Cada modificación que se produce en el enjuiciamiento penal, para adecuarlo al
paradigma constitucional, ha generado resistencias de quienes se encontraban
cómodos en sus rutinas. Ocurrió con el juicio oral, luego con el sistema
acusatorio, y ahora con el juicio por jurados.
Asombrado por la persistente campaña mediática de algunos fiscales bahienses
contra el sistema de jurados (en especial después de alguna absolución),
consulté con mis colegas de la Red de Jueces Penales y me manifestaron que ello
no se replica en otros sitios de la provincia.
Con esa certeza, me pregunto entonces: ¿se daría ese embate antijuradista si en
el departamento Bahía Blanca no se hubieran dado 10 veredictos de no
culpabilidad y sólo 3 de culpabilidad?; si en toda la provincia la ley es la
misma y el imputado puede rechazar el juzgamiento por jurados, ¿qué es lo que
pasa en nuestra jurisdicción, que va a la cabeza en materia de absoluciones?,
¿se elevan a juicio casos inconsistentes?; ¿tiene alguna explicación que en el
seminario dictado por un destacado especialista en litigación por jurados, en el
ámbito de la UNS, no se haya hecho presente ni un solo fiscal?; ¿tienen en
cuenta los detractores, que sostienen que se trata de una institución
anacrónica o anticuada, que los principales países de Europa tienen juicio por
jurado (Reino Unido, España, Bélgica, Alemania, Francia, Rusia, Italia, entre
otros)?; en el último juicio, con los jurados sorteados, ¿no había un fiscal
que pudiera actuar y apareció uno luego de que intervinieran la Suprema Corte y
la Procuración?.
Bahía Blanca, octubre de 2016.