Esa canción nació con la gran crisis mundial que se originó en Estados Unidos
en 1929 y se extendió por el mundo, llegó hasta el campo donde vivíamos, nos
echaron y embargaron todo lo que tenia mi padre, pues no hubo cosecha y no
teníamos con qué pagar el arrendamiento.
Estamos en 2017, la crisis actual se inició otra vez en Estados Unidos, 2008
-hace 9 años-, no hay salida, los pueblos la padecen, la canción del linyera fue
sustituida por los roqueros jóvenes descontentos, sin esperanzas de un futuro
cada vez mas incierto.
El motivo por el cual se originó la crisis del 1929 y la que soportamos en el
2017 es el mismo.
La diferencia desde lo filosófico y económico se diferencia en que en 1929 se
pudo salir, lo que la llevó a ser de carácter “coyuntural”.
Hoy el sistema en que vivimos dentro de un contexto burgués capitalista, al no
tener salida, no da respuesta ni soluciones al mundo, es decir a los pueblos a
los que pertenecemos como humanidad, dejó de ser coyuntural para pasar a ser
estructural.
El sistema capitalista en el que vivimos se derrumba y con él nos arrastra a
todos.
Decir que la especie humana va a un suicidio colectivo (holocausto mundial), no
es cierto, pues existen opciones y alternativas de superar la crisis y que los
pueblos como humanidad avancen hacia formas superiores de vida.
Ocurre que los que gobiernan bajo ese sistema obsoleto no quieran cambiar, que
sean capaces de llevarnos a un grado de in civilización.
Pretenden volver a un pasado de esclavitud y explotación, que los pueblos ni lo
aceptan ni lo admiten y se rebelan, del resultado de esos enfrenamientos
sabremos en que mundo vamos a vivir.
Hoy tiene el poder Trump o Macri, es antisocial, antihumano.
Desaparecidos los valores éticos y morales, desvirtuado el concepto social y
humanístico nada podemos esperar.
La cirugía a nivel social, humano y mundial diagnostica que ese tumor maligno
hay que extirparlo del organismo de los pueblos, si es que queremos seguir
viviendo.
La gran “familia humana” tiene que decidirse.