Porque nuestros políticos
Están más desconcertados
Que vaca arriba del techo.

La página en Internet donde se publican mis notas y comentarios al iniciar su
publicación me preguntaron bajo que nombre quería que lo hagamos, sugerí
hacerlo como “Civilización y Barbarie”, dilema que ya en 1820 asolara a la
reciente Republica Argentina.

Sarmiento
escribió Facundo y La anarquía del año 20 aunque el mismo confundió modernismo
que no es civilización.
Yo sabía que la barbarie había fagocitado a la civilización.
La palabra dada, el honor, los valores éticos y morales quedaron sepultados, no
le endilguemos al pueblo lo que durante 200 años le impuso el capitalismo como
sistema económico y esclavista desde lo intelecto.
Dicho sistema anulo al hombre como ser humano y lo convirtió en un monstruo,
esto es lo que hoy predomina.
La crisis económica en la que esta inmersa la humanidad nos coloca en la
disyuntiva de ver caer al sistema que nos enseñaron a honrar durante 200 años,
y ante profundos cambios que se operan nace un nuevo mundo, mejor, más social y
humano.
La misma humanidad no da muestras de estar a la altura de lo que está
sucediendo.
Y, si la democracia burguesa ya no es una solución, menos lo son las
elecciones, reclamarle a los pueblos a que determinen con su voto su destinos y
futuro, mientras se les niega la educación, y se los somete a una robotización
esclavista, lo que nos induce a pensar que el termino civilización ha sido
desvirtuado.
Nunca más acertado aquello de “Educar al Soberano”.
Estamos finalizando marzo y aún no sabemos quienes van a ser los candidatos que
den continuidad al proceso iniciado por Néstor Kirchner, y conducido hoy por
Cristina.
Hacer participar al pueblo es la mejor fórmula para educar al pueblo, al darle
participación estamos volviendo a recuperar lo que políticamente perdió la
especie humana cuando se quebró la función social de la producción económica y
el capitalismo la sustituyo por la mercancía.
Cuando hoy se habla de economía con inclusión social, estamos retomando los
principios de la función social humana; volver a hermanar la función social del
trabajo con la distribución social de la producción.
Las aguas bajan turbias, no olvidar que toda agua busca a su nivel, en el campo
político también.
La fórmula presidencial puede dar continuidad al proceso.
En 1816 los Diputados al Congreso de Tucumán pedían al Director Supremo
Pueyrredón, cambios en la Provincia de Buenos Aires.
Hoy lo está nuevamente pidiendo el pueblo y lo hacen a través de la consigna
“Cristina Gobernadora”.