Los
días 25 de Octubre y 22 de Noviembre tuvimos elecciones en la Argentina, aquí
se impuso la derecha dentro de un contexto burgués capitalista.
Los dos candidatos nos ofrecían una solución que está de acuerdo a sus
intereses de clase y en la que al pueblo que vota le pasa lo que nos supo decir
Don Ata: “Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”.
No llegamos al 4 de Diciembre y ya la carne, el aceite, fideos, artículos de
limpieza, etc., han aumentado, solo falta la devaluación del peso y perderemos
en pocos días un 40/60 por ciento del poder adquisitivo.
Las elecciones del domingo 6 en Venezuela se realizaron bajo la dirección de un
gobierno -Revolución mediante- que tomó el poder hace 14 años, algo más, se
declara portador del socialismo, tiene -como sucedió aquí en la Argentina- el
poder político, pero ni uno ni otro tuvieron la decisión de controlar
nacionalizando todo lo concerniente a la economía.
En ambos casos, la economía sigue estando en manos de la burguesía capitalista.
Me pregunto: si China no hubiera nacionalizado toda la economía, ¿llegaría a
ser la primera economía del mundo?
¿Se puede hablar de libertad, independencia, soberanía, en países regidos por
gobiernos de derecha, burgueses y capitalistas?
¿Se puede tomar el poder mediante elecciones? Para eso es preciso romper con la
hegemonía y dictadura del capitalismo.
Pero si no te apropias de la economía no creo que el socialismo se pueda
imponer.
En Inglaterra el Parlamento decidió atacar militarmente al Estado Islámico
bombardeando Siria, también lo hacen Estados Unidos y la Otan.
Es el último invento creado al estilo Hollywood y Torres Gemelas.
El capitalismo destruyó Irak, Libia, Afganistán, Siria, Ucrania, Yemen, acosa a
los países latinoamericanos, y ahora que gano en la Argentina, va por Brasil.
Si lo logra, dominará otra vez nuestra América y romperá el Brics.
Yo estoy de acuerdo que si el Frente para la Victoria construyó escuelas y
universidades, llegará a producir 100 mil ingenieros, 100 mil médicos, 100 mil
maestros y 100 mil jóvenes (de ambos sexos) que se agrupen en milicias
populares y aseguren el triunfo de la Revolución: a la dictadura del
capitalismo, solo se la enfrenta con la dictadura del pueblo.
Hablar de democracia cuando nos están destrozando país a país, pueblo a pueblo,
no me parece lo más atinado, y menos aún revolucionario.
Berta Singerman fue una poetiza argentina, recitaba “Botas, botas, botas”,
aludiendo a las botas militares, a Hitler, a las dictaduras militares.
No quisiera volver a verlo.