Hace poco más de un año, María Julia Bostal, una mamá bahiense, es parte de esta red de mujeres Hacer vida cuidando y participó activamente en la creación de uno de los cortometrajes de la campaña por el día de la Madre 2024, #CuidáConmigo. Ella es docente jubilada, casada y madre de cuatro hijos. Hace 18 años, cuando transitaba su cuarto embarazo, se encontró con la noticia de que la nena que llegaba a sus vidas, tenía síndrome de down.

“Si pienso en mi maternar, no puedo decir que fue en soledad, porque desde la familia, a los lazos que van más allá, siempre viví la corresponsabilidad y compañía. Sin embargo, muchas veces sentí el peso de tener que guiar el proceso”, expresó sobre su experiencia de vida: “Trato de pensar cómo llegué al espacio de Emi Ruiz y recuerdo que el año pasado, en alguna oportunidad, leí que para el día de la madre proponían regalar nuestro tiempo a otra mamá. Y eso me cautivó”, expresó, en relación a lo que fue el primer encuentro con la red.

Más adelante se encontró con la propuesta de un taller y dijo, “tenía más dudas que certezas, ¿será para mí, una madre ya experimentada? ¿Me encontraré mamás con hijos de igual condición? ¿No será seguir dando vueltas sobre lo mismo? Me lancé y me encontré con otras mamás, de otras edades, con hijos de distintas condiciones, con las que nos unía el tema de la discapacidad. Pero se hacía un foco distinto. Era sobre mi maternidad y no por la condición de mi hija. Esto me ayudó a visualizar lo que significó para mí esta realidad”, reflexionó.

Sumar miradas

Participó del taller con Emi Ruiz, fundadora de Hacer vidas cuidando y luego se sumó a un grupo de mamás con encuentros semanales, todo de forma virtual. “Cada encuentro servía para entrelazar historias, sensaciones profundas, sanando viejas heridas, proponiéndonos pequeños cambios, hacer micromovimientos, una palabra que incorpore del taller y me dio mucha libertad”.

En el intercambio de las experiencias, María Julia reconoció el valor de poder escucharse y hablar sobre “cómo había sido conocer el diagnóstico, lo que había provocado en cada una, cómo condicionaron esas palabras dichas, en el futuro”. Otro ejemplo que citó dándole un tono gracioso, fue descubrir cómo cada una aplicaba la palabra “normalizar”, “en diferentes situaciones, donde queríamos poner a nuestros hijos en un molde”, relató.

Ante expresiones clásicas en relación a la crianza, como “todos tenemos límites”, “tenemos discapacidades”, o “toda mamá enfrenta desafíos”, María Julia, reconoció que es verdad, pero aclaró que “una mamá con un hijo con discapacidad se enfrenta a situaciones exponencialmente más complejas que las del resto. Los desafíos son más grandes, el tiempo que implica esta maternidad es mayor, las barreras son más grandes y, en la mayoría de los casos, son las mamás las que asumen la mayor carga de este acompañamiento”.

Por eso, también en “este maternar se va aprendiendo y en el encuentro con otras mamás se puede compartir sobre cómo ampliar esta red, para que no nos lleve la vida”.

En ese espacio, María Julia, encontró la posibilidad de mirarse como madre y mujer, y adquirir herramientas para soltar exigencias y sentirse acompañada. “Dentro mío se siguen ajustando y desajustado cosas, siento la alegría de estar en construcción”, aseguró.

Abrir el juego

Un siguiente paso que dio esta mamá bahiense fue sumarse a una red de mujeres, que en su mayoría son argentinas, que se comunican por un grupo de WhatsApp, donde comparten la vida y una vez al mes se reúnen para abordar un tema particular o para compartir alguna experiencia. “Lo que tratamos de hacer es acompañarnos en este proceso de ampliar nuestra red”.

Hace cuatro años, para el mes de octubre en el marco del Día de la Madre, organizaron distintas campañas de sensibilización para visibilizar lo que era esta manera de maternar a niños y niñas con discapacidad. Desde entonces, cada año lo hicieron de maneras distintas. Esta vez, convocaron a las mamás para ser parte de un taller con una guionista especialista en cine, armaron tres grupos y crearon tres cortos de concientización. “Intentan mostrar realidades que vivimos todas. Por ejemplo, el primer corto se llama Interdependencias, que cuenta en una historia lo que entendemos de la independencia para nuestros hijos, que nunca será total, que siempre necesitamos de otro y que la red la tenemos que hacer cada vez más grande para que nuestros hijos puedan también insertarse en la sociedad en la que vive”, amplió.

Otro, habla de la soledad: “Muchas veces la mamá se encuentra resolviendo un montón de cosas, escuchando un montón de opiniones y el solo hecho de que alguien se acerque con empatía a darnos un abrazo o a tendernos una mano, a darnos su tiempo, ya cambia esta sensación”, comentó.

Finalmente, el corto audiovisual Respiro cuenta de una madre que trabaja home-office y por distintas razones tiene que ver cómo hacer para cuidar a su hijo y cumplir con su trabajo. “La idea surgió para no quedarnos en el enojo o con la sensación de que no siempre nos entienden e intentamos visibilizar la necesidad de que los demás se impliquen, por eso la campaña tiene un hashtag que dice cuidá conmigo”, resaltó.

Los cortometrajes se encuentran en el Canal de Youtube: Emi Ruiz. Movimientos Vitales.

Llamado institucional/social

Las campañas de sensibilización social están dirigidas a cada persona singular y también a las instituciones, comercios u organizaciones de la ciudad.

“Pensar en capacitar a los empleados en estas temáticas es una gran contribución, un día mi hija se fue de mi casa sola a un comercio grande, al que siempre íbamos y una empleada que la identificó pudo ayudarla a regresar a casa. A veces, la diferencia la hace esa empleada que es sensible a las necesidades del otro y puede interpretar lo que necesita, es la empatía, que en algunos casos tiene que ser formada. Sé que en Bahía hay espacios que están proporcionando la enseñanza de lengua de señas o la capacitación de empleados para poder atender personas con diversidad funcional, es importante que como sociedad podamos dar respuesta a estas necesidades”, concluyó.

#DONARTIEMPO
En la página web ofrececuidados.wordpress.com se puede encontrar la campaña que promovió dos formas de participación. Una es donando dinero para ayudar a sostener el trabajo en red. Otra opción consiste en donar tiempo a otra mamá cuidadora, para que cada persona pueda identificar una mujer que materna su hijo o hija con discapacidad, se acerque y pueda preguntarle cómo puede acompañarla, que puede ser la simple compañía, que le hagan un trámite, cuidar al niño o niña si necesita salir.

Autor: Redacción Ecodías