“Yo
soy del treinta / Cuando a Irigoyen lo embadurnaron…”. Recuerdo cuando lo
cantaba Tita Merello, me gustaba como actriz y cómo cantaba, me traía recuerdos
de Edith Piaf, a la que llamaban el gorrión de Francia.
Que buen cine supimos tener. ¿Quién se acuerda hoy de Enrique Muiño, Francisco
Petrone, Elías Alippi, Luis Sandrini, otros y otras?
Vi trabajar en teatro a Inda Ledesma y a Discepolin.
Aun me emociona escuchar a D’Arienzo, Calo, Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo,
Héctor Varela, Di Sarli… ¡Qué cantores! “Ibas linda como un sol, se paraban pa’
mirarte”
Me detengo a pensar, porque lo viví: lo que pasó en el ‘30 y lo que nos pasa en
el 2016.
En 1929 estalla la crisis mundial, se desata la ofensiva mundial del
capitalismo.
En el 1900 llegan millones de inmigrantes a la Argentina, entre ellos mis
abuelos, tíos y padres de un pequeño país, “Lituania”, de origen judío, sin un
peso pero cultos, y en la comunidad veían venir una tormenta muy negra, la
crisis económica que azotara al mundo, de hecho a la Argentina.
Y crecía la figura de Hitler.
En 1933 Hitler es nombrado canciller.
El mundo aun no conoce lo que Turquía hizo con el pueblo de Armenia, pasaron a
degüello a un millón y medio de niños, jóvenes, hombres, mujeres. Aún hoy no lo
reconocen.
En Alemania vivían millones de judíos, no creyeron lo que Hitler haría con
ellos, después… ya sería tarde.
Mataron a más de 6 millones en las cámaras de gas.
Hoy lo están haciendo con Siria. 6 millones lograron salir del país, lo están
destruyendo, como Israel ha creado en Gaza el campo de concentración más grande
del mundo, en el que están encerrados, atrapados y exterminados casi 2 millones
de palestinos.
Tampoco de eso se acuerda este mundo porco en que vivimos.
Lo del ‘30 vuelve hoy a repetirse en el mundo y en la Argentina.
Crisis mundial, crisis interna, tampoco se salvan de esto los pueblos que
vivimos en los 200 países que conforman la tierra.
La pobreza, la desocupación y el hambre son patrimonio común de la humanidad.
“La copla se hace vida cuando el pueblo la canta” (de Don Ata).
Cuando los pueblos resisten y se rebelen, la copla se hará vida.