En tiempos en que algunos de los privilegios que se sostuvieron en la impunidad y el silencio están en cuestión -que han sido ocupados por la recuperación de derechos y conquistas sociales, pocos aún pero valiosos-, los eternos defensores del despojo, las dictaduras, el atropello social, el falso discurso democrático, la moral del amoral, la idoneidad inexistente pero mostrada como real, y la manipulación informativa o la desinformación, siguen mostrando su inescrupulosidad nunca abandonada y sí disimulada o enmascarada.
La empresa local de desinformación y conspiración permanente escrita en papel, que pretende la moralidad que desconoce por su adscripción histórica y registrada en sus páginas a cuanta dictadura se sucediera desde 1955, desde hace casi cinco años ha decidido derrotar de su condición de jueza a la dra. Susana Graciela Calcinelli. No es casualidad, porque la casualidad no existe.
Nos preguntamos: ¿en qué moral se sustenta la agresión que sufre desde sus páginas la dra. Calcinelli, cuando quienes la ejecutan aún reivindican el genocidio de la última dictadura cívico militar genocida de la que fueron cómplices?
La dictadura de los 30.000 desaparecidos, de los miles de presos políticos, de los cientos de niños apropiados, del despojo de derechos con la entrega del patrimonio nacional y el endeudamiento más brutal que recuerde la historia. ¿Quién les otorgó certificado de idoneidad para cuestionar o criticar a una jueza? ¿En qué aguas han lavado la sangre de las víctimas del terrorismo de estado al que siguen justificando? En las únicas aguas en las que han venido lavando sus excrementos es en las de la impunidad, que poco a poco va recorriendo el único destino posible para todos, civiles o uniformados, que es la cárcel común.
La dra. Graciela Susana Calcinelli padeció -a través de diversas operatorias y después de rendir en varias oportunidades concurso, habiendo sido ternada en casi todos para el cargo- no poder llegar a ser elegida titular durante años. Apenas logró evitar la última, al borde de la grosería en esos impedimentos, y habiendo asumido su cargo de jueza de Garantías, se inició una campaña primero muy sutil y luego despiadada en la que incluso participaron dirigentes políticos que se silenciaron más de una vez para la desvergüenza de estos moralistas y juristas que la atacan. Campaña que llegó a su punto más temerario y peligroso, al movilizar a una minoría violenta que se presentó amenazadoramente en su domicilio.
Hoy esos defensores de la tortura, la desaparición, la apropiación de niños, con total desparpajo la tildan de enemiga y loca, señalando que los ciudadanos debemos cuidarnos de ella como de los delincuentes. El hilo conductor de estas argumentaciones tiene la misma línea de aquellos editoriales que en el 73, y previamente a la asunción de nuestro presidente constitucional el dr. Cámpora, anunciaban el caos y por supuesto la justificación de que ellos iban a intervenir como lo hicieron luego en el 76. O como sucedió en 2003, cuando asumiera nuestro presidente constitucional el dr. Kirchner, donde una nota editorial de media página firmada por Vicente Massot -ministro de Defensa de Menem en los 90, justificador de la tortura y uno de los propietarios de La Nueva Provincia- a apenas tres meses de asumido el cargo, lo calificaba de Aprendiz de Brujo tratándolo con total irrespetuosidad, desprecio, respaldado por la indiferencia de toda la dirigencia local que mostró nuevamente su histórica complicidad, sostenida en ese silencio insoportable y permanente.
La jueza de Garantías dra. Susana Graciela Calcinelli ha mostrado su idoneidad más de una vez y su compromiso en que la ley y los derechos son de todos y para todos, desde que iniciara su carrera a fines de los 80 en la Fiscalía que condujera otro hombre ejemplar de la Justicia, como lo fue el dr. Hugo Omar Cañon.
Eso es los que les molesta, y con la idoneidad, ética y moralidad que los caracteriza, reivindican y sostienen con silencio al juez de Cámara Néstor Luis Montezanti, otrora Asesor Universitario del Destacamento de Inteligencia 181 del Comando Quinto Cuerpo de Ejército dependiente del Batallón 601 de Inteligencia durante esa dictadura genocida a la que siguen elogiando y defendiendo, y que se halla en proceso para ser juzgado por el Consejo de la Magistratura.
Acompañamos solidariamente a la señora jueza de Garantías dra. Susana Graciela Calcinelli, y repudiamos los agravios a los que se la sigue sometiendo por quienes tienen como objetivo constante y permanente, el desprecio por la institucionalidad y la promoción del miedo como arma de control social.
Finalmente nos preguntamos: ¿Hasta cuándo esta sociedad bahiense seguirá soportando y chupándose esta prédica, así como las históricas, que dañan casi permanentemente a los ciudadanos? ¿Hasta cuándo seguirá apoyando económicamente la sociedad bahiense a este grupo, inclusive desde el presupuesto que pagamos todos con nuestros impuestos?
Cada vez más se hace necesario y urgente, la concreción de la Bahía de la Esperanza que neutralice definitivamente esta desvergüenza, y nos sume a un proyecto nacional abarcador del que aún estamos fuera.
Eduardo A. Hidalgo es secretario general de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca.
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