La
pregunta que nos debemos formular: ¿estamos o no en guerra mundial?
Sí, lo estamos.
Esa guerra ya tiene nombre: “No convencional”, sin rompimiento de relaciones
exteriores, retiro de embajadores, ni uso de armas, etc.
Todo cambió.
Obama desde la Casa Blanca y el congreso norteamericano, no necesitan salir de
sus escritorios para llevar a cabo una invasión, un golpe de estado o
bombardear Siria.
Macri en la Argentina ganó las elecciones y le declaró la guerra al pueblo
argentino.
La “blitz-krieg” (guerra relámpago) de los primeros 9 meses le pudo deparar
-por la sorpresa- algunas ventajas, pero se quedó sin reservas y, si llega a
las elecciones del 2017 ya lleva perdido gran parte de su caudal electoral.
Al periodista Walter Martínez, por su programa Dossier, que se emite por Telesur,
le concedieron un premio por sus noticiosos y su particular forma de
presentarlos, un premio por su actividad.
En su intervención durante el galardón hizo una evaluación del concepto de
guerra “no convencional”.
No creo equivocarme si considero que ese informe estratégico y táctico, fue
realizado con el aporte de las más altas esferas de los estados mayores de las
Fuerzas Armadas de Venezuela. Impresionó al público y al propio Maduro.
Al mismo tiempo, en el mismo programa tuvo un encuentro con otro comunicador de
alto vuelo que vino de Rusia y brindó una valiosa información de cómo nos ven
desde Rusia al resto del mundo.
Fueron dos intervenciones que no pasarán desapercibidas, ni por militares,
presidentes ni toda la gama de politólogos, economistas y medios de
comunicación.
Fueron dos horas sin un minuto de desperdicio y me atrevería a decir que asistí
a un llamado de atención por muchos gobiernos progresistas, lo de Cuba con
Estados Unidos, lo de Colombia, lo de Brasil, Argentina, México, Paraguay, Honduras,
Venezuela, Ecuador, Bolivia.
De una u otra forma todos estamos inmersos.
La guerra no convencional nos arrastró a todos.
Del análisis de Walter Martínez (se puede ver en el canal de Youtube de
Multimedios VTV), se puede llegar a comprobar el errático proceder de gobiernos
y pueblos, y hasta por qué los pobres votan a los ricos.
Para mí toda una revelación.