La
influencia de Brasil en America sureña es importante.
Yo también quisiera que ganen Dilma y Cristina.
Perder y que la derecha se entronice en el gobierno será catastrófico para
nuestros dos pueblos, tanto uno como otro han promovido políticas de liberación
nacional.
Tanto uno como el otro han ganado el poder político pero no el económico.
Tanto en uno como el otro tienen que enfrentarse a las grandes corporaciones
mundiales y al imperio norteamericano.
Se ha creado en los dos países una poderosa clase social burguesa capitalista.
La parte que estableció vínculos con los países ricos y poderosos y de ellos se
beneficiaron económicamente, son la derecha que pretende retomar el control del
país.
La otra parte de la clase social burguesa de neto corte nacionalista, para
poder desarrollarse y crecer se ha visto precisada a tomar caminos
antiimperialistas.
Ambos sectores representan a sus burguesías y al llegar a elecciones apelan al
voto del pueblo, pero nada más que eso.
En primer lugar, no tienen dominio de la economía de Brasil y Argentina, y eso
ocurre porque la clase social burguesa solo defiende y defenderá los intereses
de su clase.
Se le dará participación al pueblo siempre y cuando el poder quede en sus
manos.
La crisis en la que estamos inmersos todos los países capitalistas, por más
demócratas que sean, las soluciones optativas se han abierto con la creación de
un nuevo orden económico en la que países como China, Rusia y la India jugarán
un papel determinante.
Si agregamos al Continente Africano y Sudamérica (Brics), son de carácter
económico y no modifican lo político.
Las burguesías de Brasil o Argentina se podrán incorporar (porque no les queda
otro camino), al nuevo orden, pero su estructura burguesa-capitalista queda
intacta.
Y se beneficiarán tanto o más que dependiendo de Estados Unidos y países
colonialistas.
Las condiciones inherentes a su clase capitalista, no se resolverán, las
batallas futuras se librarán entre gobiernos burgueses y sus pueblos
(Grecia-España).
Son los pueblos los que aún no han dado su veredicto.
No son sólo Brasil y Argentina, son 190 países que afrontan ese dilema.
Si el triunfo político no va acompañado por la del poder económico, no habrá
solución; las contradicciones son evidentes a nivel internacional, hablamos de
un nuevo orden económico.
Brasil y Argentina conquistaron el poder político, pero no el económico. Y
dicho con claridad meridiana: las burguesías no son las indicadas para
modificar e introducir cambios a favor de los pueblos.
Solo éstos están en condiciones de enfrentar el futuro y su propio destino.