En Capital Federal se está desarrollando un programa
de visitas guiadas a museos para adultos mayores con enfermedad de Alzheimer.
La iniciativa busca que las personas que sufren esa problemática no se
encuentren aisladas y puedan vivir una experiencia cultural de este estilo.
Además se investigarán los efectos positivos de la actividad respecto a la
calidad de vida de los pacientes.

No es
algo que se esté haciendo en Bahía Blanca pero es bueno conocer la experiencia
para, en todo caso si se puede, replicarla en nuestra ciudad.
Se trata de un programa de visitas guiadas a museos para adultos mayores con
enfermedad de Alzheimer. Esta iniciativa que fue llamada “Arte y Cerebro” se
está desarrollando en Capital Federal y partió desde el seno del Instituto de
Neurología Cognitiva (INECO) que dirige, al igual que la fundación que lleva el
mismo nombre, el prestigioso y conocido neurólogo y neurocientífico, Facundo
Manes.
Lo que se hizo fue capacitar a guías de diferentes museos porteños en lo que
hace a la comunicación con personas con Alzheimer. A partir de ello, se
programan visitas de una determinada duración en donde se muestra parte de la
obra del museo al grupo de pacientes. Luego, las personas trabajan sobre la
experiencia vivida y además, desde la parte médica y científica, se analiza el
impacto positivo de la experiencia hacia la calidad de vida de cada uno de los
visitantes.
El Alzheimer lleva el nombre de su descubridor, el doctor Alois Alzheimer y se
trata de la causa más común de demencia, esto es el declinar de las funciones
intelectuales del paciente comparadas con el nivel que presentaban antes.
Presenta síntomas tales como pérdida de memoria, confusión, dificultades al
hablar, del razonamiento, pensamiento y desorientación, entre otras y afecta
hasta una de cada ocho personas de más de 65 años y a casi la mitad de las
mayores de 85 años.
Por otra parte, los pacientes sufren un impacto en la vida diaria como por
ejemplo el asilamiento y por eso que las visitas guiadas a museos buscan todo
lo contrario y que la persona pueda vivir una experiencia recreativa y
cultural.
EcoDias se comunicó y entrevistó a la coordinadora ejecutiva del proyecto,
Analía Méndez quien es técnica nacional en Recreación y licenciada en
Gerontología. Méndez explicó que el instituto cuenta con un programa innovador
de incorporar la terapia recreacional como tratamiento no farmacológico.
A
razón de ello es que existe el proyecto de visitas a museos que tuvo sus
experiencias en New York y en Murcia. De esta manera, en conjunto con el
Ministerio de Cultura de Capital Federal se armó la capacitación para los guías
“En esta experiencia se van a
capacitar guías de once museos, en ocho de ellos se va a realizar la
experiencia de la visita guiada con este grupo de pacientes que tienen
diagnóstico de Alzheimer junto a sus cuidadores y familiares” señaló Méndez que
además agregó: “Es una experiencia muy rica en la que precisamente se trabaja
en incluir en la participación ciudadana, a estas personas en actividades,
culturales, recreativas y significativas”.
Es sabido que Capital Federal cuenta con una diversidad cultural muy importante
razón por lo cual se eligieron museos con diferentes temáticas para que se
pueda desarrollar una experiencia de vinculación con el arte que le permita al
paciente resignificar sus saberes previos: “Hemos elegido en esta primera
instancia el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sivori, el segundo es el museo Enrique
Larreta que es el museo de arte español, vamos a estar también en el Museo de
la Ciudad que tiene gran importancia en lo que refiere a la vida cotidiana de
la ciudad de Buenos Aires entre el 1800 y antes también y es muy rico en lo que
tiene que ver con trajes y demás, el otro museo al cual vamos a ir es el Museo
del Humor. Nos queda para el año que viene el Museo José Hernández de arte
popular, el Museo de Esculturas Luis Perlotti, el Museo del Cine y seguramente
el Museo Histórico Cornelio Saavedra”.
La selección refiere si se quiere a una doble intención: “Tiene que ver principalmente
con mostrar primero la diversidad cultural de la ciudad de Buenos Aires y
segundo que sea un facilitador lo que se muestra en cada museo para que estas
personas tengan una vivencia emocional, una vivencia en cuanto al recuerdo y la
emoción con lo que se observe. La idea es que sea una experiencia
significativa, una experiencia en la que la persona pueda trasladar su bagaje
emocional y sus saberes y pueda el museo ser un facilitador, un medio para
tratar de revivir esa experiencia”.
Las personas con Alzheimer sufren el deterioro de la memoria pero conservan la
memoria emotiva “por eso estas personas empiezan a olvidarse de procesos
recientes y sin embargo queda muy instalada en ellos la memoria que los liga al
pasado con su historia de vida, con la historia familiar. Entonces es muy rico
tratar de descubrir o trabajar en torno a esta memoria que queda, que se pierde
fuertemente en los períodos de mayor avance de la enfermedad pero no por eso la
persona tiene que quedar aislada de los procesos culturales y sociales o
recreativos. Cada museo ha sido elegido porque puede ayudarnos, puede
facilitarnos un poco esta vivencia y puede tratar de enriquecer la experiencia
que viva esa persona junto a su cuidador porque las personas no van solas,
siempre van acompañadas por alguien que puede ser un familiar o un cuidador
capacitado para hacerlo”.

