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Un alto en el camino
Categoría: Opinión

En la vida de un viejo soldado revolucionario, el
alto, el descanso, las vacaciones, son necesarias como seres humanos que somos.
Ser revolucionario no significa ser una máquina.
Al contraer compromisos y responsabilidades ante sí mismo y la sociedad, Marx
se lo preguntaba: ¿Es la conciencia del hombre lo que determina su ser social,
o es el ser social lo que determina la conciencia del hombre?
La respuesta es: Es el ser social lo que determina la conciencia del hombre.
Lenin supo decir: “Desconfío de aquel revolucionario que no sea un ‘romántico
revolucionario’.”.
Lo que quizás nos diferencia es el grado de conciencia y aun haciendo un alto
en el camino o disfrutando merecidas vacaciones, la actitud no decrece, pasa de
lo práctico a lo intelectual. En la mochila del Che Guevara había un libro de
poesías de Neruda, cuando lo mataron en Bolivia, que leía entre batalla y
batalla.
Estoy en el umbral de la vida física, cumpliré 89 años.
Al decir de Neruda, “confieso que he vivido”. Al decir del poeta Baudoliere,
“Los poetas construyen sus castillos en las nubes”. Digo yo: “Los
revolucionarios los construimos en la tierra”.
Ernesto Sábato, que honró la literatura argentina, me escribía: “Estoy
atravesando momentos difíciles de mi vida, Aron, no abandones la lucha, es lo
único que le da sentido a la vida”.
El hombre, como especie humana, aún no logró alcanzar su verdadera dimensión
humana.
Se truncó la vida social del hombre con el advenimiento de la mercancía que dio
origen al sistema y modelo capitalista.
El hombre es un producto de sí mismo, dentro de un contexto de “ser social”, la
mercancía al convertirse en capital y al apoderarse de los medios de
producción, trunca la función social con lo que debía ser la distribución social.
La filosofía clásica (ciencia que busca la verdad) se quedó en la
interpretación de la historia de la filosofía, hasta que apareció Marx, y
demostró que no basta la interpretación de la historia, sino cómo cambiarla.
Hubo estudiosos pensadores, filósofos que dieron comienzo al estudio de la
función social: Elvetius, Proudhon Saint Simon y otros.
El capitalismo desvirtuó la función social y al hombre mismo, lo convirtió en
un valor de uso y consumo que sólo compra cuando lo necesita y lo vende o lo extermina
cuando no lo necesita.
Al iniciar el año 2015, estudios, pensamientos, ideas, proyectos, los hice
llegar en el más alto nivel, solicito sean considerados en la mesa en la que se
sienten nuestra presidenta y equipo, que pronto viajarán a China.
Converge la crisis mundial del capitalismo (en su versión salvaje), con las
elecciones para octubre del 2015.
El destino de la Argentina y su futuro, y mientras espero la
respuesta a los planteos que formulo, hago un alto en el camino, escribo,
siempre tengo papel y lápiz en mi mochila y no sólo abarco lo económico sino
que incursiono en el arte, la cultura, la salud y la educación.

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2015-01-30 00:00:00
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