Pienso que el experimento argentino que lleva
adelante Macri, forma parte del laboratorio de los grandes centros de poder de
las concentraciones económicas.
Me detendré en el objetivo que tiene como propósito mantener la subordinación
del movimiento obrero y de sus cúpulas sindicales.
La consigna de “paritarias” -que no las pueden impedir-, pero que si se
realizan, lo hagan “con salarios a la baja” si lo logran, la trasladarán a
nivel mundial. ¿En qué me baso? En que dada la hegemonía económica del
capitalismo, ya no pueden imponer lo que quieran.
En los últimos años China ha logrado dar pasos muy significativos, cuantitativa
y cualitativamente, al que no puede llegar ningún país capitalista
desarrollado.
De lo que se desprende lo inevitable del diálogo, su única solución sería la
guerra, tampoco les dan los números, más una posible destrucción de sus propios
países.
Mejorar su economía con los métodos de explotación capitalistas no es posible.
Intentan mentalizar a los pueblos y clase obrera, de que deben aceptar trabajar
con salarios bajos y por debajo del índice de la pobreza.
Lo convertirán en “leitmotiv” en las discusiones entre capital y trabajo.
Creo que China -sin pedirle permiso a nadie- es una economía distinta y eso
favorece a una productividad superior y al mismo tiempo crea “bienestar” a su
pueblo.
El concepto de remuneración por la fuerza de trabajo, adquiere otra dimensión,
el bienestar se transforma en función social del trabajo, más distribución
social de lo producido.
La economía debe resolverse sobre la base de una complementación y no de una
explotación.
Si la solución es una guerra, implica que lo que tú hagas lo recibirás en tu
propio país (boomerang), «destrucción de la vida humana».
Solo queda una solución, aceptar que el mundo económico y social debe cambiar.
La relación de fuerzas y la participación de los pueblos impondrán cambios en
la sociedad humana.
Filosofía: Descartes “Crítica de la razón pura”.