Unos días antes del terrible accidente que sufriera nuestro vecinito Juan Manuel, cuando se quemó con nafta, leíamos declaraciones en EcoDias del titular del Sindicato Petroquímico, Adalberto Saade, con respecto a la negativa de crear en Bahía Blanca un hospital del quemado. Manifestaba que «…el hospital del quemado tiene una característica (…) da pérdidas totales (…) Al tener este hospital, no sólo puede caer un trabajador que tenga obra social, puede ir un indigente, un anciano, o un chico sin obra social » y se preguntaba, «el costo ¿a quién se le cobra? (…) nadie quiere hacerse cargo del lucro cesante».
Si la salud no estuviera considerada un negocio que no tiene que ocasionar pérdidas, si el derecho a curarse o tratarse no se hubiera privatizado, o estuviera a nuestro alcance, la situación de Juan Manuel y su familia sería muy diferente.
Sus padres tienen que turnarse para estar con él en Buenos Aires, tuvo cinco paros cardiorrespiratorios lejos de su mamá, sus hermanitos están al cuidado de vecinos y familia, después del último viaje la mamá nos contó con dolor que los mellicitos la desconocieron, su papá no puede faltar más al trabajo, piensan en mudarse… Pero no es fácil, se imaginan por lo que está pasando esta familia.
¡Qué diferente sería si aquí en Bahía Blanca, puerta del sur argentino, por la que pasan millones a través de su puerto, y su polo petroquímico, se brindara a la comunidad, un Hospital del Quemado! Por lo visto, quienes debieran preocuparse, gobierno local, y empresas, están ajenos a las necesidades de ciudadanos y trabajadores.
¡Cuánto tiempo tendremos que esperar para que el poder político local entienda que los servicios públicos, necesarios, elementales, no tienen que ser rentables, y que los derechos deben garantizarse!
Mercantilizar la salud en los tiempos que vivimos, es criminal. El municipio, los sindicatos, la Asociación Médica, deberían poner el tema sobre la mesa, y exigir que las empresas del polo paguen más por contaminarnos y usarnos, y así crear un fondo para salud.
Juan Manuel necesita años de tratamiento para recuperarse, y no se escuchan propuestas alentadoras, ni exigencias, ni denuncias de parte de los políticos
¡Pues comiencen, señores!