La crisis del sistema mundial capitalista no tiene
principio ni fin, es infinita mientras dure el sistema.
La segunda guerra mundial no terminó, se paso a la guerra fría, entre ellas la
guerra económica.
Las democracias que surgieron después de la guerra, y que nace
interimperialista por la disputa de los mercados; al ingresar la URSS, la
guerra cambio de contenido, se liberaba a los países del nazifacismo y se les
ofrecía la alternativa de convertirse en democracias.
Las clases poderosas dieron preferencia a la clase social burguesa, pues veían
en ello la continuidad de su sistema.
Pero el avance de la crisis del sistema capitalista ha precipitado las cosas y
hoy tenemos crisis de distinto tipo en cada país del mundo.
La caída de la URSS le dio oxigeno al sistema.
Al parecer el gigante asiático (China) pasará a ser la primera economía del
mundo, toda la situación a nivel mundial se modificó, y no serán las burguesías
capitalistas las que resuelvan la problemática de la humanidad.
El negro Montero cantaba con la orquesta de Osvaldo Pugliese, el relato
consiste en que él -corrido por la miseria- empeñó el reloj del viejo.
Yo lo viví, cuando llegó a Bahía Blanca una familia judía proveniente de
Polonia, con dos hijos, no tenían para comer; empeñaron dos candelabros de
plata que traían.
De la crisis humanitaria pasaremos a la “Revolución humanitaria”.
La cumbre climática a la que asistieron 196 países, fracasó; ningún país quiere
asumir responsabilidades por la destrucción del planeta (naturaleza y
contaminación).
Los pueblos aún permanecen en un grado de ignorancia, y carecen de madurez
política, y más de conciencia y son ellos los que tienen la solución, y eso no
vendrá del capitalismo, vendrá de algo nuevo.
Tengo la esperanza de que esto suceda.
Otra clase social tendrá que venir y no estoy hablando de socialismo, solo de
un poco más de justicia, igualdad y derechos a una vida digna.