Si
por alguna circunstancia algún planeta del sistema solar modificase su orbita,
esto sería detectado inmediatamente por astrónomos, matemáticos y físicos.
Si eso ocurriese en la Tierra, el día no tendría 24 horas, ni el año 365 días
y, lógicamente la relojería con que nos manejamos cambiaría.
Trasladado al plano social, cualquier modificación, los sismógrafos, la
astronomía, economía y el reloj financiero mundial, comenzaría a moverse.
Esos cambios están ocurriendo y a simple vista son imperceptibles, sólo lo
notan por ahora los grandes poderes de concentración económica, porque tienen
una aparatología superior.
Yo me baso en una utopía real: la científica.
Hasta ahora la balanza mundial no se movía, en pocos años cambió, está
oscilando.
La relación de fuerzas no significará un peligro para el capitalismo como lo
venimos viendo.
La presencia de China en el escenario económico-financiero el mundo está dando
señales que modifican la órbita del capitalismo.
Las agujas del reloj que nos señalaba el norte y su epicentro en Estados Unidos
y el dólar, comienzan a moverse, como una ecuación estadística se lo puede
comprobar.
Si la balanza en cuanto a relación de fuerzas se comienza a mover, la lógica
matemática hará lo mismo.
La economía como motor de la historia, en la medida que China avanza con más
celeridad y menores costos de producción, por ser el país más poblado del mundo
(unos 1400 millones) y, casi ya podemos decirlo sin temor a equivocarnos,
primera economía del mundo, que se va afianzando y consolidando año a año,
frente a un sistema capitalista en crisis y sin soluciones con respecto a la
humanidad.
La respuesta la tenemos, solo es cuestión de tiempo, ese proceso económico
chino en franco ascenso, irá modificando el reloj económico de ese país, pero
influirá en el resto del mundo.
La canción que dice: “Se hace camino al andar”, es acertada al intentar saber
hacia donde vamos.
Hace poco escribí sobre el significado que se le quiere dar al “camino de la
seda”, utilizado en épocas pasadas (Marco Polo).
Días atrás en un noticiero, que citaba a los chinos, respecto del camino
emprendido por China recorriendo esa antigua ruta, dieron cifras altamente
altas y positivas entre China y los países por donde pasa la ruta.
También Putin, lo señaló ante más de 100 países concurrentes en una reunión en
Beijing: la “Ruta de la seda” es positiva y un avance hacia la consolidación de
un nuevo orden económico mundial.
La balanza con que medimos la economía del mundo se va inclinando poco a poco,
eso implica que la relación de fuerzas es un hecho irreversible.
Es difícil sustraerse a la idea de que si eso ocurriese (esta en marcha)
tenemos que pensar en una nueva moneda. No tiene sentido pensar que la economía
de un nuevo orden económico mundial se siga manteniendo con el dólar.
Como equivalente en las transacciones comerciales, no hay gobierno por
capitalista que sea que pueda impedir este salto cualitativo por ahora, pero
cuantitativo a futuro.
Lo veo y considero como una etapa del proceso del hombre.
Si las condiciones están dadas, lo que es teoría se convierte en praxis.
Será la historia de los próximos años la que marcará el rumbo y el futuro
humano.
Como viejo paisano aferrado a las sentencias que José Hernández nos dejó en el
“Martín Fierro”, repito: “Hasta la hacienda baguala cae al jagüel con la seca”.