Se cree que las altas temperaturas afectan a quienes disfrutan por ejemplo de la
playa aunque la ciudad es uno de los lugares donde el golpe de calor puede
sorprender.
“El golpe de calor tiene que ver con lo que está sucediendo en estas
semanas, cuando se juntan en Bahía Blanca, 6 o 7 días continuos de 35 a 38
grados”, asegura el Dr. Andrés Daglio, médico pediatra y director asociado de
la Región Sanitaria 1. “Los cuidados con el sol son los que se vienen relatando
hace años”, continúa, haciendo hincapié en la prevención de esta situación que
puede traer muchas dificultades de salud en los ancianos y la infancia.
Reacciones
Podemos creer que una jornada en la playa o en el río, destinos turísticos
próximos a la ciudad, pueden devolvernos a la vida cotidiana con quemaduras y
deshidratación, no obstante, el devenir urbano también puede producir un golpe
de calor. El organismo humano reacciona ante las altas temperaturas,
habitualmente lo hace a través de la irradiación del calor al ambiente, “si el
ambiente está muy caliente no irradias nada porque éste te calienta, entonces empezás
a usar otro mecanismo, la transpiración, al hacerlo se pierde temperatura”. La
transpiración también implica la pérdida de agua y sales, elementos necesarios
para lograr un equilibrio somático, “si esto ocurre 6 a 7 días seguidos empieza
a ser un problema”.
Los inmediatamente afectados son los más pequeños y los más grandes, “si sos
una persona muy pequeña, de edad o muy grande, como es el caso de los adultos
mayores, los perjuicios a la salud se potencian”. Los mayores no tienen la
necesidad de saciar su sed, “los líquidos se manejan con gran dificultad, por
eso a los parientes nuestros de edad avanzada hay que recomendarles que tomen
una cantidad de líquido por día, no importa que no sientas sed”. Los adultos
mayores de 65 años deben proveerse de botellas de agua, 2 litros diarios, y
tomarlas con periodicidad, “ellos estas indicaciones directas las cumplen a
raja tabla y esto facilita sobrellevar la situación”. Los chicos son sensibles
también al golpe de calor, “sienten sed, tienen mecanismos que hacen que
soliciten agua”.
Situaciones de alerta
Una de las frases más comunes es la que reza: te quema el aire, “no es así,
el sol rebota en el agua y pega en los cuerpos humanos, pega en la arena y
rebota, no hay sombrilla que te tape”, apuntó el médico, quien también
diferenció el golpe de calor de la insolación. Esta última está asociada a la
quemadura directa del sol, “hay que usar el protector solar típico, protegerse
en las horas centrales del día, entre las 11 y las 4 de la tarde”. Bebés,
chicas y chicos menores de 1 año no deben concurrir a la playa, “porque en
estos lugares el sol te pega de todos lados”.
Niñas y niños se verán favorecidos con la colocación de un protector de un
factor 60 o más, “también hay que evitar los horarios de peligro, si tenés que
salir por una cuestión muy puntual a las 2 de la tarde con tu bebé hay que
colocarse factor de protección alto, carrito, gorrita y vas por la sombra”.
Consultado por las reacciones que produce la convivencia con aires
acondicionados, el médico acotó que “actúan bajando la temperatura de los
ambientes, para lo cual extraen la humedad, esto produce resecamiento de las
vías respiratorias, de ahí que las personas tengan estos tipos de malestares”.
¡ATENCIÓN CON EL SOL!
Algunas sugerencias frente a los días de calor:
– evitar la exposición directa al sol
– usar gorro y lentes, para que no se produzca un contacto directo
– lucir ropa y calzado ligeros y sueltos, de colores claros
– colocarse protector solar de forma seguida
– consumir agua, la forma más fácil de mantener la hidratación del cuerpo.
SÍNTOMAS Y HÁBITOS
El golpe de calor está precedido por el agotamiento por calor, su
reconocimiento ayuda a la prevención de situaciones más graves. Es posible que
la persona afectada tenga sudoración excesiva, piel pálida y fresca, sensación
de calor sofocante, sed intensa y sequedad en la boca, calambres musculares,
debilidad, también puede presentar dolores de estómago, inapetencia, náuseas o
vómitos, dolores de cabeza, mareos o desmayos. En los bebés, la piel puede
verse irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, entre otros, la
irritabilidad se manifiesta con un llanto inconsolable.
Un hábito que puede sumar bienestar durante el verano es consumir frutas y verduras
frescas. Antes de su preparación lavarlos con abundante agua, preferiblemente
corriente. Su elaboración debe realizarse en superficies tales como tablas de
cortar, platos, utensilios y mesadas, limpias tanto antes como después, y sobre
todo, si posteriormente se preparará otro tipo de alimento. Los víveres cocidos
y perecederos no deben quedar a temperatura ambiente, resisten hasta 2 horas
sin frío.
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