Todos
los días sucede algo que modifica nuestro pensamiento.
Intentaré dar un repaso a los hechos, comenzando por lo más candente:
Siria: la guerra lleva mas de cinco años, el norte de Siria dominado por la
oposición que desató una guerra civil con armas provistas por varios países de
Europa, Turquía, Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel, no logró los
objetivos de derrocar al gobierno.
Era necesario incorporar otra fuerza, se crearon los Estados Islámicos con
soldados mercenarios entrenados en sus países.
La irrupción de Rusia a favor del gobierno y pueblo sirio, va volcando la
guerra de civil (dentro del país), para pasar a ser una guerra en la que están
involucrados varios países (Estados Unidos y la Otan europea).
La flota rusa no fue enviada a los mares del Mediterráneo para un paseo y no
quedará solo en esos dos o tres misiles y dos o tres aviones que salieron del
portaaviones Kusnetsov.
En Afganistán la guerra ya dura 15 años. Colombia y Afganistán son los países
que más droga exportan al mercado de Estados Unidos.
Tampoco en ese país se vislumbran triunfos de las fuerzas armadas de Estados
Unidos.
Y, por último, la ofensiva de Obama y su gobierno contra Rusia no le han sido
favorable.
Me cuesta creer que el sorpresivo triunfo electoral de “Trump” en las
elecciones en Estados Unidos, lo quiera comenzar con una guerra entre Estados
Unidos y Rusia.
La guerra por el petróleo consolida un bloque, Irán- Rusia-Venezuela y la
presencia cada vez mayor de China se hace sentir en todos los países.
El viernes 18 de noviembre se firmaron acuerdos entre China y Venezuela,
después vi al presidente de China en Ecuador, quien también visitaría Perú y
Chile (miembros del Alca).
China no dejó dudas: “Tenemos la capacidad suficiente tanto para importar como
para exportar”. A buen entendedor… una puerta abierta a todos los países del
mundo.
En Nicaragua ganó las elecciones la izquierda, también en Bulgaria y Moldavia.
Los triunfos de la derecha se apoyan en el mayor empobrecimiento de sus
pueblos.
En mi país, la Argentina, el nuevo gobierno de derecha en sólo 10 meses
destruyó al país.
El golpe de estado que derrocó en Brasil a Dilma apunta contra Lula y trajo
problemas económicos que pronostican un golpe terrible al pueblo.
Lo mismo ocurre en México, en Colombia.
Los gobiernos -en su mayoría neoliberales y de origen burgués capitalista- nada
resuelven y son acosados por sus pueblos, no dan respuestas ni tienen salida.
Un nuevo orden económico mundial encabezado por China se irá imponiendo.
No se puede escribir la historia de lo que aun no ha sucedido.
Lo más desconcertante fueron las elecciones de Estados Unidos.
El nuevo presidente “Trump” tomará el poder el 20 de enero, procurarán llevarlo
a situaciones extremas.
El encuentro de “Trump” con Putin y con el presidente de China, debería
realizarse, traería un poco de tranquilidad a los pueblos y a los mercados del
mundo.
La guerra no es el camino; la paz en cuanto visión que conduzca a la
eliminación de las desigualdades sociales, a la erradicación del hambre, a una
ocupación con trabajo y salarios justos es posible.
Cuando subió al poder, Lenin dijo: “Comunismo es igual a electrificación”.
Al mundo, es decir a los pueblos, no les preocupa el factor ideológico, no creo
que todos los chinos sean comunistas, si bien el Partido Comunista es gobierno
en China.
Si tienen todo o casi todo lo que necesitan, ¿qué importa el partido para los
pueblos?
En cambio, sí importa ideológicamente que el Partido Comunista chino se inspire
en el marxismo, leninismo y maoísmo.
En las condiciones económicas, financieras, sociales, militares y políticas del
mundo en que estamos viviendo, para un revolucionario deben estar presentes las
ultimas palabras de Lenin: “¿En qué nos equivocamos?”.