Gabriela Barcaglioni, licenciada en
Comunicación Social, dio una exposición en la Universidad Nacional del Sur en
el marco de la Cátedra Abierta de Violencia de Género y también mantuvo un
encuentro con periodistas sobre cómo desde los medios de comunicación se
produce, a través del mensaje, violencia contra la mujer.

Gabriela Barcaglioni es licenciada en Comunicación Social, productora
periodística en Radio Provincia y docente de la Universidad Nacional de La
Plata. Barcaglioni estuvo en Bahía Blanca en el marco de la Cátedra Abierta de
Violencia de Género organizada por la Secretaría General de Cultura y Extensión
Universitaria de la Universidad Nacional del Sur (UNS) en conjunto con la Red
Local de Violencia de Género. Y el motivo de su visita fue justamente exponer
en la cátedra sobre el tema “Violencia simbólica – Violencia Mediática”, pero
más allá de esa actividad, unas horas antes mantuvo un encuentro con
periodistas y no para dar una conferencia de prensa sino para charlar y
reflexionar sobre el tema que da título a su exposición y que refiere a cuando
la violencia contra la mujer proviene del mensaje de los medios de
comunicación.
Esto último se dio en las instalaciones que la UNS tiene en Colón 80 en donde
previo a comenzar la charla, Barcaglioni atendió a EcoDias para realizar una
entrevista en la que en su inicio coincidió en que eventos de estas
características eran impensados en otras épocas por la temática a tratar: “Si,
era impensado. El tema de la violencia simbólica y la violencia mediática
recién comienza a instalarse como un tipo de violencia. Imagínate que hablar de
violencia contra las mujeres todavía estamos como a medio camino. Reconocer que
la violencia es más que un golpe, que el maltrato físico, estamos a años luz de
reconocer la violencia simbólica y mediática.
De todas maneras estamos en buen camino. Yo no es que vengo a una conferencia,
vengo a generar la inquietud que yo tuve hace algunos años y abrir un poco el
debate, a pensar. A veces también me enriquece a mí pensar otras formas de
abordar las noticias en los medios. Yo como periodista me enriquezco en el
dialogo con otros colegas”.
EcoDias consultó a Barcaglioni acerca de si hay una diferencia entre la violencia
simbólica y la mediática o si ambas forman parte de un todo de por sí
perjudicial: “En términos generales la violencia simbólica es aquella violencia
que se ejerce a través de imágenes, a través de las palabras, que tratan de
fijar estereotipos, roles, modalidades, como patrones donde entramos varones y
mujeres, yo digo ´estancaditos´, como modelos. Y la mediática es todo ese
bagaje de imágenes, de sentidos, de actitudes que se difunden o circulan en los
medios.
Entonces miramos cómo estamos representadas las mujeres y los varones en la
televisión, cómo son los personajes o las protagonistas de las novelas, qué se
dice o que se espera de un varón en determinada circunstancia, cómo es ese
machaque constante y cómo se establecen esos estereotipos que parecieran como
rótulos que tenemos que también está expresado en el lenguaje”.
Barcaglioni señaló a modo de ejemplo cómo predomina el masculino cuando una
persona se expresa lo cual se da y se multiplica diariamente en los medios de
comunicación: “Entonces quiere decir que hay una mitad que está invisible que
somos las mujeres.
Esa es como la definición más amplia de violencia mediática y simbólica. La
mediática es una expresión de la violencia simbólica en los medios”.
Otro rasgo que suele verse en los medios y que es parte de la violencia contra
la mujer es cuando ante determinado caso en el que la víctima es una mujer,
comienza de alguna manera a investigarse a ésta: “Esa es una manera porque ahí
lo que subyace en eso es que la mujer es culpable, que algo hizo para estar en
esa situación.
Recién mirábamos la noticia de un abuso de una joven aquí en la ciudad de Bahía
Blanca y por ahí el título que aparece es “le ofreció llevarla” entonces ese
ofrecimiento quiere decir que ella aceptó en el fondo. Ahí para mí, el título
es abuso de una mujer en tal y tal lugar, más concreto imposible”.
La violencia simbólica, agregó, está expresada de esa manera en torno al cómo
es esa mujer y con un contenido lleno de prejuicios: “Lo veíamos también en el
caso de Melina Romero, uno de los femicidios más resonantes de los últimos
tiempos. Ahí, poner que era una joven que le gustaba ir al boliche, no
estudiaba y poner fotos de ella en actitud casi provocativa porque era poner
toda la carga de la prueba en que la habían matado porque era así como era. Otro
caso de manejo de violencia simbólica en los medios fue el de Nora Dalmasso. Yo
quiero creer que había otras fotos de Nora Dalmasso para graficar las notas”.