Abrirles las puertas
La primera visita a un museo ya se desarrolló y fue en el Sivori donde lo
vivido resultó muy enriquecedor: “La dividimos en tres momentos: en el primero ose
realiza un juego que esta vez elegimos hacer rompecabezas con imágenes del
museo y era un facilitador de la experiencia, descomprimió un poquito el tema
de los nervios previos y jugamos un poco con el armado de rompecabezas. Luego
se realizó lo que es la visita, se seleccionaron algunas obras del museo,
fueron expuestas por los guías que previamente tuvieron una capacitación por
parte de los profesionales de INECO en cuanto a estrategias de comunicación con
personas que tengan diagnósticos de enfermedad de Alzheimer. Al finalizar se
realizó una actividad recreativa en la que se puso en juego esto de qué es el
arte. Entonces facilitamos elementos para que puedan explorar diversos
materiales como papel, telgopor que tenía que ver un poco con lo que observaron
en el museo y tuvieron la experiencia de hacer arte”.
Decíamos al comienzo que “Arte y Cerebro” busca además llevar adelante un
proceso de investigación en cuanto al impacto que la actividad tiene en la
persona, su familia y su cuidador: “Fue muy rico ver la devolución en el lugar
de los familiares, de los cuidadores y de las propias personas que
participaron. No porque tengan un proceso de memoria deteriorada por la
enfermedad de Alzheimer significa que no tengan registro, por lo menos pensando
en esto que son personas que están en los inicios de la patología entonces hay
un registro por lo menos de la vivencia. Se llevaron lo que hicieron, se
llevaron información del museo para después trabajarla con sus terapeutas y con
la familia. Es una experiencia que les va a hacer un aporte importante en
cuanto a disfrutar de una actividad junto con su familiar y después lo que
puedan seguir trabajando durante el transcurso de la semana”.
La diferencia las visitas guiadas que se hicieron en New York o Murcia está “en
que nosotros no elegimos un solo museo sino que elegimos 8 museos y la
capacitación la hacemos para cada uno de los guías de los museos incluso
algunos guías de otros museos que no van a participar de esta primera etapa.
La idea es que cada museo de la ciudad de Buenos Aires abra sus puertas en
algún momento del mes a este grupo poblacional y tenga esta capacidad de crear
una visita guiada particular para este grupo poblacional”.
En ese sentido, Méndez remarcó: “Como es muy complicado trabajar sus dificultades
conductuales y lo que la enfermedad provoca, estas personas se aíslan, empiezan
a aislarse porque requieren de un cuidador, de un familiar que los acompañe. En
cambio, si el museo abre sus puertas desde una mirada inclusiva, desde una
mirada de derechos humanos, está facilitando un espacio más de acercamiento”.
Se trata ni más ni menos que de hacer parte a la persona con Alzheimer mediante
una actividad que obviamente tendrá características especiales: “No es una
visita convencional, por ejemplo una de las cosas que trabajamos mucho es que
no van a mostrar la totalidad del museo en una totalidad de una hora porque una
de las particularidades de estas personas es que pierden la atención
rápidamente, hay que focalizar con estrategias muy concisas y muy organizadas y
que no duren más de quince, veinte minutos”.
“Se muestra una parte del museo, una parte de las obras expuestas, una parte de
la riqueza cultural e histórica de cada museo y se le da como un encuadre
ligado a rescatar la vivencia del otro. Entonces es mucho más senso – perceptivo,
hay un trabajo senso – perceptivo más que un trabajo de detalle del museo y de
la riqueza que tiene cada obra”.

Que se haga en todas partes
EcoDias consultó a Méndez acerca de si un proyecto como este puede llevarse
a cabo en otros lugares del país: “Esta es una primera experiencia, ojala con
nuestro trabajo que se hace sobre demencia y sobre la demencia del tipo
Alzheimer en particular ojala esto se pueda replicar en cualquier museo de
cualquier parte de nuestro país. La riqueza histórica y cultural que tiene
nuestro país la verdad que es de gran importancia y sería interesantísimo que
cada museo pueda tener esta experiencia de primero la capacitación de sus guías
y del personal del museo para abrir sus puertas a este grupo poblacional que es
muy rico y que es muy lindo lo que se puede mostrar. Aparte no solamente por la
riqueza del museo sino que a veces es cuestión de darle sentido a eso que se
muestra”.
Según explicó Méndez, los objetivos principales de “Arte y Cerebro” radican en
brindar estímulos senso – perceptivos a las personas con Alzheimer logrando que
se motiven y estimulen a través de la incorporación de hábitos saludables
teniendo en cuenta que parte de ellos es la participación en la vida cultural y
social de la ciudad”.
Además, al hacerlos partícipes de la experiencia cultural se les brinda a los
pacientes un espacio significativo para la recreación cultural: “Que se
incorporen en la vida social e incorporen dentro de su rutina personal, la
actividad social como parte de ella. Por otro lado la idea de mejorar y
mantener la calidad de vida de las personas a través de la participación en
actividades de estimulación o actividades culturales en particular y estimular
la socialización e interacción con los pares”.
Más allá de las cuestiones y conceptos específicamente científicos hay algo muy
claro que quedó demostrado en las palabras de Méndez y que tiene que ver con
las emociones de cada persona con Alzheimer. De allí que hablemos también del
alma y nos tomemos el permiso de llamar a la experiencia “Arte, Alma y
Cerebro”. Ojala la idea también tome forma en Bahía.