Países
en los que ya gobierna como México y Colombia, países donde se van imponiendo,
como Brasil, Uruguay y Argentina.
En la Argentina
no era mayormente conocida. Primero se la utilizó para el lavado de dinero,
después como país en tránsito y luego para consumo. Ahora se conjugan el lavado
de dinero, tránsito y consumo.
En Rosario se realizó una manifestación masiva a favor de la despenalización de
la droga. En Uruguay, bajo un gobierno de izquierda, se avanzó con la
marihuana.
Podemos afirmar que quien enunció en el mundo los efectos nocivos de la droga
fue Carlos Marx. Él habló del “opio de los pueblos” (en otro sentido).
Estados Unidos de Norteamérica es el mayor consumidor de drogas de la tierra.
Pueden detectar un alfiler con sus satélites pero no ven cientos de toneladas
que cruzan sus fronteras.
El contrabando hormiga dejó de ser rentable para introducirlo a escala
industrial. Esto sólo se consigue con apoyo logístico y económico en las
esferas superiores. Sin esos contactos no podrían lograrlo.
Estados Unidos habla de la lucha contra el narcotráfico. La droga que importa
es para embrutecer a su pueblo consumidor. En efecto, es el opio del pueblo. A
su vez lo utiliza como caballito de batalla para introducirse en otros países
para instalar bases militares y espionaje.
Las armas que se venden tienen el mismo propósito: reprimir cualquier
manifestación de los pueblos en cuanto independencia y soberanía. Pero tienen
su costo y compiten entre sí.
Las drogas es materia prima con bajo costo para el productor y se multiplica
varias veces hasta que llega al consumidor. Existe sí un límite, que es la
admisión de droga por parte de cada consumidor desde lo biológico y lo
económico. El éxito está en duplicar o triplicar el número de consumidores.
En síntesis, la droga es un componente nada despreciable para el sistema
capitalista, también por la gran transferencia de divisas que significa. Es por
eso que la droga se impone.