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Categoría: Opinión

Con la evolución de las causas por delitos de Lesa Humanidad contra represores comenzaron a florecer sitios en internet que denuncian como “presos políticos del kirchnerismo” a los que se encuentran condenados o con prisión preventiva.
 Cuando se espera el inicio de los juicios contra Astiz y el “Tigre” Acosta, el diario bahiense de la familia Massot La Nueva Provincia, publicó una solicitada de la Unión de Promociones Navales, un grupo de oficiales en retiro que insiste en la responsabilidad integral de la institución por lo actuado en una “guerra interna” contra el “terrorismo castrocomunista”. Piden la solidaridad de los oficiales en actividad.
 Por Diego J. Kenis

La restauración conservadora denunciada por el Espacio Carta Abierta tras la negativa de Cobos a la resolución 125 parece estar cristalizándose en estos días, en vísperas de la Exposición Rural y mientras Francisco De Narváez aún disfruta de su condición de ganador electoral a pesar de los puntos porcentuales perdidos por Unión PRO en el único distrito que gobierna.
 Satisfecho por un resultado que esperaba merced de su trabajo de varios meses como coordinador de los movimientos bahienses de Unión PRO desde sus oficinas porteñas de Florida y Libertador, el Director Ejecutivo del diario La Nueva Provincia, prestó su página 3 a una solicitada de la Unión de Promociones Navales. Era el 26 de julio, aniversario de la muerte de Eva Duarte, cuyos logros –según las efemérides de la contratapa del diario- eran haber sido actriz y esposa de Perón, pero no el voto femenino ni la sistematización de la acción social por parte del Estado. Un mes y medio antes, no hubiera habido espacio para el mensaje marino, pues sus páginas se encontraban entintadas con las declaraciones diarias de Francisco De Narváez a los cronistas del matutino.

 Un poco de historia
 La Unión de Promociones Navales sigue los pasos de la Unión de Promociones (UP) del Ejército Argentino, conformada en 2005 por representantes de distintas camadas de egresados del Colegio Militar de la Nación que buscaban “los mejores resultados” a partir de la preocupación generada por la “evolución jurídica” (sic) de los procesos iniciados contra represores. Nueve meses después de su nacimiento y a tres de su primera comunicación pública, el segundo boletín de la UP del CMN saludaba la gestación de nuevas agrupaciones dedicadas a “incidir en la opinión pública” y lograr la entronización de lo que entendían como “verdad histórica”.
 Entre los logros celebrados en ese documento se citaba la constitución de una Mesa Coordinadora Conjunta, con personal en retiro de la Armada, la Gendarmería y la Fuerza Aérea, a la vez que se pretendía incluir a los de las Policías Federal y Bonaerense.
 Atrincherarse en una Unidad había pasado de moda: los nuevos tiempos exigían aunar esfuerzos vestidos de sobrios traje y corbata.

 Vejámenes
 La evolución de la causa ESMA, que promete llevar a juicio a los ex marinos Astiz y Acosta, volvió a poner en alerta a los viejos lobos de mar, que resolvieron apelar al toque de clarín y desplegaron un arsenal de artículos en sitios de internet de escasa difusión pero profuso trabajo editorial. Una prueba más de que, en tiempos del chat, hay que aggiornarse.
 Dos días después de la solicitada naval en su portavoz natural, el blog Presos Políticos de la Argentina publicó una carta abierta de la hermana del represor Alfredo Astiz, uno de los más complicados de cara a su próxima visita a los estrados. En la misiva, Lucrecia Astiz denuncia la existencia de “500 presos políticos” en el país, eufemismo para referirse a feroces asesinos condenados o investigados por cuerpos judiciales de distintos países y beneficiados aquí, en muchos casos, por las sanciones de las inconstitucionales Leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
 Otro de los artículos publicados por el sitio en la última semana hace luz sobre los vejámenes: la Corte Suprema desestimó un pedido del defensor del ex oficial de la Marina Alberto González, quien pretendía poder acceder desde su celda al servicio de internet.

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 El documento emitido por la Unión de Promociones Navales el 22 de julio y publicado por La Nueva Provincia cuatro días después, sigue la línea del que el mismo grupo firmara en 2007, cuando insistían en la existencia de una “guerra interna” a pesar de la confesión de su agente de prensa Mariano Grondona, quien diez años antes había reconocido que la represión alcanzó a gente que “a lo mejor, sólo pintó una pared”.
 En la última solicitada, el grupo reafirma que se sometió a los designios de un gobierno constitucional – a juzgar por lo dicho en 2007 se trata del de Isabel Martínez- y que “las autoridades de la Armada ordenaron la actuación integral de la Institución” con el fin de derrotar al “terrorismo castrocomunista”. La prosa castrense no se renueva, a pesar de que Fidel Castro sea más una figura histórica que un personaje de peso político actual en el quehacer local.
 La declaración representa una nueva instancia del juego del Gran Bonete iniciado en los ’80, cuando comenzaron a revisarse los desempeños de cada quien en la década inmediatamente anterior. Aunque anuncien el desagravio de la fuerza que integran en retiro, los marinos pretenden que ésta sea la única responsable por lo que en otros momentos se llamó “excesos” de una “guerra” iniciada por representantes populares que también gambetean los estrados. “Aunque la Institución hoy no está siendo formal y directamente enjuiciada por esa guerra, lo es indirectamente a través de la vindicta sobre sus hombres sometidos a la justicia”, dice uno de sus párrafos finales.
En pleno envión revisionista, la apuesta de máxima de los veteranos marinos parece ser la de lograr la anuencia de las nuevas camadas de oficiales, “quienes posiblemente desconozcan” la historia que pretende oficializar el grupo firmante.
Con el deseo, análogo al de finales de los ’80, de que el país inicie un “camino de concordia” los retirados oficiales de la Unión de Promociones Navales piden a sus “camaradas” en actividad que nunca olviden la premisa de que “un hombre de mar nunca abandona a otro hombre de mar en peligro”.
 Un toque de clarín en medio del hundimiento de una embarcación carcomida por la sangre de víctimas que sus tripulantes fingen no recordar. Llegado el caso, habrá que ir por el certificado médico. Pero Astiz y Acosta son aún jóvenes, como reconoce la hermana del primero, para acusar senilidad.

Fuente:  DiegoKenis.Blogspot.com

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2009-08-02 00:00:00
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