Teniendo
en cuenta que la salud de todo ser humano debe ser entendida en un sentido
amplio y que las mujeres, especialmente las más pobres, se encuentran en
especial vulnerabilidad ante la falta de condiciones dignas y adecuadas que
aseguren su salud integral, consideramos imprescindible debatir tanto en la
calle, como en los medios como en los recintos legislativos la importancia de
tener una ley que asegure para todas la posibilidad de acceder a un aborto
legal, seguro y gratuito. Es así que, como Colectiva Feminista Autoconvocatoria
Mujeres, pensamos que es fundamental que se trate y sancione en el Congreso
Nacional el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo -elaborado
por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito-,
presentado con la firma de 50 diputadas y diputados de un amplio arco político;
porque esta es una deuda que la democracia tiene con las mujeres en 
Argentina.
La despenalización y legalización del aborto es un tema de justicia social,
porque el aborto clandestino mal hecho, sin condiciones sanitarias adecuadas,
pone en peligro la vida y la salud de las adolescentes y las mujeres más pobres. 

La criminalización del aborto no impide su práctica, lo cual queda demostrado
en los más de medio millón de abortos que se realizan por año.
La legalización no obliga a nadie a practicarlo; por el contrario, garantiza
condiciones sanitarias dignas, seguras y gratuitas para todas las mujeres que
deciden interrumpir un embarazo. Así como reconoce la plena autoridad, la
capacidad y el derecho de las mujeres para resolver el dilema de un embarazo no
deseado y no ser sometidas a una maternidad forzada.
Un Estado laico y democrático debe garantizar la libertad y el respeto a las
creencias de todas las personas y es su responsabilidad diseñar y ejecutar
eficazmente políticas públicas que garanticen el derecho a la salud integral de
las mujeres. En este sentido, expresamos nuestra preocupación por la constante
presencia de presiones de parte de la jerarquía de la Iglesia Católica para
imponer un único modelo de familia y un único modelo de sexualidad, como fue el
caso del sermón dado en el Te Deum al que asistió la señora presidenta de la
Nación el día 25 de mayo pasado, en el cual el sacerdote que ofició la misa se
refirió a la primera mandataria como “mujer y madre”, obviando intencionalmente
la investidura oficial de la primera mandataria como jefa de Estado. Este tipo
de acciones no hacen más que intentar entorpecer la consideración de las
instituciones democráticas como instituciones públicas que deben estar por
encima de las  opiniones doctrinarias de instituciones con intereses
particulares y no públicos.

Educación sexual para decidir,
anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.