Llegó marzo. En la mayoría de los establecimientos educativos públicos no
comenzaron las clases. A esta altura a nadie sorprende un nuevo capítulo en el
conflicto docente.
Se escuchan las voces de los funcionarios -replicadas hasta el cansancio por la
fenomenal maquinaria mediática de que dispone el gobierno nacional y
provincial- pidiendo que no se tomen como rehenes a los chicos. ¿Es legítimo
este pedido?
A los docentes se les ofrece un aumento del 15% sobre una porción de su
salario, con lo que la cuenta final no da ese porcentaje.
Me pregunto, nos preguntamos: de un año a esta parte, ¿alguien está pagando tan
sólo el 15% más de energía eléctrica que el año pasado? ¿Alguien está pagando
el 15% más de gas que el año pasado? ¿O de agua?
En Bahía Blanca viajar en transporte público de pasajeros sufrió un incremento
de 166,15% desde que asumió Héctor Gay la intendencia. Tan sólo el último
aumento fue del 38%.
En tan sólo 4 meses los combustibles han superado largamente ese prometido
aumento del 15%, y los pronósticos -ahora que los precios han sido liberados
por el gobierno nacional- no son alentadores para los bolsillos de los
usuarios.
En las cuentas cotidianas, la de las góndolas del supermercado, por cada $
1.000 de marzo de 2017 se gasta mucho más que $ 1.150 actualmente, por más que
se resigne calidad (y cantidad).
En definitiva, el pedido para la gobernadora María Eugenia Vidal es uno solo:
paguen por favor salarios dignos a nuestros docentes.