El enfoque y las fuentes
Justo en la semana que entrevistamos a Barcaglioni, se conocieron
expresiones públicas de dos mujeres que forman parte de lo que se conoce como
farándula y ambas expresiones con una violencia muy fuerte en contra de las
propias mujeres en un tema tan importante como el de la violencia física: “Es cultural,
es un aprendizaje de roles esperados, de expectativas, de lo que debe ser. Si
eso te lo van machacando desde la escuela, desde las iglesias, desde otras
instituciones, la justica y desde los medios, vos terminás convenciéndote de
que esa es la realidad. Si todos los discursos son así, el mundo es muy opaco.
Por eso nuestra responsabilidad como comunicadores es generar otros discursos”.
Ahora bien, el tema pasa por poner en práctica esos nuevos discursos en una
producción periodística, al ponerse frente a una cámara, un micrófono o a la
hora de redactar. Es decir, la cuestión es cómo hacerlo: “Recién charlaba con
otro colega, de una manera muy sencilla: si yo tengo un caso de abuso por
ejemplo, yo ahí tengo la voz de la policía como una fuente privilegiada. Busco
otras fuentes, no necesariamente la mujer, puedo buscar una psicóloga, en qué
contexto se dan los abusos, cómo es una relación de poder en un abuso, marcar
bien víctima y victimario. Puedo buscar estadísticas sobre dónde se dan los
abusos, las edades, qué pasa… digo, diversificar fuentes. Nosotros sabemos que
como periodistas los hechos nos dan como un disparador, es como la materia
prima sobre la cual construimos y nos paramos en algún lugar para pensar, para
escribir, bueno parémonos en un marco de derechos, humanos si querés, y
entender la violencia como primero un delito y como una violación a la
integridad física, a la libertad. Si nosotros entendemos eso es difícil que
pensemos que esa mujer se buscó el golpe. Vamos a entender que ahí había un
ciclo de violencia, una relación violenta. Fijate vos que con esas dos cosas,
el enfoque y las fuentes, cambiás”.
Por otra parte, Barcaglioni se refirió a la manera de escribir o redactar sin
dejar invisible al género femenino, lo cual por lo ya descripto respecto a lo
cultural, también en ocasiones resulta difícil: “Ayer hablaba con alumnos y
alumnas de la carrera de Periodismo en La Plata y yo les decía que entonces
tenemos que empezar a crear conceptos nuevos para nombrar las cosas. Es difícil
y a veces también la urgencia porque entendemos también que a veces tenemos
rutinas periodísticas que nos hacen ir rápido, corriendo a resolver.
Usar femenino y masculino en la misma nota, poner la barra y la a la o (/a,
/o). Buscar un neutro… es también un desafío pensarlo. Ya circulan algunos
recursos en la Web para que vos cambiés las palabras pero si no tenés tiempo,
usar femenino y masculino”.

Para Barcaglioni es una
manera de instalar que al menos hay otras posibilidades: “Hay que construir
conceptos, es difícil, nos va a llevar tiempo, a veces no ternemos un solo
trabajo, tenemos dos o tres en diferentes medios, corremos todo el tiempo pero
yo creo que si hay intención de cambiar, a la larga vamos a cambiar. Sobre todo
valorando cuál es el resultado, yo creo que si los medios crean otro discurso y
cambian el discurso sobre la violencia contra las mujeres, yo creo que van a
haber menos mujeres víctimas de violencia”.
EcoDias le preguntó a Barcaglioni sobre su experiencia con compañeros y
compañeras de trabajo en cuanto a la temática: “Para decir la verdad pasamos de
“ahí viene la loca” “ahí viene la colorada” a “che Gabriela ¿cómo hacemos con
esto?”. Por lo que te digo, porque cuando vos ves el sentido del cambio que no
es que se te ocurrió y porque estás empecinada en eso y que tiene que ser así
porque si, sino que empezás a ver por qué ese cambio”.
Barcaglioni ejemplificó con otro caso que se dio al aparecer un bebé abandonado
en una terminal de micros y un compañero tituló: “Bebé abandonado por su
madre”. Ante la pregunta sobre de dónde sacó que fue la madre quien abandonó al
bebé, el periodista argumentó con quién iba estar el bebé si no es con su
madre: “Puede estar con el padre, se lo pueden haber robado a la madre, no
tiene padre y la madre lo dejó desesperada porque el padre abandónico no se
hizo cargo en el momento…”.
Finalmente el periodista reflexionó y admitió el error: “Son esas cosas que vos
en el apuro y porque siempre se hicieron así y no las cuestionamos. Entonces
para mí el primer punto es que ya estamos cuestionando, ahora hay que ponernos
a trabajar de cómo cambiarle esa forma pero en general me ha ido bien, me ha
ido bien porque yo no creo en la mala intención de los colegas de que lo hagan
para joder a alguien. Lo hacen y yo lo he hecho, porque no veía que había otra
posibilidad, nada más que por eso”.