riesgo, por
ejemplo hay ataques cerebrales asociados al uso indebido de drogas y también
hay ataques cerebrales en niños pero ahí tiene que ver más algún factor
genético, algún factor de nacimiento. No es que hay una edad específica pero la
que tiene que ver con todos los factores de riesgo que mencioné inicialmente,
son del grupo de los 50 años para arriba”.
Según el doctor Piñero, no hay en la comunidad una concientización a la hora de
la consulta, y en ese sentido traza un paralelo con lo que ocurre con el
infarto cardíaco: “Cuando alguien tiene un infarto cardíaco uno siente un dolor
de pecho y por el dolor intenso se consulta en la guardia. En cambio un ataque
cerebral se puede manifestar como un hormigueo en el brazo, con una pérdida de
fuerza que inicialmente puede ser transitoria, entonces cuando se consulta se
consulta tardíamente”.

Registros para poder trabajar
No todo es alarma respecto al ataque cerebro vascular más allá de que es
algo que se lo considera de gravedad. Decimos que no todo es alarma porque
tratado en tiempo y forma, se disminuyen las posibilidades de secuelas. Y esto
es un factor muy importante ya que, dice Piñero: “Las secuelas son la primera causa de discapacidad en el mundo y el
ataque cerebral es tercera causa de muerte en el mundo. En algunos países como
España es la primera causa de muerte”.
Todo lo dicho, tiene que ver con la enfermedad cuando ya está instalada pero es
bueno insistir que con buenos hábitos de vida y evitando el cigarrillo, el
alcohol, disminuyendo el estrés y con una actividad física diaria, se puede
evitar el ataque cerebrovascular.
Por otra parte, un aspecto importante del tema lo constituyen las estadísticas
ya que a partir de estas se pueden empezar a planificar estrategias contra ésta
y contra cualquier enfermedad.
En los últimos días, se supo a través de información difundida por los medios
de comunicación que, durante 2013, y con el objetivo de poder contar con
estadísticas a nivel nacional, un equipo de investigadores desarrollará el
primer estudio epidemiológico en Argentina.
La idea es evaluar la cantidad de ataques cerebro vasculares que ocurren año
tras año y qué características particulares adquiere la enfermedad en la
población.
Acerca de la importancia de contar con estadísticas, el doctor Piñero enfatizó:
“El tema de las estadísticas o los datos epidemiológicos en Salud son
primordiales porque es la única forma en la que uno puede gestionar y realizar
programas. Argentina siempre se caracterizó por una falta de estadísticas
serias en Salud e incluso sobre subregistros de ciertas enfermedades a las
cuales uno tiene que tomarlas con una óptica distinta. Todo se debe registrar
porque es importante para planificar, pero hay diez enfermedades en el país que
matan a los argentinos, entonces uno dice que no podemos no tener estadísticas
serias en trauma, en enfermedades cardíacas, en enfermedades infecciosas”.
Refiriéndose específicamente a los ACV, agregó: “Las primeras estadísticas
serias fueron por parte de sociedades científicas, inicialmente fue la
Fundación Cardiológica que hizo el primer estudio que fue el estudio Arenas de
Registro de Ataque Cerebral en el país donde el Hospital Municipal participó.
Después se hizo el estudio Arenas 2 e incluso nos mostró datos, para los que
trabajamos en el tema, que son muy interesantes porque generalmente la
bibliografía que uno utiliza es la anglosajona y la distribución epidemiológica
que tiene Estados Unidos e Inglaterra con el ataque cerebral es totalmente
distinta a la que se presenta en Argentina a lo que a porcentajes se refiere”.
En este punto, nuestra población es mucho más parecida a las asiáticas de China
o Japón: “En Estados Unidos el 80 por ciento de los ataques cerebrales, están
relacionados a ataques cerebrales que llamamos isquémicos y el 20 por ciento
restante es hemorrágico. En cambio en argentina el 65 por ciento son solamente
por ataques isquémicos y el 35 por ciento son hemorrágicos, algo muy similar a
lo que pasa en la población asiática. Entonces uno cuando empieza a tener esos
datos, empieza a reflexionar las conductas o las planificaciones que uno hace
que tienen que ser totalmente distintas a lo que uno pensaría desde el punto de
vista de la bibliografía. Cualquier campaña, cualquier cosa que uno quiera
hacer seria, si no cuenta con números de base para planificarlos, es
imposible”.