La Conferencia Episcopal Argentina solicitó a la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA) que abordara la investigación que culminó con una publicación de más de dos mil páginas, divididas en tres tomos. Este libro busca, a su vez, la reconstrucción de hechos históricos como también promover una profunda reflexión sobre las responsabilidades, omisiones y acciones de la Iglesia en uno de los períodos más oscuros de la historia del país.

El proyecto fue elaborado por 44 autores, de los cuales dos, Luis Oscar Liberti y Fabricio Leonel Forcat, estuvieron presentes en el auditorio del Centro Histórico Cultural de la Universidad Nacional del Sur (UNS), durante la presentación oficial, con una amplia participación de la comunidad local, además de autoridades universitarias y eclesiales.

Tomando la palabra Fabricio Forcat, hizo una breve descripción sobre los diferentes impactos que tuvo la obra en este año y medio que salió a la venta. Mencionó que está el lector ansioso, que se apura a emitir juicios sin siquiera leerla y el parcial, que sólo lee algún fragmento y define la obra a partir de él. Ante estas recepciones que pueden referirse a la investigación como un trabajo homogéneo, el especialista distinguió que “es un trabajo en común que recoge puntos de vista que muchas veces son complementarios y que son diversos, porque asumen perspectivas de análisis diversos. Eso lo consideramos siempre, y lo valoramos como una riqueza”.

Otro posible impacto es el frustrante, cuando no se encuentra la respuesta esperada; y le sigue la ninguneante, más vinculado a la indiferencia. Del otro lado del espectro estaría el idealizado, con una actitud que tampoco contribuye a la comprensión de la verdad de una época compleja. “En este tipo de impacto aparece la idea de que la Iglesia quiere ofrecer la mejor versión de sí misma y les aseguro que no es así. Es una obra con un tono muy penitenciario, los obispos han prologado la obra pidiendo expresamente perdón. Además de motivar la investigación para conocer los motivos de por qué se llegó a una actuación complaciente y temerosa de hacer una denuncia pública y explícita de los graves crímenes que se estaban cometiendo durante la dictadura”, explicó.

Mirada crítica

La investigación, sin embargo, invita a una recepción realista y crítica, que pueda promover el diálogo. Forcat solicitó la disposición interior para dejarse impactar por lo que se ofrece, una escucha y atención en la lectura para hacer una lectura crítica y autocrítica con la propia comprensión común que tenemos todos configurados”.

“La investigación quiere poner en valor la trama profunda de las significaciones, de los valores que tuvieron los protagonistas de esa época, de hacernos cargos de cómo fue el proceso que los hizo actuar como actuaron, los distintos actore. El tomo II se trata específicamente de la Conferencia Episcopal y la Santa Sede pero en general, de todos los actores que necesitan ser repensados, no se puede construir un pensamiento nuevo si uno no hace el esfuerzo de comprender la trama histórica en la que estas cosas sucedieron”, fundamentó.

Por ejemplo, afirmó que si una persona tiene un esquema antecedente que ubica los hechos en la teoría de los dos demonios, es un impedimento para la comprensión. Para el trabajo se eligió la idea de espiral de violencia, por considerar que “es una visión más compleja, más holística de todo lo que significa una violencia y de sus distintas formas hasta llegar al extremo de la violencia institucional de parte del Estado”.

Las principales fuentes de información fueron los archivos de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Argentina, material que fue digitalizado para facilitar investigaciones futuras. Estos documentos revelan, por ejemplo, los pedidos de ayuda de familiares de desaparecidos y la respuesta, a menudo insuficiente, de las autoridades eclesiásticas.

Abrir el diálogo

Ante una de las consultas, Liberti recordó que un obispo reconoció que “se logró analizar lo que quedó escrito, pero hay mucho más que no quedó en los papeles” y por eso, hizo la salvedad de que esta es una investigación necesaria, novedosa que ofrece aportes inéditos, pero como en toda construcción de conocimiento hecha por seres humanos, es una realización imperfecta y perfectible, queda mucho camino por recorrer y es fundamental todo lo que suceda a partir de la crítica histórica seria que la comunidad académica pueda llegar a realizar”, sostuvo.

La posibilidad de presentarlo en ámbitos universitarios, alienta a sus autores a promover la lectura para incentivar al diálogo, “todo aporte, toda crítica, fundado en la lectura de la obra, es bienvenido”, remarcaron. Incluso, ya en el tomo III, está presente una primera fe de erratas del Tomo I, porque fueron advertidas dos o tres cosas que estuvieron mal formuladas e imprecisas.

Además del material obtenido de los archivos, se realizaron entrevistas y consultas por escritos de diferentes personas, víctimas de la dictadura militar.

En el tercer tomo, se ofrecen claves de lecturas sobre la actuación del Episcopado, en la que resaltaron que se aborda el fracaso por no condenar inequívocamente las violaciones a los derechos humanos.

En línea con el mensaje del Papa Francisco, los autores subrayaron que «no puede haber paz y Justicia sin Memoria y Verdad». La obra no pretende ser la última palabra sobre el tema, sino un punto de partida para futuras investigaciones y un llamado a la autocrítica colectiva.

La verdad los hará libres representa un paso fundamental para comprender el papel de la Iglesia durante la dictadura, buscando una reparación histórica y así avanzar hacia el futuro. En este sentido citaron parte del prólogo del primer libro elaborado por la actual Conferencia Episcopal, entre los que se encuentra el Arzobispo de Bahía Blanca, Fray Carlos Azpiroz Costa: “Si en el pasado hubo de nuestra parte algunas actitudes de negación frente a intentos de autocrítica ausencia de un profundo examen de conciencia eclesial y de reconocimiento de fallas muy hondas en la actuación, hoy hemos querido estudiar con la mayor objetividad posible los archivos disponibles y recibir testimonios que permitan a la sociedad argentina disponer de elementos que favorezcan una aguda reflexión sobre lo ocurrido y la recuperación del sentido de la fraternidad entre los argentinos”.

Al finalizar la exposición, se dio un espacio de intercambio con las personas presentes que pidieron más detalles del contenido y uno de los hombres presentes concluyó con el pedido de seguir investigando: “Tiene que haber mucho más. La Iglesia tiene que saber mucho más de todo lo que sucedió, porque estuvo participando. Les agradezco la investigación y les pediría que sigan investigando para volver a respetar esa iglesia en la que creíamos tantos”.

Autor: Redacción Ecodías