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Nosotros frente a ellos
Categoría: Opinión

Bien, llegados aquí debemos detenernos a reflexionar sobre alguna parte de responsabilidad que nos pueda caber frente a este estado de cosas. Hemos acordado que arrojar todas las culpas a los jóvenes era una actitud liviana y simplista. Es un modo de disculparnos pero sin hacernos cargo de los resultados obtenidos.
La salida del Proceso militar engendró algunas confusiones sobre el tema de la autoridad. Se homologó toda autoridad al autoritarismo, que no es sino una deformación en el ejercicio de la autoridad. Este ejercicio no es sencillo, ni fácil, ni liviano. Una mezcla extraña de culpas confusas, de broncas acumuladas, de miedos reprimidos, y de voluntad protectora para que nuestros hijos no tuvieran que padecer lo que nosotros habíamos sufrido nos llevó a excesos en el cuidado de los niños y jóvenes. Estos cuidados para que no sufrieran los impedimentos que nos habían impuesto, que eran en parte la secuencia de aquel autoritarismo de los padres de la primera mitad del siglo XX, dieron lugar a un permisivismo como contraposición al rígido sometimiento a la ley del padre.
“Como respuesta a todo ello aparece una nueva actitud correcta de situarse ante este nuevo joven. En la medida en que los jóvenes son los representantes de la superación de aquella sociedad eminentemente represiva, de lo que se trata es de evitarles, al máximo posible, todo tipo de traumas, frustraciones, represiones o imposiciones. Así, el problema y la preocupación central para con los jóvenes pasa a ser evitar toda clase de represiones (política, moral, sexual, familiar, educativa, etc.) con la creencia de que de esta liberación (entendida como superación o supresión de la represión) emergerá de un modo casi automático todo lo que de bueno y de nuevo los jóvenes llevan y anuncian. Y, de este modo, conseguiremos que el futuro llegue a nuestro presente” dice el profesor Lozano. Aparecen los jóvenes sin límites.
En una conferencia sobre el tema de la libertad el profesor Jaime Barylko, comenzó diciendo: “Tuve que dirigirme a una ciudad cercana para dar unas charlas sobre educación. Pensaba cómo comenzar dada la heterogeneidad del público que me esperaba, mientras iba manejando mi automóvil. De pronto sentí que me costaba mantener el coche sobre la cinta asfáltica y pensé que debía cambiar los lentes que llevaba, para lo cual debería ir lo antes posible al oculista. Todo ello me impidió seguir con mis pensamientos y poner toda mi atención en el manejo. Pasado un tiempo me di cuenta que estaba nuevamente programando mi charla, entonces me dije: no es un problema de vista si ahora no tengo inconvenientes. Presté atención y comprendí que había tramos de la ruta sin la pintura de las líneas que separa las manos ni la que delimita del lado de la banquina. Los límites claramente marcados me daban mucha más libertad para manejar. Son los límites los que posibilitan la libertad”.
Todos podemos comprender esta enseñanza, pero no todos estamos en condiciones o con voluntad de obrar en consecuencia. Nuestra generación por miedo de ser represivos fue excesivamente permisiva, no puso los límites que hacen posible una libertad vivida en comunidad y no una libertad patrimonio de los más fuertes. Esta falla generacional permitió más de lo que necesitaban los jóvenes para construirse interiormente como seres dueños de sí mismos. La psicología profunda nos ha mostrado que un niño sin límites es un niño temeroso o descontrolado, dos modos de no poder ser libre.
No hemos estado a la altura de las exigencias que imponía un tiempo de difícil tránsito. Esto, sin dudas, tiene explicaciones, pero éstas no resuelven las consecuencias que hoy debemos enfrentar. Creo yo, y es nada más que eso, una creencia personal, que debemos aportar una conducta madura, flexible, una actitud de comprensión y reflexividad para ir acercándonos a un diálogo con los jóvenes. En él es necesario que seamos capaces de admitir nuestros errores y que escuchemos las quejas y las demandas de ellos. Esto nos devolverá cierta autoridad para volver a ser las guías necesarias que ellos están reclamado de nosotros.

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2008-07-26 00:00:00
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