Si bien en Bahía Blanca no se han detectado casos autóctonos, durante el año 2023 hubo siete casos de personas que llegaron de viaje y, probablemente, trajeron el virus del lugar de proveniencia.

Sin embargo, en la ciudad está presente el mosquito aedes aegypti, sólo que no contiene el virus. Un ejemplo de cómo podría ingresar el virus sería: “Si una persona está llegando a la ciudad incubando la enfermedad, el aedes aegypti hembra se alimenta de esa sangre, después de una semana se reproduce el virus en sus glándulas salivales, y la próxima vez que pique a alguien le va a inyectar el virus”, explicó la doctora en Biología (MP B-BI 302) e integrante del programa Dengue, Gabriela Rozas Dennis.

Ante esta posibilidad de transmisión, la especialista confirmó que la mejor prevención es la limpieza de contenedores de agua en las casas, cepillando los recipientes antes de volverlos a cargar.

“El mosquito no distingue clases sociales. El patio puede estar muy limpio, pero queda una rejilla, el bebedor de la mascota que no se cepilló y eso puede tener los huevos pegados”. Además, la pared que necesita es menor a los 0,8 milímetros, por lo que es importante chequear incluso los recipientes más pequeños.

Asimismo, remarcó que es un mecanismo “fácil, sencillo y económico, donde todos los miembros de la familia pueden colaborar, porque los huevos sin agua no sobreviven”. Desde la Secretaría de Salud están trabajando en la prevención con los equipos del Departamento de Ambiente y el Programa de Dengue.

“Cuando hacemos las jornadas no se ingresan a los domicilios, solo se hace promoción. Que la gente no tenga temor. Vamos identificados con el DNI para que puedan consultar al personal capacitado para detectar criaderos. Nos pasó que nos decían ‘no tengo nada’ y, en el diálogo, les mostramos que por ahí en un pequeño recipiente, por ejemplo el plato debajo de una maceta, tenía agua y larvas”, expuso la especialista.

En relación a la importancia de estas medidas, Rozas Dennis afirmó: “Lo gubernamental y comunitario tiene que ir de la mano, porque si no es imposible”, y aclaró que se ingresa al domicilio para rociar y hacer el trabajo de fumigación ante un caso de dengue sospechoso o confirmado, también en un radio de nueve manzanas.

“Aun cuando se ponga en funcionamiento algún tipo de vacuna, no hay que bajar los brazos en la prevención de una enfermedad transmitida por vectores”, advirtió.

Síntomas

El aedes aegypti únicamente circula durante las horas del día, no es nocturno. Incuba cerca de los domicilios, y no se encuentra por zanjas, arroyos o ríos. Los síntomas específicos son fiebre y dolor de cabeza, detrás de los ojos y dolor del cuerpo, no se presenta con resfrío ni dolor de garganta.

“Lo que se pide es que el sistema de salud esté alerta ante estos casos para activar los protocolos correspondientes y que la persona asista de forma urgente al hospital o unidad sanitaria”, resaltó.

Por otro lado, pidió a la persona con síntomas que no se automedique, y que aguarde por la atención del servicio sanitario y que, una vez atendida, regrese a su hogar, “no porque contagie a una persona, sino que puede contagiar al mosquito”.

Antecedentes

Los primeros casos de dengue registrados en Argentina se documentaron en el año 2009, luego en 2016, en 2020, y en el 2023 se detectaron 130 mil casos: “En los últimos años se fueron achicando los periodos inter epidémicos. Primero era de siete y luego pasaron a tres, y se fueron multiplicando los casos”, referenció la bióloga.

Otro dato a destacar es que, en el 2023, en el nordeste del país hubo detección de casos durante todo el año, lo cual deja entrever que ya no se trata de una enfermedad epidémica sino que hay zonas donde es endémico.

Los siete casos detectados en Bahía Blanca el año pasado eran provenientes de la ciudad autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero y un caso de Chikungunya, que es otra enfermedad que puede transmitir el mismo mosquito.

Procedimiento

Ante una denuncia de caso al área de Epidemiología, se conforma un equipo para realizar el control de foco con bloqueo, según las normativas del Ministerio de Salud de la Nación. Se rocía la vivienda del caso sospechoso o confirmado y las casas de alrededor de nueve manzanas, que es el rango de vuelo del mosquito.

En la actualidad, al no tener casos autóctonos, desde el Municipio se está trabajando en la prevención. Cada 15 días, en distintos puntos de la ciudad se organizan jornadas de limpieza y descacharrización. “Ponemos un contenedor en un determinado lugar para que los vecinos puedan descartar todos los elementos que puedan ser criaderos. Mientras tanto, recorremos las nueve cuadras alrededor informando a los vecinos, ayudándolos si no puede llevar todo al contenedor”, detalló Rozas Dennis.

Esta información se publica en la página web del Municipio, redes sociales y medios de comunicación.

Otro mecanismo utilizado es el de las ovitrampas en las distintas unidades sanitarias. De acuerdo a eso implementan un mecanismo de prevención y promoción en la zona: “Si nos da positivo quiere decir que la hembra puso huevos, y estos resisten por un año el frío y la sequía. Una hembra que anduvo volando en abril, mayo del 2023, donde todavía teníamos casos importados, pudo resistir el invierno, que no fue tan riguroso, pero los calma un poco y quedan a la espera de que el clima mejore, que llueva como llovió en las últimas semanas. Se hidratan, y ahí es donde salen las larvas y en doce días salen los adultos”, relató y sostuvo que por eso se tiene que mantener el cuidado y la atención.

Como conclusión, recordó que en Argentina hay más de 200 especies de mosquitos, que tienen distintas costumbres, y recomendó utilizar repelentes con las indicaciones pertinentes y el uso de ropa clara, cubrirse los talones, y proteger a las niñas y niños en sus carritos con el uso de tules para evitar que los mosquitos lleguen a ellos.

Autor: Redacción Ecodías