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Recorrer el mundo pedaleando
Son contadas las personas que concretan el sueño de la vuelta al mundo. Michel Briquet lo hizo en bicicleta durante tres años y medio a fines de los ‘80. Aquí compartió las vivencias de su paso por África.
Categoría: Sociedad
Recorrer el mundo pedaleando 2

En la semana de la movilidad sustentable, que fue del 16 al 22 de septiembre, la Alianza Francesa de Bahía Blanca invitó a Michel Briquet, un francés aventurero que dio la Vuelta al Mundo en bicicleta. En esta cita, trató de sintetizar lo que fue su paso por el continente africano.

Esta aventura tiene mayor atractivo aún, cuando se conoce que Michel Briquet la realizó a finales de la década del 80. Durante el periodo de guerras en Sudán y el apartheid en Sudáfrica, por ejemplo. El viaje no fue improvisado, tuvo tres años de preparación, pensando solo en eso, aunque “el sueño lo tuve desde los 10 años», confesó. Como muchos niños y niñas, soñaba con dar la vuelta al mundo, “inspirado por las historias de grandes exploradores como Cristóbal Colón y Julio Verne”, ejemplificó.

A los 18 años, Michel empezó a materializar ese sueño. «Me escapé de la casa de mis padres y comencé a viajar», recordó. Su primer viaje fue de París a Estambul, realizó otros viajes dentro de Europa y después se decidió a preparar su vuelta al mundo en bicicleta. Al principio en su sueño no estaba este medio de transporte, lo incorporó luego de sus primeros viajes por Europa. “Puedo decir que es el mejor modo de viajar”, aseguró.

«La bici te abre puertas que no se abren sólo con la mochila. Hay un reconocimiento del esfuerzo que hacés y eso genera un contacto más cálido con la gente». Así fue como, el 4 de octubre de 1989, llegó a Bahía Blanca durante su travesía. “Me senté en la plaza Rivadavia con la bici al lado y un cartel que decía ‘vuelta al mundo desde Francia’. La gente se acercaba no por mí, sino por la bici”.

Si bien, la velada se trató de sus aventuras en África, no faltó la pregunta de por qué está en Bahía Blanca y allí contó que en ese paso por la ciudad se encontró con el amor de pareja y luego de cumplir su sueño que duró tres años y medio, se mudó al otro lado del mundo para continuar con otros proyectos de vida que lo mantuvo en Argentina, vivió varios años en la ciudad y en la actualidad vive en Villa Serrana La Gruta.


Recuerdos de África

Rememorando su paso por África, mediante la proyección de fotos y acompañado de una música acorde a cada experiencia, Michel Briquet fue relatando su paso por Egipto, Sudán, Malawi, Zimbawe y Sudáfrica, entre otros. Aseguró que vivió realidades duras, momentos de paz y de conexión y que, sin dudas, lo más bello de África, es su gente.

Esta hazaña lo llevó a recorrer diversos países y que, según sus propias palabras, le permitió sentir «el contacto con lo trascendente» al estar al pie de las Pirámides de Egipto. “No soy esotérico ni creyente, pero estar ahí te conecta con algo más grande”, comentó al referirse a uno de los momentos más emblemáticos de su travesía.

Entre los recuerdos más fuertes de su travesía africana está la incertidumbre que, en aquella época, era parte del día a día de los viajeros. «No había teléfonos ni internet. En 1989 llamé a mi mamá y le dije que me iba a Sudán, un país en guerra, y que no se preocupara si no tenía noticias mías por un mes», contó e hizo una comparación con los tiempos actuales, “Hoy hablas con tu familia todos los días, pero en ese entonces, cuando te ibas, cortabas el cordón umbilical por completo”.

Lo mismo sucedía con las cartas, “Hace 35 años, si quería que me escribieran, les decía en septiembre que me mandaran una carta al lugar donde pienso estar en diciembre”, ejemplificó.


Un equipo que acompaña

Ya en el momento de intercambio con las personas presentes, el ciclista resaltó la importancia de la familia y de las amistades que lo acompañaron en este sueño. Volviendo al tema de la tecnología, usaba la cámara fotográfica con rollos, por lo que había que revelar en un estudio de fotografías. Utilizó más de 4000 diapositivas para registrar sus viajes.

Entonces el procedimiento era estar siempre en contacto, viendo quienes viajaban hacia Francia, avisar a la familia que llegaba al Aeropuerto una persona tal, que llevaba los rollos fotográficos, de ahí algún integrante de la familia se lo llevaba a una amiga que hacía la selección para revelar y se las enviaba de vuelta. Este circuito duraba aproximadamente seis meses. Y así ante cualquier necesidad que tenía durante el recorrido.


Contar es revivir

El ciclista francés, cada vez que puede, comparte con jóvenes ciclistas que emprenden aventuras similares a la suya, y con el público en general, sus experiencias porque, aunque ya pasaron muchos años, las emociones del viaje siguen vigentes, afirmó. Las vivencias que experimentó en cada lugar, desde la soledad en el desierto hasta los encuentros fortuitos con personas de todo el mundo, siguen presentes en su memoria.

Una de sus frases finales fue: «No todos se animan a dejar todo y dar ese gran paso, yo lo hice y no me arrepiento de nada. Pude vivir el sueño de mi infancia».

Autor: Redacción Ecodías

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2024-10-02 19:49:33
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