Haciendo
alarde de su enorme disposición de recursos mediáticos, Clarín montó un reality
show de características siniestras para victimizarse ante la opinión pública y
quedar como el bueno de la película, en una trama que desde hace mucho tiempo
le reserva el papel de villano.
Clarín insiste en comportarse a su antojo, sin considerar las mínimas normas de
convivencia democrática, amparándose en una poco creíble “campaña en su
contra”.
Desde la apropiación de Papel Prensa junto con sus socios de La Razón y La Nación, en una maniobra que
pergeñó con la junta militar. Se privilegió en la producción y provisión de
papel, obteniendo así, enormes ganancias y la mayoría del paquete accionario de
varios de los más tradicionales diarios del interior del país. Fue cómplice de
delitos de lesa humanidad, como la apropiación de bebés, negándose hasta el día
de hoy a colaborar con la justicia en el esclarecimiento del caso que tiene a
su propietaria como principal inculpada. No respeta la ley de medios
audiovisuales manteniendo la grilla de Cablevisión en contra de las
disposiciones vigentes y negándose a incorporar las señales Paka-Paka y CN 23
producidas ambas por profesionales argentinos.
A través de una legión de abogados y jueces serviles despliega recursos
vergonzosos para apelar fallos en su contra y dilatar la puesta en vigor de
varios artículos de la ley democrática de medios audiovisuales, ridiculizando a
las instituciones y la ciudadanía toda, con sus ostentaciones de poder corporativo.
Hace ocho años que Clarín burla también las leyes sindicales no permitiendo la
actividad gremial interna, despidiendo a los delegados elegidos por los
trabajadores de la empresa, negándose a discutir mejoras salariales y
paritarias.
Toda esta operatoria mafiosa Clarín la desarrolla escudándose en el discurso de
“la libertad de prensa mancillada” y para esto se abroquela con la SIP (Sociedad Interamericana
de Prensa), entidad que reúne a los propietarios de los diarios mas
reaccionarios de América y políticos, representativos del patético escenario
opositor, protagonistas algunos, socios otros, del mas escandaloso fraude
electoral de la nueva democracia argentina.
En un nuevo capítulo de este impresentable reality show, el vapuleado matutino
pide disculpas a sus cada vez menos lectores (perdió 30% de lectores desde 2009 a la fecha) por no
haber salido el domingo último, culpando al gobierno por el piquete a su planta
gráfica, desviando la atención del conflicto que mantiene con su personal desde
hace 8 años.
 En un esfuerzo sin precedentes el
monopolio dispuso de todos los medios propios y utilizó los de sus socios
hegemónicos para instalarse como víctima, cuando en realidad hay una larga
lista de damnificados que crece día a día enterados del accionar tenebroso de
los medios monopólicos en contra de la libertad de expresión y una verdadera
comunicación democrática.
Los “periodistas estrella” devenidos en tristes buchones, tienen hoy la
oportunidad de expresarse por sus compañeros y denunciar los atropellos que
estos vienen sufriendo, y …quien les dice que con esa actitud, vuelvan a ser
creíbles y la gente los reciba en su casa.

El periodista Axel Delfino es director de Radio Nacional Bahía Blanca.