El
dominio como imperio de España en América Latina llevaba muchos años en el
continente americano cuando Napoleón (Francia) la invadió y puso a su rey.
Como nosotros dependíamos de la Corona española y los reyes de España ya no
existían, no nos vimos obligados a rendirle tributo a Francia y, no existiendo
dominio español, los países americanos encontraron una alternativa y
promovieron movimientos sociales (armados y pacíficos) para conquistar la
independencia, la soberanía, y crear nuevas autoridades independientes del
poder español.
En Europa, España era considerada como uno de los estados más retrógrados y de
poca capacidad por su falta de desarrollo.
Lo que sustituimos en casi toda América es la dependencia de España, y la
creación de una nueva clase social similar a las anteriores, digamos, accedimos
al poder político pero seguimos dependiendo económicamente de otros países
europeos, que siendo más poderosos que España, dejaron su “impronta” en suelo
americano como los Ingleses y Franceses.
El reino de Portugal no fue más inteligente que el español, y consiguió en el
reparto quedarse con la mejor parte -Brasil-, que por la extensión de su
territorio es el país más grande de América.
La experiencia colonizadora y explotadora que impuso Europa a otros continentes
-caso África- encontró resistencia entre los pueblos americanos, aquí por la
presencia de Estados Unidos como país más poderoso y eso quedó sintetizado en
la Doctrina Monroe: “América para los americanos (del Norte)”… Somos el patio
trasero del imperialismo yanqui.
Las estructuras económicas fueron siendo dominadas por sectores de la clase
social burguesa al servicio de los intereses de Estados Unidos.
Fidel lo dijo: La OEA es el Ministerio de Colonias de los Estados Unidos en
América.
Los intentos independentistas que surgieron en América, debido a la presencia
de sectores burgueses que se apropiaron de las economías de cada país, son los
instrumentos de los que se vale Estados Unidos para imponernos su dominio.
China no es España, Inglaterra, Francia o Estados Unidos. Logró convertirse en
primera economía del mundo, y siendo el país más poblado su influencia y
gravitación, sin invasiones militares pero sí económicas, está torciendo el
brazo económico del mundo hasta ahora en manos de Estados Unidos.
Y este es el dilema que padecen 200 países con regímenes burgueses
capitalistas, de los cuales unos 140/150 ya comercian con China.
La paciencia china es sabiduría concentrada.
No les fue fácil llegar al podio económico, aún tienen que recorrer una gran
transformación en su propio país (mercado interno), pero su avance es tan
arrollador que más bien se asemeja a una topadora.
Dijo Napoleón cuando le preguntaron qué opinión tenía de Francisco de Miranda:
Sé que luchó con Washington y Jefferson en la Revolución norteamericana, se lo
conoce en gran parte de los imperios, es un quijote, pero sin locura. Hasta Napoleón
había leído a Cervantes…
El combustible que sirvió al capitalismo a ascender a la cima del mundo se
agotó, la vía del progreso y desarrollo de los países capitalistas se consumió.
Los pueblos -sinónimo de humanidad- han desbordado al modelo y sistema
capitalista que no tiene respuestas ni soluciones con que afrontar su propia
crisis estructural como sistema.
La posibilidad de un nuevo orden económico existe.
Los pueblos y la humanidad lo reclaman, ¿podrá el capitalismo impedirlo?
El mérito del capitalismo no está en haberse apropiado de la economía y a
través de ella dominar al mundo, está en mayor importancia en haber colonizado
la mentalidad del hombre como “Homo sapiens” y eso debe cambiarse por otra
mentalidad que supere a la actual.
Debe crearse un nuevo hombre.
Tuvo razón Antonio Gramsci, quien dijo “la indeferencia es la muerte de la
conciencia”.