Las nuevas universidades y las
transformaciones económicas y sociales posibilitan que los sectores populares
ingresen a la educación superior.

La reconstrucción del sistema universitario puesta en marcha por el
kirchnerismo puede expresarse en varios aspectos: aumento de presupuesto para
la educación superior, crecimiento de la matrícula universitaria y la creación
de nuevas universidades.
El aumento del porcentaje del PBI en inversión universitaria y del presupuesto
anual destinado a las universidades nacionales ha permitido la ampliación del
sistema universitario.
En materia de infraestructura universitaria, durante el período 2003-2014 se
crearon 18 nuevas instituciones de gestión estatal -antes había solo nueve
universidades públicas en grandes centros urbanos- y 13 de gestión privada.
La política de descentralización del nivel superior favorece una mayor
articulación de la Universidad con el territorio al mismo tiempo que potencia
el desarrollo local. Si observamos la distribución por regiones, las ofertas de
las instituciones universitarias estatales superan en cantidad a las de las
instituciones privadas en todas las provincias, a excepción de la Ciudad de
Buenos Aires, Mendoza y Salta. La creación de nuevas universidades en distintos
lugares del país, junto con las transformaciones económicas y sociales de los
últimos doce años, ha permitido que sean cada vez más los jóvenes que tienen
acceso a la educación superior. Aunque esta ampliación de oportunidades
educativas logra efectos democratizadores de diverso alcance. La cantidad de
estudiantes que asisten a la universidad se ha incrementado en los últimos
años, llegando a incluir a una primera generación de hijos de trabajadores. Del
total de la matrícula universitaria el sector estatal incluye al 79 por ciento
de los estudiantes de grado y el 77 por ciento de pregrado. Este porcentaje es
un promedio: en ciertos sectores sociales (altos y medios) y en algunos
distritos (típicamente en la Ciudad de Buenos Aires) la importancia relativa de
la universidad pública en relación con las universidades privadas es menor. Si
bien uno de los fenómenos de la década es el crecimiento de la educación
superior de gestión privada, se observa que son múltiples los esfuerzos del
Estado para democratizar la educación superior, decisión que hizo posible que
actualmente el 80 por ciento de la matrícula estudiantil asista a universidades
públicas.
En cuanto a la cantidad de egresados, el 68 por ciento pertenece a
universidades estatales y el 32 por ciento al sector privado. La graduación ha
mejorado, pero sigue siendo aún una preocupación en tanto su nivel es bajo
(alrededor de un 30 por ciento de los estudiantes que ingresan). En esa línea,
y para seguir profundizando la democratización de la universidad, resulta
urgente revalorizar la tarea docente por sobre la investigación porque todavía
hay mucho por hacer en las aulas para lograr transformar la educación. El
desafío para los próximos años será persistir en que la educación superior es
un derecho universal, garantizando el acceso a la universidad pero también una
educación de calidad para todos.

Fuente: Prensa Sadop