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Osvaldo Bayer
Categoría: Opinión

Las palabras suelen ser en momentos de profunda alegría como éste, insuficientes para expresarla. Tu presencia nos convoca desde la certeza de sentirte profundamente compatriota y compañero. Tus palabras que advierten que un pueblo sin memoria no puede contar su historia ni construir su futuro. Somos orgullosamente parte de una lucha que se nutrió de otros tiempos de militancia. Caminamos aquellos y estos nuevos tiempos, detrás de la palabra de los que como vos nos señalaron muchísimas veces por dónde.
No tenemos el privilegio de la cotidianeidad de tu presencia. La dignidad de tu compromiso sin embargo nos acerca y nos une. En el rompecabezas del horror que armamos, las piezas serían infinitamente menores sin la palabra de militantes como vos. Resistiendo para romper la impunidad. Resistiendo para romper el silencio. Ese silencio que los genocidas guardan ante la acusación, ante el veredicto o ante la misma impunidad. Ese silencio ominoso, oscuro, vergonzante. Ese silencio que proponen quienes amenazan aún por estos días a las voces de los que enfrentan sus medidas o decisiones arbitrarias. Ese silencio y la tergiversación histórica que desenmascaraste ayer y hoy. Del genocida Roca al genocida Videla, pasando por la Patagonia Trágica. Ese silencio que impide la plena e irrestricta vigencia de todos los Derechos Humanos para todos. Temblorosa cortina de agachadas, miserias personales o sociales. Pero la dignidad no tolera el silencio.
Estamos orgullosos de vos por tu lucha y ejemplo. Sabemos entonces desde aquel origen de nuestra militancia, y de la de todos estos años y ejemplos como el tuyo, las razones por las que estuvimos, estamos y seguiremos estando. Vamos por los sueños de nuestros treinta mil, junto a nuestro pueblo porque somos pueblo. Porque el pueblo es pueblo cuando empuja, no cuando sigue. Sabemos que es posible la patria chica y la gran patria latinoamericana soñada. Todo lo hacemos mirando hacia adelante, pero sin perder de vista el pasado…

Por tanta vida arrancada
cuando apenas florecía
por la tozudez de las locas de la ronda,
por una voluntad cierta y sin vueltas
de ser libres, incondicionados, dignos.
Porque no imaginamos vivir
sin este camino árido de buscar
y encontrar la estatura humana.
Porque mil veces apostaremos a la vida,
aunque vengan revoleando la muerte.
¡Porque nunca podrán acribillarnos la esperanza!

Estos versos de nuestra compañera Olga, son desde siempre nuestra militante declaración de principios. Queremos obsequiártelos en este momento de profundo orgullo al tenerte junto a nosotros. Recibilos con todo nuestro afecto y respeto, porque siempre nos convocará la Vida y la Libertad, querido compañero Osvaldo Bayer.

Eduardo A. Hidalgo es secretario general de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca

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2007-11-10 00:00:00
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