Tejiendo te abrigo es una de las propuestas del proyecto Reciclar para Ayudar que surgió persiguiendo dos objetivos principales: contribuir al cuidado del medio ambiente y ayudar a instituciones de bien público. “En este camino solidario nos encontramos con esta necesidad imperiosa de aportar nuestro granito de arena para que haya más gente con menos frío”, declaró una de las referentes del proyecto, Mónica Lima.

“La idea es poder aprovechar todos esos ovillitos que andan dando vueltas en casa y darle una hermosa vida útil, o ese pullover que ya no se usa y se puede destejer. Desde ahí está presente también el concepto de reciclar o reutilizar”, explicó.

“Detrás de cada donación, hay historias muy lindas. Lanas de abuelas que ya no están, el ponerse a tejer que ayuda a darle sentido a un tiempo que es necesario que pase, tejidos o lanas que habían quedado olvidados y se buscaron para sumar. Te da felicidad y satisfacción de poder contribuir con poco, dice cada una de ellas, sin muchas veces llegar darse cuenta de que es muchísimo y quizás todo esto, es lo que hace que las mantas salgan tan abrigaditas”, testimonió.

Un punto a la vez

Cada una de las voluntarias teje desde sus casas al crochet o a dos agujas y se van coordinando para ir uniendo. En este tiempo cuentan con cuatro colaboradoras que se ofrecieron para armarlas. De acuerdo a la cantidad de cuadraditos que se hagan, se elaboran mantas para camas de una plaza o para cunas.

La metodología de envío y recolección es diversa, pero hacen llegar todo al espacio físico de Reciclar para ayudar. “Tenemos un grupo de tejedoras regulares que acercan los cuadraditos, otras traen tejidos a través de clientes o colaboradores, otras compran algún producto online y cuando vienen a buscarlos, nos traen lo que tejieron”, detalló.

La referente valoró el trabajo que realizan: “es maravilloso ver armadas las frazadas. Son muy pocas las tejedoras que se conocen entre sí porque están en lugares muy distantes de la ciudad, pero ahí están todas juntas. Se unen todos los corazones que pusieron mucho amor en cada punto y al hacerlo pensaban en la persona que tiene frío”.

En la edición 2023 lograron completar diez frazadas, y hay tres en proceso. En el 2022 hicieron doce, y en el 2021 lograron colaborar con siete frazadas y seis mantas.

“Tenemos una tejedora que hace mantitas para bebé, así que cuando recibimos en donación lana nueva de merino o de algodón van para esas manos súper habilidosas”, celebró. Éstas mantitas van para Neonatología del Hospital Penna a través del Voluntariado Las Lilas.

Con el resto de las elaboraciones se destinan a merenderos o se entrega la agrupación Mandala, que llevan a personas que lo necesitan. De manera excepcional, cuando algún o alguna colaboradora o cliente les informa de alguna necesidad particular, se realiza la entrega.

El material se los proveen las mismas tejedoras, que lo consiguen mediante colaboraciones de familiares y amistades o la compran. También reciben donaciones desde la red social de Reciclar para Ayudar. “Recibimos lana nueva, usada o prendas para destejer todo y se las damos a ellas para sus tejidos”, afirmó. Toda persona que quiera sumarse, puede escribirles a través de la red social Instagram o al (291) 154121384.

En relación a la continuidad del proyecto, estimó: “Seguimos en este camino ayudando al ritmo de la gente que se suma, las necesidades lamentablemente son cada vez más y ojalá supiéramos cuando las personas van a dejar de pasar frío, entre otras necesidades”.

Manos solidarias

El 15 de abril, Reciclar para Ayudar inició una nueva actividad, que llevan a cabo los días sábados a las 15 hs. en el salón de la Parroquia Madre de la Divina Providencia.

La iniciativa apunta a que toda persona que quiera sumarse, pueda ir a aportar su tiempo y producciones: “Todas y todos tenemos alguna habilidad para poner al servicio de este proyecto que de a poco se fue diversificando en cuanto a artesanías como a propuestas, siempre sin perder el doble objetivo de contribuir al cuidado del medio ambiente y ayudar a instituciones de bien público que lo necesitan”, contó Lima.

En cada uno de los encuentros, las y los asistentes harán actividades de acuerdo a los objetivos que se irán proponiendo: “Entendemos a esta propuesta solidaria como un proyecto colectivo y esta es una manera de generar un espacio donde se pueda descubrir o potenciar la importancia de la solidaridad, como acción en beneficio del otro sin recibir nada a cambio, como acción que nos invita a cuidarnos unos a otros viéndolo como una manera importante de perdurar como sociedad”.

Sobre esta propuesta, que continúa abierta a la comunidad, la trabajadora expresó: “Nosotros llevamos algunas ideas, pero como el proyecto lo hacemos entre todas y todos es posible que surjan otras cosas. También necesitamos armar bolsas con papel de revista para entregar con los productos a la gente que nos vaya a comprar en dicha feria, o sea que hay que hacerlas. Y como tenemos el proyecto ‘Tejiendo te Abrigo’ pueden ir personas a tejer cuadraditos que serán usados para armar las frazadas que ya por tercer año consecutivo estamos haciendo y entregando a familias que realmente lo necesitan a través de merenderos o de agrupaciones solidarias”.

DAR VIDA NUEVA
Reciclar para Ayudar comenzó en 2019 para contribuir al cuidado del medio ambiente y ayudar a instituciones que lo necesitan. La principal destinataria es el Hogar Don Orione y dependiendo las actividades se pudo ayudar también al Pequeño Cotolengo, de calle Haití, principalmente en ambos lugares con la entrega de pañales. En Neonatología del Hospital Penna se colaboró con pañales, sábanas y varios moisés restaurados.
¿De qué se ocupa el proyecto? Se ocupa de darle nueva vida a latas, frascos, retazos de madera o tela, cuadros, entre otras cosas para transformarlos en artesanías y ofrecerlo a la venta por internet o en ferias. Y lo recaudado se utiliza para la compra de pañales para los Hogares.
También se donan las artesanías para que sean utilizados como premios en rifas con fines solidarios o en campañas para el día de la niñez. “Hemos restaurado pequeños muebles que fueron donados a las bibliotecas populares Pajarita de Papel y Roberto Payró del Barrio Napostá, incluso destinamos una parte de la recaudación para comprar un armario que necesitaba la Biblioteca Mafalda de Chile al 2300”, recordó Lima.

Autor: Redacción Ecodías