Me decían de niño: “La Argentina es tan rica que cada niño tendría que nacer
con un pan bajo el brazo”, yo hubiera agregado, una libreta de Caja de ahorros,
con 100 pesos (de antes).
Han pasado 90 años, el pan lo tuve que comprar, primero lo compraban mis
padres, después ganármelo yo.
En la Caja de Ahorro jamás pude poner un mango y hoy compro pan hasta donde me
alcanza la jubilación.
Tenía razón don Ata: las penas son de nosotros, los Panamá papers son ajenos.
A Macri le piden la renuncia, Macri pide que encarcelen a Cristina.
Las ollas podridas se destapan todos los días, y cómo afectó al mundo, es
decir, a una sociedad humana que convirtió al mundo en un chiquero.
La mayoría de los gobiernos que son los que abren y cierran los chiqueros, en
mayor o menor grado, quien entra a un chiquero, sale lleno o pisando mierda.
Es tan escandaloso lo que está pasando en cada país, que se manifiesta por lo
que el capitalismo nos impuso como catecismo.
Que los que roban son intocables, que los que provocan aumentos en los precios,
no se los puede tocar, que si reclamas sos un terrorista.
Dios lo sabía, sino no nos hablarían del Paraíso en el cielo y el infierno en
la tierra, “Erraren humanum est”.
Dios también se equivocó. Cuando me vienen a ver diciéndome que Dios salvará al
mundo, yo les replico: “Díganle que baje a la tierra y ayude a salvar a la
naturaleza y al ‘ser humano’ que creó a su imagen y semejanza”.
Los cuentos de “Las mil y una noche”, no lo salvarán a Macri.
No creo que pueda contar muchos más.
Al meternos la mano en el bolsillo, primero nos aumentan todo, después nos
sacan todo. ¿Quién es Macri? Ali Baba y los 40 ladrones. ¿Cuántos somos
nosotros? 40 millones.
Si algo nos dejará como experiencia al pueblo, es saber identificar mejor a
quienes se vota.
Saber si los dirigentes sindicales, gremios y sindicatos son leales a sus
gremios o se han enriquecido con el dinero de los trabajadores.
Las mafias dominan a los pueblos, los pueblos inconscientes se dejan llevar por
partidos políticos que como falsos profetas, todavía los engañan.
La realidad es muy triste “Cuando no tengas un mango que te haga morfar”, esa
es la filosofía que te abre los ojos.
Ir a votar es algo más que eso, las elecciones no sirven para nada.
Aprender a votar por un programa, elegir como candidatos a los que sabés que no
te van a traicionar, esos candidatos deben salir de abajo, del pueblo, y estos
deben pedirle cuentas al pueblo, no a Obama o al FMI, o a las corporaciones
mundiales.
El genio aún esta dentro de la botella (los pueblos).
Ayúdanos desde adentro a romper la botella.