Solo las grandes potencias pueden elaborar
estrategias a largo plazo.
La crisis desatada en Estados Unidos en el año 2008 -de la cual no se ha
recuperado-, contrasta con la República Popular China, que mantiene un elevado
nivel de crecimiento.
La carrera entre estas dos potencias tiene en perspectiva un ganador. Es
indudable que favorece a China: logra mantener su índice de desarrollo siendo
el país más poblado del mundo con 1.360 millones de habitantes y satisface las
necesidades de su pueblo, eleva el nivel y calidad de vida, y establece
relaciones comerciales con todo país que quiera hacerlo y con un grado de
competividad inalcanzable para cualquier país capitalista.
Si a eso agregamos que la realidad económica ya no pasa solamente por una sola
opción “yo te compro, tú me vendes”, sino que la misma realidad económica se ha
hecho extensiva al campo de la complementación, no es casualidad que en el
último Congreso del Partido Comunista chino se hayan aprobado lineamientos que
les permite duplicar la producción y, al mismo tiempo, elevar la calidad de
vida, es decir su mercado interno.
En contraposición vemos cómo Estados Unidos intensificó en estos últimos ocho
años -a extremos peligrosos para la paz mundial y la misma naturaleza- una
ofensiva de predominio económico en una batalla que no le será favorable.
Estados Unidos ha logrado nuevamente dividir a los países americanos, y logró
embarcar a los países europeos, en una guerra económica contra Rusia, que ya no
es comunista.
Hace apenas unas semanas se llevó a cabo un encuentro en Varsovia (Polonia), en
el que Estados Unidos y la Otan han conseguido que los países que limitan con
Rusia acepten la intensificación militar cediéndoles bases militares.
“Divide y reinarás”, dice el aforismo latino.
Ahora busca con iguales propósitos enrolar a países como Malasia, Filipinas,
Corea, Japón, Indonesia, a embarcarlos en maniobras militares en el Mar de la
China -que así se lo conoce desde hace cientos de años-, y que podía ser
transitado por todos los barcos de carga del mundo. Ahora, comenzando con
Filipinas, Estados Unidos introduce su flota de guerra en el Mar de la China
realizando maniobras militares, lo que significa lisa y llanamente una
provocación hacia China.
Por el momento y diplomáticamente, China ha advertido que no tolerará la
presencia de buques de guerra en sus mares.
Como podrán apreciar, la tensión va en aumento y pone en peligro la estabilidad
económica y política de tres continentes.
El Tío Sam Obama les está diciendo a los países que se han subordinado a sus
intereses “si yo caigo, caerán conmigo”, de los gobiernos de esos países poco y
nada espero.
Serán en definitiva los pueblos los que decidirán.
El pueblo argentino está haciendo una dolorosa experiencia, creyó en cambios y
lo defraudaron, en sólo siete meses de gestión, este gobierno empobreció a 16
millones en esta otrora orgullosa Argentina, como poseedora de una clase media
social que la convirtió en uno de los pocos países que mejor enfrentó la crisis
mundial de la economía.
Las palabras del presidente Macri en Estados Unidos de que los salarios en la
Argentina son muy elevados, que deben ajustarse a la baja lo dice todo, están
transfiriendo el bienestar del pueblo para beneficio de los ricos.
El papa Francisco lo sintetizo con estas palabras “No vendan al país”.